Una pintora radicada en Valledupar hace cuatro años comparte su aprendizaje desde las artes plásticas con pacientes que padecen diferentes enfermedades.
Karen Rendón reside hace cuatro años en Valledupar, en donde se ha dedicado a convertir en realidad lo que proyecta en su mente a través de arte utilitario como ella mismo lo llama, porque lo refleja en vajillas y otros elementos.
Más allá de su oficio, ahora también ha iniciado un proyecto con el cual busca vincularse paulatinamente a fundaciones y diferentes comunidades con el fin de llevarles un espacio terapéutico a través del cual las personas que están atravesando un momento difícil por cuenta de una enfermedad tengan la oportunidad de mejorar su ánimo.
Este programa, llamado ‘Arte con propósito’, decidió lanzarlo hace mes y medio, y de acuerdo con Rendón es una retribución de todo lo que quiere dar a la comunidad con lo que sabe.
Ya ha empezado con algunos grupos a poner en marcha esta iniciativa. “Ya se ha hecho con mujeres durante dos horas o tres donde la persona va, pinta, se relaja y transporta y sale con una obra de arte hecha por sí misma, especialmente personas que nunca hayan pintado”, aseguró Rendón.
Esta actividad es en cierta medida una réplica de terapias que son puestas en marcha en varios países de Europa y también en los Estados Unidos.
“La idea tiene muchísimo tiempo en Estados Unidos y en Europa está incursionando, la vi de un par de mujeres en New Orleans y de ahí nació la idea de tomar el arte como un proceso sanador para quienes habían sufrido, habían perdidos pertenencias y familiares, como manera de salir de esa encapsulada del momento por los problemas. Vi la iniciativa y me pareció súper chévere”, agregó Rendón, quien siempre ha tenido cercanía con el trabajo social ya que estuvo vinculada durante seis años a una fundación en Barranquilla.
En ese momento también trabajaba con comunidades y siempre se ha interesado por trabajar con distintas poblaciones con el arte como instrumento porque considera que es para todos y que tiene muchos beneficios.
Tras realizar un preparatorio de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de Barranquilla empezó a plasmar sus obras en las cuales hay gran presencia del color y que no se clasifican dentro de una corriente artística en particular.
El proyecto que lidera ahora tiene la finalidad de llegar a muchas fundaciones y personas que puedan beneficiarse con eso. “Me gustaría mucho con las personas que tienen cáncer, Dios me ha puesto eso y lo tengo muy fijado en mi cabeza”, manifestó la pintora, quien programa estos espacios para que se desarrollen cerca de dos veces mensualmente con distintos grupos para generar un impacto social.
Una pintora radicada en Valledupar hace cuatro años comparte su aprendizaje desde las artes plásticas con pacientes que padecen diferentes enfermedades.
Karen Rendón reside hace cuatro años en Valledupar, en donde se ha dedicado a convertir en realidad lo que proyecta en su mente a través de arte utilitario como ella mismo lo llama, porque lo refleja en vajillas y otros elementos.
Más allá de su oficio, ahora también ha iniciado un proyecto con el cual busca vincularse paulatinamente a fundaciones y diferentes comunidades con el fin de llevarles un espacio terapéutico a través del cual las personas que están atravesando un momento difícil por cuenta de una enfermedad tengan la oportunidad de mejorar su ánimo.
Este programa, llamado ‘Arte con propósito’, decidió lanzarlo hace mes y medio, y de acuerdo con Rendón es una retribución de todo lo que quiere dar a la comunidad con lo que sabe.
Ya ha empezado con algunos grupos a poner en marcha esta iniciativa. “Ya se ha hecho con mujeres durante dos horas o tres donde la persona va, pinta, se relaja y transporta y sale con una obra de arte hecha por sí misma, especialmente personas que nunca hayan pintado”, aseguró Rendón.
Esta actividad es en cierta medida una réplica de terapias que son puestas en marcha en varios países de Europa y también en los Estados Unidos.
“La idea tiene muchísimo tiempo en Estados Unidos y en Europa está incursionando, la vi de un par de mujeres en New Orleans y de ahí nació la idea de tomar el arte como un proceso sanador para quienes habían sufrido, habían perdidos pertenencias y familiares, como manera de salir de esa encapsulada del momento por los problemas. Vi la iniciativa y me pareció súper chévere”, agregó Rendón, quien siempre ha tenido cercanía con el trabajo social ya que estuvo vinculada durante seis años a una fundación en Barranquilla.
En ese momento también trabajaba con comunidades y siempre se ha interesado por trabajar con distintas poblaciones con el arte como instrumento porque considera que es para todos y que tiene muchos beneficios.
Tras realizar un preparatorio de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de Barranquilla empezó a plasmar sus obras en las cuales hay gran presencia del color y que no se clasifican dentro de una corriente artística en particular.
El proyecto que lidera ahora tiene la finalidad de llegar a muchas fundaciones y personas que puedan beneficiarse con eso. “Me gustaría mucho con las personas que tienen cáncer, Dios me ha puesto eso y lo tengo muy fijado en mi cabeza”, manifestó la pintora, quien programa estos espacios para que se desarrollen cerca de dos veces mensualmente con distintos grupos para generar un impacto social.