Para la Fiscalía Tercera, en el 2002, los hermanos no quisieron dar mayores detalles a las autoridades por temor a represalias de quienes asesinaron a Jairo Hernández.
Carlos Darío Hernández Hinojosa, hermano de Jairo Alberto Hernández, quien fue secuestrado y asesinado por los paramilitares en el 2002, publicó un video defendiendo la inocencia de la primera gestora Cielo Gnecco, a quien la Fiscalía General ordenó capturar y acusó de los delitos de secuestro extorsivo, homicidio en persona protegida y concierto para delinquir agravado.
“Siempre nos ha demostrado mucho cariño y aprecio, y familiaridad. Yo estoy seguro que Cielo nada tiene que ver con la muerte de mi hermano”, aseguró Carlos Hernández.
Este testimonio se suma al complejo caso judicial que surgió a raíz del secuestro y asesinato de Jairo Alberto Hernández Hinojosa y Carlos Alberto Mendoza Guerra.
Según el testimonio del exparamilitar Julio Manuel Argumedo, alias Gabino, ambos fueron retenidos por miembros de esa organización, “en virtud de una orden impartida por David Hernández Rojas, ‘alias 39’, quien le habría hecho el favor a Cielo Gnecco.
Para un investigador de la época, “estas desapariciones y muertes no solo coinciden con la relación que tienen estas personas con la Gobernación y la familia Gnecco Cerchar, si no que al momento de las desapariciones sus familias trataron de negar inicialmente que estas personas estaban desaparecidas”.
En la providencia en la que se ordena la detención de Cielo Gnecco, el fiscal encargado cuestiona que solo la esposa de la víctima (Jairo Alberto Hernández) tuvo la valentía de colaborar con la justicia.
“Sólo Clara Lucía Castelblanco Fonseca, entonces esposa de la víctima, tuvo el coraje y el valor civil que les faltó a sus hermanos”, sostuvo el fiscal en el documento de 31 páginas.
El fiscal se refiere a la declaración que dio la viuda a las autoridades: “Hemos estado averiguando con diferentes personas de la ciudad sobre su paradero, pero nadie hasta el momento nos ha colaborado con informaciones, debido al temor y miedo de involucrarse en esta clase de problemas (…)”.
Contrario a los hermanos de Jairo Hernández, quienes no quisieron brindar mucha información a la justicia, según el investigador del CTI de la época.
“Durante la práctica de las anteriores diligencias se pudo apreciar entre los familiares del secuestrado Jairo Alberto Hernández Hinojosa, que existe un recelo sobre la participación de las autoridades en las averiguaciones sobre los mencionados hechos. De la misma manera se pudo notar que se encuentran realizando negociaciones financieras bajo reserva familiar, con el grupo que mantiene en cautiverio al señor Jairo Alberto, sin aceptar la participación o asesorías de nuestros funcionarios del Gaula”, aseguró un investigador del CTI en 2003.
Para la Fiscalía Tercera, los hermanos no quisieron dar mayores detalles por temor a represalias de quienes asesinaron a Jairo Hernández.
“Queda claro, absolutamente claro, que entre los moradores de la ciudad de Valledupar, cercanos a los familiares de la víctima, rondaba el miedo que no les permitía referirse a los execrables crímenes (…) A partir de la información recaudada se ofrece expedito concluir que el temor emanaba al estar comprometida la sindicada Cielo María Gnecco Cerchiaro, tal como lo aseveró Julio Manuel Argumedo Garcia, alias Gabino, sin ambages y, si ello es así, como parece hasta este momento procesal, se arriba a la necesidad de restringir su derecho a la libertad personal”, sostiene el fiscal.
Porque, agrega, “de no hacerlo, el miedo que infunde, el poder y el dinero que posee, le facilitaría la manipulación de las pruebas que la primera instancia deberá recaudar antes de proceder a la calificación del mérito probatorio de sumario”.
La familia Gnecco y la familia Hernández, tal como aseguró Carlos Hernández en su video, han tenido una relación cercana por décadas. Jairo Hernández trabajó y contrató durante varios años con la Gobernación del Cesar.
Además, Lorena Hernández, sobrina de Jairo Hernández, ha sido secretaria General de la Gobernación del Cesar desde el año 2020. Durante el primer mandato de Luis Alberto Monsalvo fue contratista.
Para la Fiscalía Tercera, en el 2002, los hermanos no quisieron dar mayores detalles a las autoridades por temor a represalias de quienes asesinaron a Jairo Hernández.
Carlos Darío Hernández Hinojosa, hermano de Jairo Alberto Hernández, quien fue secuestrado y asesinado por los paramilitares en el 2002, publicó un video defendiendo la inocencia de la primera gestora Cielo Gnecco, a quien la Fiscalía General ordenó capturar y acusó de los delitos de secuestro extorsivo, homicidio en persona protegida y concierto para delinquir agravado.
“Siempre nos ha demostrado mucho cariño y aprecio, y familiaridad. Yo estoy seguro que Cielo nada tiene que ver con la muerte de mi hermano”, aseguró Carlos Hernández.
Este testimonio se suma al complejo caso judicial que surgió a raíz del secuestro y asesinato de Jairo Alberto Hernández Hinojosa y Carlos Alberto Mendoza Guerra.
Según el testimonio del exparamilitar Julio Manuel Argumedo, alias Gabino, ambos fueron retenidos por miembros de esa organización, “en virtud de una orden impartida por David Hernández Rojas, ‘alias 39’, quien le habría hecho el favor a Cielo Gnecco.
Para un investigador de la época, “estas desapariciones y muertes no solo coinciden con la relación que tienen estas personas con la Gobernación y la familia Gnecco Cerchar, si no que al momento de las desapariciones sus familias trataron de negar inicialmente que estas personas estaban desaparecidas”.
En la providencia en la que se ordena la detención de Cielo Gnecco, el fiscal encargado cuestiona que solo la esposa de la víctima (Jairo Alberto Hernández) tuvo la valentía de colaborar con la justicia.
“Sólo Clara Lucía Castelblanco Fonseca, entonces esposa de la víctima, tuvo el coraje y el valor civil que les faltó a sus hermanos”, sostuvo el fiscal en el documento de 31 páginas.
El fiscal se refiere a la declaración que dio la viuda a las autoridades: “Hemos estado averiguando con diferentes personas de la ciudad sobre su paradero, pero nadie hasta el momento nos ha colaborado con informaciones, debido al temor y miedo de involucrarse en esta clase de problemas (…)”.
Contrario a los hermanos de Jairo Hernández, quienes no quisieron brindar mucha información a la justicia, según el investigador del CTI de la época.
“Durante la práctica de las anteriores diligencias se pudo apreciar entre los familiares del secuestrado Jairo Alberto Hernández Hinojosa, que existe un recelo sobre la participación de las autoridades en las averiguaciones sobre los mencionados hechos. De la misma manera se pudo notar que se encuentran realizando negociaciones financieras bajo reserva familiar, con el grupo que mantiene en cautiverio al señor Jairo Alberto, sin aceptar la participación o asesorías de nuestros funcionarios del Gaula”, aseguró un investigador del CTI en 2003.
Para la Fiscalía Tercera, los hermanos no quisieron dar mayores detalles por temor a represalias de quienes asesinaron a Jairo Hernández.
“Queda claro, absolutamente claro, que entre los moradores de la ciudad de Valledupar, cercanos a los familiares de la víctima, rondaba el miedo que no les permitía referirse a los execrables crímenes (…) A partir de la información recaudada se ofrece expedito concluir que el temor emanaba al estar comprometida la sindicada Cielo María Gnecco Cerchiaro, tal como lo aseveró Julio Manuel Argumedo Garcia, alias Gabino, sin ambages y, si ello es así, como parece hasta este momento procesal, se arriba a la necesidad de restringir su derecho a la libertad personal”, sostiene el fiscal.
Porque, agrega, “de no hacerlo, el miedo que infunde, el poder y el dinero que posee, le facilitaría la manipulación de las pruebas que la primera instancia deberá recaudar antes de proceder a la calificación del mérito probatorio de sumario”.
La familia Gnecco y la familia Hernández, tal como aseguró Carlos Hernández en su video, han tenido una relación cercana por décadas. Jairo Hernández trabajó y contrató durante varios años con la Gobernación del Cesar.
Además, Lorena Hernández, sobrina de Jairo Hernández, ha sido secretaria General de la Gobernación del Cesar desde el año 2020. Durante el primer mandato de Luis Alberto Monsalvo fue contratista.