Aunque en los mapas es la carrera novena, muchos vallenatos y visitantes ya la llaman ‘la calle de la moda’, un corredor comercial, que se extiende entre el Parque de Las Madres y el Parque El Viajero, y se ha consolidado como el destino predilecto para quienes buscan las últimas tendencias, prendas exclusivas y una experiencia de compra que mezcla tradición, creatividad y emprendimiento local.
Recorrer este sector de la novena es sumergirse en un caleidoscopio de propuestas: desde boutiques de alta costura hasta tiendas especializadas en ropa infantil, pasando por almacenes de fajas, accesorios y calzado. Cada vitrina cuenta una historia y cada tienda tiene su sello propio. Irina Vargas, por ejemplo, se distingue por su apuesta a la celebración en todas sus telas, con prendas pensadas para ocasiones especiales.
Más adelante, Valengie, se ha ganado el corazón de quienes buscan vestidos de baño únicos, muchos de ellos elaborados a mano en técnicas artesanales como el macramé. “Aquí pueden encontrar desde el vestido de baño más cubierto hasta el más descubierto, y tenemos opciones desde $60 mil hasta $350 mil, dependiendo del trabajo y el diseño”, explica una de sus vendedoras.
Para quienes buscan un estilo clásico, Clara Orjuela Boutique es el lugar, mientras que en D’ellas Store la oferta se inclina hacia la ropa elegante y casual para eventos. “Aquí el público es bastante exigente, sobre todo las mujeres, que siempre buscan variedad y prendas para ocasiones especiales. Nos hemos sostenido gracias a la venta de vestidos para eventos”, cuenta una de sus trabajadoras, quien también señala los retos del sector: “El tema del parqueo y la inseguridad nos afecta mucho. Muchos clientes prefieren ir a centros comerciales por comodidad y seguridad”. La presencia de tiendas de fajas es notoria, con marcas reconocidas como Fájate, que tiene dos puntos en Valledupar. “Este local lleva 13 años aquí y ya somos reconocidos en la ciudad. Ofrecemos fajas postquirúrgicas, estéticas y de uso diario, además de ropa deportiva y de baño con control”, explica Juliet, administradora de la tienda.
Moda infantil
La moda infantil también tiene su espacio con tiendas como María Lau, para niños y bebés, Farándula for Kids y Princesas, esta última dedicada exclusivamente a ropa para niñas. Para las novias, Solangel ofrece vestidos y accesorios para el gran día, mientras que Isaac Jiménez es el referente en blazers y prendas formales masculinas, una de las pocas en el sector. No faltan las tiendas especializadas en pijamas, bolsos, accesorios y calzado, que complementan la oferta y permiten a los clientes armar un look completo sin salir de la zona. Destacan nombres como Silvia Quiroz, reconocida por sus mochilas y accesorios artesanales, y Becca, que suma propuestas frescas y contemporáneas para niñas y jóvenes.
La novena también es territorio de jóvenes emprendedores. Polanco by DMP es un ejemplo de innovación: desde afuera es posible ver que exploran nuevos materiales, tejidos y conceptos frescos. En Brúñete la apuesta son los jeans, bodies y crop tops, prendas que marcan tendencia entre el público más joven, mientras que Bella Boutique se dirige a una clientela juvenil que busca elegancia y modernidad, mientras que Ana María Daza se ha posicionado como una marca de referencia para quienes buscan atuendos para fiesta o trabajo.
Retos y oportunidades
Si bien la ‘calle de la moda’ es un sitio al que muchas personas acuden, algunos comerciantes que dialogaron con EL PILÓN coincidieron en que hay desafíos por superar. El principal, según los testimonios recogidos, es la falta de parqueaderos y la inseguridad en la zona, factores que han llevado a que parte del público prefiera los centros comerciales. “El tema del parqueo y la presencia de indigentes nos afecta, porque la gente busca comodidad y seguridad al comprar”, afirma una de las vendedoras.
A pesar de ello, la novena se mantiene como un referente de la moda en Valledupar, gracias a la resiliencia y creatividad de sus comerciantes. Muchos han apostado por la venta digital y los domicilios para adaptarse a las nuevas dinámicas de consumo, sin perder el contacto cercano y personalizado que caracteriza a este sector.
Oportunidad para propuestas masculinas
La calle de la moda es un pequeño reflejo del espíritu vallenato: alegre, diverso, con vestidos apropiados para las fiestas y accesorios artesanales. Así lo describe el diseñador de origen vallenato Juan Pablo Socarrás, quien recorrió el sector con EL PILÓN y explicó que la mayoría de oferta de prendas que vio son para celebración, además, hay más de 3 tiendas de vestidos de baño, lo que evidencia que las vallenatas van mucho a la playa y la piscina.
“Pude ver una Valledupar creciente y próspera. Pude ver moda desde la celebración, vi muchos vestidos de baño, pero también vi nuevos diseñadores con conceptos y nueva información. Entiendo que hay muy poca moda local dirigida hacia el hombre y creo que es una gran oportunidad empezar a hacer moda local masculina”, expresó Socarrás.
Por Andrea Guerra EL PILÓN.











