Una vez llegó a su casa procedente de Medellín, se cambió, salió y se reunió con su gallada. Al amanecer del 18 de septiembre, fue baleado por sicarios en motocicleta.
El afán de retornar a su casa porque no quería continuar en un centro de rehabilitación en Medellín, hasta donde fuera traslado por su adicción a las drogas, hizo que Edinson Darío Rico Román, un vallenato de 27 años, se fugara de ese sitio y deambulara por las calles de la capital de Antioquia, hasta que su madre resolvió ir por él y traerlo de nuevo a Valledupar.
El martes 17 de septiembre, bien temprano llegaron a su vivienda localizada en el barrio 'La Nevada' y Edison no tuvo que ver con el resto de su familia, sino que se cambió de ropa y a los pocos minutos, salió al reencuentro con sus amigos de barriada.
Cuando regresaba a su casa, a escasos metros de la misma, este joven recibió cuatro impactos de bala en la cabeza, al parecer de una pistola 9 milímetros accionada por dos sicarios que lo persiguieron y le dispararon a corta distancia en la calle 5C con carrera 41 a una cuadra de su residencia.
“Alcancé a escuchar solo los disparos, porque no logré ver a nadie, cuando las autoridades llegaron los vecinos del barrio alertaban que habían matado Edinson, porque era una persona muy conocida en el sector. Me dijeron que un hombre que se bajó de la parrilla de una motocicleta, fue quién comenzó a disparar y al caer al suelo, lo remató con otros impactos de bala en la cabeza”, explicó aún sorprendido por el suceso, uno de sus familiares, quien pidió omitir su nombre por razones de seguridad.
La acción criminal se registró hacia las 4:30 de la madrugada del 18 de septiembre y hasta el momento las autoridades no han podido establecer las verdaderas causas del atentado.
Edison Darío Rico era soltero, vivía con su progenitora a pocos metros de la escena de crimen, y dejó dos hijos. Era el único varón de la familia y el segundo de cuatro hermanos. Tenía solo ocho días de estar recluido en uno de los centros de rehabilitación en la capital antioqueña.
Una vez llegó a su casa procedente de Medellín, se cambió, salió y se reunió con su gallada. Al amanecer del 18 de septiembre, fue baleado por sicarios en motocicleta.
El afán de retornar a su casa porque no quería continuar en un centro de rehabilitación en Medellín, hasta donde fuera traslado por su adicción a las drogas, hizo que Edinson Darío Rico Román, un vallenato de 27 años, se fugara de ese sitio y deambulara por las calles de la capital de Antioquia, hasta que su madre resolvió ir por él y traerlo de nuevo a Valledupar.
El martes 17 de septiembre, bien temprano llegaron a su vivienda localizada en el barrio 'La Nevada' y Edison no tuvo que ver con el resto de su familia, sino que se cambió de ropa y a los pocos minutos, salió al reencuentro con sus amigos de barriada.
Cuando regresaba a su casa, a escasos metros de la misma, este joven recibió cuatro impactos de bala en la cabeza, al parecer de una pistola 9 milímetros accionada por dos sicarios que lo persiguieron y le dispararon a corta distancia en la calle 5C con carrera 41 a una cuadra de su residencia.
“Alcancé a escuchar solo los disparos, porque no logré ver a nadie, cuando las autoridades llegaron los vecinos del barrio alertaban que habían matado Edinson, porque era una persona muy conocida en el sector. Me dijeron que un hombre que se bajó de la parrilla de una motocicleta, fue quién comenzó a disparar y al caer al suelo, lo remató con otros impactos de bala en la cabeza”, explicó aún sorprendido por el suceso, uno de sus familiares, quien pidió omitir su nombre por razones de seguridad.
La acción criminal se registró hacia las 4:30 de la madrugada del 18 de septiembre y hasta el momento las autoridades no han podido establecer las verdaderas causas del atentado.
Edison Darío Rico era soltero, vivía con su progenitora a pocos metros de la escena de crimen, y dejó dos hijos. Era el único varón de la familia y el segundo de cuatro hermanos. Tenía solo ocho días de estar recluido en uno de los centros de rehabilitación en la capital antioqueña.