Los familiares de la víctima no asistieron al Batallón porque querían que el perdón se hiciera en el pueblo Wiwa o en la Casa Indígena.
La cita estaba acordada para las 9:30 de la mañana en la Sala de Guerra del Batallón de Artillería Número 2, La Popa; allí el Comandante de esta guarnición militar les pediría perdón en público a los familiares de la joven indígena, Noemí Esther Pacheco Zabala, quien resultó muerta en un supuesto combate.
Pero precisamente esos familiares de la joven no asistieron, pues meses atrás interpusieron una tutela para que ese perdón se pidiera justamente en el pueblo indígena Wiwa o en la Casa Indígena; pero el juez no falló este mecanismo a favor de ellos, si no del Ejército, por lo que las excusas públicas fueron presentadas en el batallón.
Este caso en el que Noemí Esther, de 14 años, resultó muerta junto a su compañero sentimental, Hermes Carrillo, ocurrió el 9 de febrero de 2005.
Según la información, la pareja estaba en la finca situada en predios del Cerro, en la vereda El Pontón, perteneciente al corregimiento de Atánquez, jurisdicción de Valledupar.
En la madrugada de ese día, llegaron los uniformados y al parecer sacaron a la fuerza a la pareja y los acusaron de ser presuntos colaboradores del Frente 59 de las Farc, por lo que les dispararon en repetidas ocasiones. Luego fueron presentados por el Ejército como miembros de ese grupo subversivo muerto en combate.
Como por este hecho ya varios militares fueron condenados, el paso siguiente fue presentar excusa pública a los familiares de la afectada, por ello el comandante del Batallón de Artillería Número 2, La Popa, coronel Wber Orlando Pulido, pidió perdón públicamente ante representantes de los gobiernos local y departamental, el Ministerio Público y otras entidades gubernamentales.
El coronel indicó que “como fieles cumplidores de nuestra Constitución y la Ley, de las cuales es garante el aparato judicial colombiano y cumplidor nuestro Glorioso Ejército Nacional”.
Agregó que “de acuerdo a lo ordenado por el Juzgado Primero Administrativo de Valledupar y coadyuvado por el Tribunal Administrativo del Cesar, el Batallón de Artillería Número 2 La Popa, expreso tan lamentable realidad, demostrada en algunos casos particulares, como lo es el que hoy nos ocupa, es producto del actuar individual y excesivo de algunos servidores, y no obedece a políticas de la institución. Sin embargo es nuestro Ejército Nacional, quien debe asumir la responsabilidad”.
El oficial señaló en uno de los apartes de la responsabilidad de la guarnición militar durante la reparación simbólica a los familiares de la nativa, donde la cúpula militar pidió perdón por el falso positivo, “Seguiremos trabajando arduamente para evitar que este tipo de situaciones se vuelvan a presentar”, explicó el alto oficial.
Los familiares de la víctima no asistieron al Batallón porque querían que el perdón se hiciera en el pueblo Wiwa o en la Casa Indígena.
La cita estaba acordada para las 9:30 de la mañana en la Sala de Guerra del Batallón de Artillería Número 2, La Popa; allí el Comandante de esta guarnición militar les pediría perdón en público a los familiares de la joven indígena, Noemí Esther Pacheco Zabala, quien resultó muerta en un supuesto combate.
Pero precisamente esos familiares de la joven no asistieron, pues meses atrás interpusieron una tutela para que ese perdón se pidiera justamente en el pueblo indígena Wiwa o en la Casa Indígena; pero el juez no falló este mecanismo a favor de ellos, si no del Ejército, por lo que las excusas públicas fueron presentadas en el batallón.
Este caso en el que Noemí Esther, de 14 años, resultó muerta junto a su compañero sentimental, Hermes Carrillo, ocurrió el 9 de febrero de 2005.
Según la información, la pareja estaba en la finca situada en predios del Cerro, en la vereda El Pontón, perteneciente al corregimiento de Atánquez, jurisdicción de Valledupar.
En la madrugada de ese día, llegaron los uniformados y al parecer sacaron a la fuerza a la pareja y los acusaron de ser presuntos colaboradores del Frente 59 de las Farc, por lo que les dispararon en repetidas ocasiones. Luego fueron presentados por el Ejército como miembros de ese grupo subversivo muerto en combate.
Como por este hecho ya varios militares fueron condenados, el paso siguiente fue presentar excusa pública a los familiares de la afectada, por ello el comandante del Batallón de Artillería Número 2, La Popa, coronel Wber Orlando Pulido, pidió perdón públicamente ante representantes de los gobiernos local y departamental, el Ministerio Público y otras entidades gubernamentales.
El coronel indicó que “como fieles cumplidores de nuestra Constitución y la Ley, de las cuales es garante el aparato judicial colombiano y cumplidor nuestro Glorioso Ejército Nacional”.
Agregó que “de acuerdo a lo ordenado por el Juzgado Primero Administrativo de Valledupar y coadyuvado por el Tribunal Administrativo del Cesar, el Batallón de Artillería Número 2 La Popa, expreso tan lamentable realidad, demostrada en algunos casos particulares, como lo es el que hoy nos ocupa, es producto del actuar individual y excesivo de algunos servidores, y no obedece a políticas de la institución. Sin embargo es nuestro Ejército Nacional, quien debe asumir la responsabilidad”.
El oficial señaló en uno de los apartes de la responsabilidad de la guarnición militar durante la reparación simbólica a los familiares de la nativa, donde la cúpula militar pidió perdón por el falso positivo, “Seguiremos trabajando arduamente para evitar que este tipo de situaciones se vuelvan a presentar”, explicó el alto oficial.