CESAR

Embargos, intentos de suicidio y hambre: el drama detrás de ‘mercatón’ de empleados del IDREEC

Políticas públicas de discapacidad en Cesar buscan inclusión y derechos para miles, mientras la crisis del IDREEC evidencia la falta de inversión y atraso en pagos a funcionarios.

Mercatón en IDREEC Valledupar visibiliza impago de salarios y precariedad laboral. Foto: Jesús Ochoa.

Mercatón en IDREEC Valledupar visibiliza impago de salarios y precariedad laboral. Foto: Jesús Ochoa.

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Funcionarios del Instituto Departamental de Rehabilitación y Educación Especial del Cesar (IDREEC) realizaron este lunes 25 de agosto una emotiva jornada de mercatón en sus instalaciones de Valledupar, recolectando alimentos no perecederos para alimentar a sus familias ante la dura crisis salarial que atraviesan con 25 meses de salarios adeudados. 

Leer: Empleados de IDREEC Valledupar inician ‘mercatón’ para sobrevivir tras 25 meses sin salario

Liliana Chinchilla, funcionaria con más de 31 años en la entidad, contó con emoción que la solidaridad ha empezado a llegar: “Unos funcionarios de Secretaría de Salud nos trajeron unos mercados, un señor que iba pasando nos dio una bolsita, nos hizo llorar. Además, el señor Alfredo Saade nos ofreció un millón de pesos en mercados y la doctora Claudia Margarita (Zuleta) dijo que haría aportes“.

Chinchilla explicó que todos los alimentos serán repartidos por partes iguales entre los 16 empleados activos, ya que algunos compañeros han decidido no recibir ayuda para beneficiar a los demás.

¿Cómo vive una familia sin 25 meses de salario?

Fernando Ribon Tafur, celador con 18 años de labor en el IDREEC, relató el impacto personal y familiar que ha sufrido por la falta de pagos: “Esto me ha dado duro, mi casa está embargada y sin luz. Tengo 67 años, nadie me da trabajo, y esta situación ha sido muy dura para mí, además de la carga emocional”.

Con carteles, funcionarios del IDREEC piden ayuda para comer. Foto: Jesús Ochoa.

Por su parte, César Carrillo, con 30 años en la institución, confesó que esta presión lo llevó a un intento de suicidio: “Me afectó tanto la situación que tuve un intento de suicidio por la angustia de no recibir mi salario, perder mi moto por una deuda y no ver salida. Gracias a Dios sigo adelante, pero estos problemas afectan mi salud mental”. 

Los funcionarios reunidos relatan la dura realidad que viven fuera del IDREEC. Uno de ellos contó que Afinia tuvo que arrancarle un poste frente a su casa porque, tras varios cortes de electricidad por no pagar el recibo, se conectaba de manera ilícita para mantener el servicio básico. Con risas y llanto, los allí reunidos cuentan la extrema necesidad a la que están sometidos por la falta de ingresos para cubrir incluso las necesidades más elementales.

Denuncias y sospechas

En contraste con la mercatón, las instalaciones dentro del instituto son otra realidad: pisos, paredes, señalización, puertas, ventanas y aires acondicionados nuevos, tras una inversión reciente a inicios del 2025. En cuanto a la administración financiera del IDREEC, los funcionarios denunciaron que el plan de saneamiento fiscal y financiero, que supuestamente debía estabilizar la entidad, se quedó corto. 

Antiguos funcionarios del IDREEC, hoy pensionados, se solidarizan con sus excompañeros y realizan donaciones de alimentos durante la jornada de mercatón en Valledupar. Foto: Jesús Ochoa.

“Con ese plan nos pagaron algunos meses hasta junio de 2022, pero ya en agosto de 2025 la deuda sigue creciendo, llegando a 26 meses“, afirmó un trabajador anónimo. Explicaron que deben reportar la situación al Ministerio de Hacienda, pero no tienen qué mostrar, pues la Gobernación no ha cumplido con soluciones reales. 

Liliana Chinchilla. Foto: Jesús Ochoa.

La atención a personas con discapacidad se mantiene precaria, con pocos convenios operativos, y denuncian que la entidad produce muy pocos recursos para su autosostenimiento debido a la limitada contratación de servicios, situación que pone en riesgo su operación y la continuidad de las terapias para los usuarios. Por ello, los funcionarios reiteran su pedido urgente: “Liquiden o reestructuren, pero den una solución ya, porque no aguantamos más esta situación que empeora día a día”.

Sin solución ni pronunciamientos claros

Los funcionarios decidieron hacer una protesta pacífica para no afectar la atención a los pocos pacientes que aún reciben servicio en el IDREEC, pero con el firme propósito de visibilizar la crisis y llamar la atención del Gobierno departamental. Chinchilla afirmó: “Estamos pidiendo comida porque ya no hay cómo pagar los servicios; el instituto no se ha cerrado porque sabemos que muchos usuarios todavía necesitan atención”.

Sin embargo, la respuesta gubernamental sigue siendo insuficiente. “La gobernadora dijo que haría un estudio, pero después desistió. Ya estamos en agosto y no hay solución ni pronunciamientos claros”, agregó Chinchilla, quien denunció que la nueva gerente ha llegado con buena actitud, pero la verdadera función es buscar soluciones concretas para el pago de la deuda.

EL PILÓN intentó contactarse con la Secretaría de Salud Departamental para conocer su percepción y acciones frente a la situación del instituto, sin embargo, no se tuvo respuesta.

La deuda salarial, que incluye 25 meses de sueldos y prestaciones, y la falta de inversión a pesar de la reciente aprobación de una política pública para población con discapacidad, agravan la crisis. Los trabajadores exigen “una liquidación urgente o una reestructuración real”, pues ya no pueden aguantar más. “Somos humanos, tenemos derecho a un salario digno“, concluyó Liliana.

Esta nueva protesta expone una tragedia humana que va más allá del ámbito laboral, afectando la calidad de vida de miles de personas con discapacidad que dependen del IDREEC en el Cesar, y pone en evidencia la necesidad de acciones urgentes y contundentes por parte de la gobernación y el gobierno nacional.

Por: Redacción EL PILÓN

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