Por cuarta vez en la historia, el Festival de la Leyenda Vallenata tuvo que ser aplazado, esta vez por la crisis sanitaria del coronavirus.
Desde el pasado 12 de marzo cuando se aplazó la versión 53° del Festival de la Leyenda Vallenata, semanas después de haber iniciado las inscripciones, en Valledupar solo se escuchaba la pregunta “¿Cuándo se realizará el Festival?” Todos con la ilusión de que la fecha fuera anunciada prontamente y se pudiera disfrutar de la fiesta de acordeones más importante del mundo.
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Sin embargo, los días pasaron y la emergencia sanitaria decretada por el coronavirus fue alejando el deseo que tenía la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, participantes y, sobre todo, la comunidad en general de que en la ciudad nuevamente se volvieran a escuchar las melodías de los acordeones y la danza del Pilón, con su alegría y colorido, recorriera la tierra del Cacique Upar.
Con las calles desoladas por el confinamiento, los habitantes no pudieron apreciar el esplendor de las flores de los árboles de cañahuate y pui que en esta época visten de amarillo los cerros que cubren a Valledupar.
Este año el Festival de la Leyenda Vallenata era en homenaje a Jorge Oñate ‘La Leyenda’ y rendía un reconocimiento especial al compositor Rosendo Romero, quienes desde el inicio de su escogencia trabajaron para que la versión del 2020 fuera inolvidable. En diálogo con EL PILÓN coincidieron en que por esta época la nostalgia los arropa, pero son consiente que por las circunstancias lo mejor era aplazar el evento.
“Se presentó este momento tan difícil por el que estamos pasando, esta pandemia del coronavirus y uno añoraba recibir esa fecha. Dios estaba mostrando que iba a ser algo especial, un festival apoteósico y renombrado como todos los festivales”, dijo el ‘Jilguero de América’, Jorge Oñate, quien se recuperaba de sus quebrantos de salud para disfrutar el homenaje.
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Añadió: “Estamos todos llenos de nostalgia, había mucha alegría por todas las cosas que se estaban montando en bien de la música vallenata y nuestra música tradicional. Se presentó este inconveniente y es un momento muy delicado”. Por último, envió un mensaje a sus seguidores para que atiendan las recomendaciones sanitarias.
Por su parte, Rosendo Romero expresó que cuando pase la pandemia el Festival Vallenato será visto como un “evento terapéutico” para la humanidad. Además de una gran oportunidad para dejar de lado las emociones negativas y permitirá que las personas puedan reencontrarse con la cultura y el folclor.
Sin embargo, manifestó que el aplazamiento del Festival no solo afectó emocionalmente a los concursantes, a las personas que integran la Fundación de la Leyenda Vallenata, sino que también la economía de la región.
“Como es natural uno siente la nostalgia, no solo por el hecho de que se aplace el reconocimiento que nos iba a hacer la Fundación, sino porque el Festival es una fiesta que alimenta espiritualmente a toda la región, que además de ser una oportunidad emocional y positiva, es también todo lo que implica los negocios, el transporte y la hotelería, todo eso que mueve la economía de la ciudad y de todo el país”, añadió.
Como es tradición, el Desfile de Piloneras anuncia oficialmente el inicio de una nueva versión del Festival de la Leyenda Vallenata. Este año el evento se iba a realizar el 29 de abril. Sin embargo, los versos del pilón no se escucharon.
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Con su gracia, colorido y espontaneidad, niños y adultos suelen recorrer la avenida Simón Bolívar desde el barrio Los Cortijos hasta el monumento de la Pilonera Mayor. Cansados, pero con una sonrisa en el rostro por haber bailado por más de dos horas en el denominado ‘pilódromo’, terminaban su presentación y continuaban la fiesta en sus casas o en el parque de la Leyenda Vallenata, donde habitualmente se realiza la inauguración del Festival.
Esta vez no llovió en Valledupar, las jornadas de preparación de vestuario no iniciaron a las 6:00 de la mañana y el ‘corre-corre’ por llegar a tiempo al desfile se resumió a videos publicados en redes sociales donde aparecen bailando, en pequeños fragmentos, la danza que los pone a vibrar desde niños.
“A pesar de las circunstancias que se presenten nosotros siempre salimos al Desfile de Piloneras y participamos de los eventos antes, durante y después del Festival. Siempre nos tienen en cuenta para muestras culturales, pero esta es la primera vez que no salimos desde hace más de 20 años cuando venimos participando”, dijo Erinson Suárez, integrante del Pilón Cañaguate.
Por su parte, María Carabalí, integrante del Pilón Areandina, expresó: “Sin lugar a dudas el Festival es una de las fiestas más bonitas que tenemos. Este desfile hubiera sido único. Es una experiencia inigualable caminar por las calles de nuestra ciudad bailando y trasmitiendo alegría a tantas personas”.
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Por último, Edwin Jiménez, licenciado en Danzas del Areandina, añadió que pese a las circunstancias por las que está pasando el mundo, su grupo de baile siempre tuvo la esperanza de que el desfile se realizaría y confesó que ahora más que nunca añoran participar en el festival.
En la Plaza Alfonso López no se escucharon los aires de puya, son, paseo y merengue, que son interpretado por acordeoneros de distintas regiones de Colombia, quienes al compás de los aplausos de la gente que siempre los acompaña, refrescan los días calurosos en la capital mundial del vallenato.
La Plaza Alfonso López se convierte en el epicentro que reúne a acordeoneros de la talla de Hugo Carlos Granados, Álvaro López y Julián Rojas, entre otros, quienes se coronaron reyes en este lugar. La soledad y la desolación primaron en los alrededores del centro histórico de la ciudad.
EL PILÓN conversó con el rey de reyes Hugo Carlos Granados, quien mencionó que nunca había vivido un aplazamiento del Festival “tan largo” y resaltó que este es un momento melancólico para todos los amantes del folclor vallenato.
“Tenemos mucha tristeza y nostalgia, pienso que debe ser para los participantes la frustración de un sueño porque de pronto había una buena preparación, estaban haciendo sus ensayos previos para coronarse reyes en esta versión (…). El tiempo de Dios es perfecto y tenemos que esperar que a su debido momento nos abra la llave nuevamente”, expresó.
Además, reveló cómo es la rutina durante los cuatro días de competencia de los participantes, específicamente la que vivió cuando se coronó rey de reyes.
“El trajín de un día de competencia es bastante fuerte, con mi equipo de trabajo nos citábamos a las 8:30 a.m., en la iglesia la Concepción. Hacíamos la presentación, salíamos a almorzar y esperábamos la presentación en la tarde. Cuando concursamos hay mucha tensión porque uno va con la ilusión de ganar y se maneja mucho estrés en esa parte, pero eso es lo que nos gusta. Mezclamos el estrés con la fiesta”, puntualizó.
Por estos días en Valledupar solo se escucha la canción ‘Ausencia sentimental’ de Rafael Manjarrez, aquella que fue nombrada el himno de esta festividad y que ahora describe las añoranzas de un pueblo de disfrutar su festival.
Entre los artistas confirmados para amenizar cada noche en el parque de la Leyenda Vallenata en esta versión solo estaban Marc Anthony y Silvestre Dangond. Los espectáculos se pausaron y la gente solo espera con ansias escuchar una nueva fecha del Festival de la Leyenda Vallenata.
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Además, las casas no se adornaron para el concurso de ‘La casa festivalera’, la piqueria no emocionó a los espectadores y la canción inédita no se trasladó al corregimiento de Patillal, Cesar como ocurrió el año pasado.
Anteriormente el Festival de la Leyenda Vallenata se había aplazado en tres oportunidades: 1970 y 1974 por elecciones presidenciales; y en 1983 por el terremoto de Popayán. Este año la pandemia del coronavirus obligó a postergar el evento como medida de prevención y los preparativos fueron pausados hasta que no haya pasado la emergencia sanitaria.
En diálogo con EL PILÓN, Efraín ‘Mono’ Quintero, vicepresidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, dijo que la crisis ha causado que la gente se vuelva más humanista y lo ha llevado a repensar las cosas, entre ellas, el Festival Vallenato.
Consideró que, aunque actualmente se están realizando actividades virtuales para acercar más a la gente a su festival, no se debe dejar de lado el apego hacía la comunidad y las actividades que incluyan a todos los sectores sociales, así como lo venían haciendo con el ‘Festival a las comunas’ a principio de este año.
“Creo que tenemos que volvernos más humanistas, el Festival Vallenato ha sido un evento maravilloso y desde luego que nos llena de mucha nostalgia. A mí me ha generado un espacio para pensar cosas sobre cómo vamos a tratar el mundo después de la pandemia. Sí hablábamos del Festival Vallenato, tenemos que pensar muy bien porque nuestro festival no puede caer en lo virtual porque a mí lo virtual me parece totalmente ajeno a lo humanista que debemos ser”, dijo.
Por último, mencionó que el homenaje a Jorge Oñate y a Rosendo Romero sigue en pie, así como las actividades que ya tenían programadas para la versión 53. Además, dijo que a futuro tiene varias ideas como la creación de un museo para que las personas puedan tener acceso a archivos de la Fundación y una manera más de llevar la cultura a la población.
Por: Carmen Lucía Mendoza/ EL PILÓN
Por cuarta vez en la historia, el Festival de la Leyenda Vallenata tuvo que ser aplazado, esta vez por la crisis sanitaria del coronavirus.
Desde el pasado 12 de marzo cuando se aplazó la versión 53° del Festival de la Leyenda Vallenata, semanas después de haber iniciado las inscripciones, en Valledupar solo se escuchaba la pregunta “¿Cuándo se realizará el Festival?” Todos con la ilusión de que la fecha fuera anunciada prontamente y se pudiera disfrutar de la fiesta de acordeones más importante del mundo.
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Sin embargo, los días pasaron y la emergencia sanitaria decretada por el coronavirus fue alejando el deseo que tenía la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, participantes y, sobre todo, la comunidad en general de que en la ciudad nuevamente se volvieran a escuchar las melodías de los acordeones y la danza del Pilón, con su alegría y colorido, recorriera la tierra del Cacique Upar.
Con las calles desoladas por el confinamiento, los habitantes no pudieron apreciar el esplendor de las flores de los árboles de cañahuate y pui que en esta época visten de amarillo los cerros que cubren a Valledupar.
Este año el Festival de la Leyenda Vallenata era en homenaje a Jorge Oñate ‘La Leyenda’ y rendía un reconocimiento especial al compositor Rosendo Romero, quienes desde el inicio de su escogencia trabajaron para que la versión del 2020 fuera inolvidable. En diálogo con EL PILÓN coincidieron en que por esta época la nostalgia los arropa, pero son consiente que por las circunstancias lo mejor era aplazar el evento.
“Se presentó este momento tan difícil por el que estamos pasando, esta pandemia del coronavirus y uno añoraba recibir esa fecha. Dios estaba mostrando que iba a ser algo especial, un festival apoteósico y renombrado como todos los festivales”, dijo el ‘Jilguero de América’, Jorge Oñate, quien se recuperaba de sus quebrantos de salud para disfrutar el homenaje.
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Añadió: “Estamos todos llenos de nostalgia, había mucha alegría por todas las cosas que se estaban montando en bien de la música vallenata y nuestra música tradicional. Se presentó este inconveniente y es un momento muy delicado”. Por último, envió un mensaje a sus seguidores para que atiendan las recomendaciones sanitarias.
Por su parte, Rosendo Romero expresó que cuando pase la pandemia el Festival Vallenato será visto como un “evento terapéutico” para la humanidad. Además de una gran oportunidad para dejar de lado las emociones negativas y permitirá que las personas puedan reencontrarse con la cultura y el folclor.
Sin embargo, manifestó que el aplazamiento del Festival no solo afectó emocionalmente a los concursantes, a las personas que integran la Fundación de la Leyenda Vallenata, sino que también la economía de la región.
“Como es natural uno siente la nostalgia, no solo por el hecho de que se aplace el reconocimiento que nos iba a hacer la Fundación, sino porque el Festival es una fiesta que alimenta espiritualmente a toda la región, que además de ser una oportunidad emocional y positiva, es también todo lo que implica los negocios, el transporte y la hotelería, todo eso que mueve la economía de la ciudad y de todo el país”, añadió.
Como es tradición, el Desfile de Piloneras anuncia oficialmente el inicio de una nueva versión del Festival de la Leyenda Vallenata. Este año el evento se iba a realizar el 29 de abril. Sin embargo, los versos del pilón no se escucharon.
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Con su gracia, colorido y espontaneidad, niños y adultos suelen recorrer la avenida Simón Bolívar desde el barrio Los Cortijos hasta el monumento de la Pilonera Mayor. Cansados, pero con una sonrisa en el rostro por haber bailado por más de dos horas en el denominado ‘pilódromo’, terminaban su presentación y continuaban la fiesta en sus casas o en el parque de la Leyenda Vallenata, donde habitualmente se realiza la inauguración del Festival.
Esta vez no llovió en Valledupar, las jornadas de preparación de vestuario no iniciaron a las 6:00 de la mañana y el ‘corre-corre’ por llegar a tiempo al desfile se resumió a videos publicados en redes sociales donde aparecen bailando, en pequeños fragmentos, la danza que los pone a vibrar desde niños.
“A pesar de las circunstancias que se presenten nosotros siempre salimos al Desfile de Piloneras y participamos de los eventos antes, durante y después del Festival. Siempre nos tienen en cuenta para muestras culturales, pero esta es la primera vez que no salimos desde hace más de 20 años cuando venimos participando”, dijo Erinson Suárez, integrante del Pilón Cañaguate.
Por su parte, María Carabalí, integrante del Pilón Areandina, expresó: “Sin lugar a dudas el Festival es una de las fiestas más bonitas que tenemos. Este desfile hubiera sido único. Es una experiencia inigualable caminar por las calles de nuestra ciudad bailando y trasmitiendo alegría a tantas personas”.
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Por último, Edwin Jiménez, licenciado en Danzas del Areandina, añadió que pese a las circunstancias por las que está pasando el mundo, su grupo de baile siempre tuvo la esperanza de que el desfile se realizaría y confesó que ahora más que nunca añoran participar en el festival.
En la Plaza Alfonso López no se escucharon los aires de puya, son, paseo y merengue, que son interpretado por acordeoneros de distintas regiones de Colombia, quienes al compás de los aplausos de la gente que siempre los acompaña, refrescan los días calurosos en la capital mundial del vallenato.
La Plaza Alfonso López se convierte en el epicentro que reúne a acordeoneros de la talla de Hugo Carlos Granados, Álvaro López y Julián Rojas, entre otros, quienes se coronaron reyes en este lugar. La soledad y la desolación primaron en los alrededores del centro histórico de la ciudad.
EL PILÓN conversó con el rey de reyes Hugo Carlos Granados, quien mencionó que nunca había vivido un aplazamiento del Festival “tan largo” y resaltó que este es un momento melancólico para todos los amantes del folclor vallenato.
“Tenemos mucha tristeza y nostalgia, pienso que debe ser para los participantes la frustración de un sueño porque de pronto había una buena preparación, estaban haciendo sus ensayos previos para coronarse reyes en esta versión (…). El tiempo de Dios es perfecto y tenemos que esperar que a su debido momento nos abra la llave nuevamente”, expresó.
Además, reveló cómo es la rutina durante los cuatro días de competencia de los participantes, específicamente la que vivió cuando se coronó rey de reyes.
“El trajín de un día de competencia es bastante fuerte, con mi equipo de trabajo nos citábamos a las 8:30 a.m., en la iglesia la Concepción. Hacíamos la presentación, salíamos a almorzar y esperábamos la presentación en la tarde. Cuando concursamos hay mucha tensión porque uno va con la ilusión de ganar y se maneja mucho estrés en esa parte, pero eso es lo que nos gusta. Mezclamos el estrés con la fiesta”, puntualizó.
Por estos días en Valledupar solo se escucha la canción ‘Ausencia sentimental’ de Rafael Manjarrez, aquella que fue nombrada el himno de esta festividad y que ahora describe las añoranzas de un pueblo de disfrutar su festival.
Entre los artistas confirmados para amenizar cada noche en el parque de la Leyenda Vallenata en esta versión solo estaban Marc Anthony y Silvestre Dangond. Los espectáculos se pausaron y la gente solo espera con ansias escuchar una nueva fecha del Festival de la Leyenda Vallenata.
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Además, las casas no se adornaron para el concurso de ‘La casa festivalera’, la piqueria no emocionó a los espectadores y la canción inédita no se trasladó al corregimiento de Patillal, Cesar como ocurrió el año pasado.
Anteriormente el Festival de la Leyenda Vallenata se había aplazado en tres oportunidades: 1970 y 1974 por elecciones presidenciales; y en 1983 por el terremoto de Popayán. Este año la pandemia del coronavirus obligó a postergar el evento como medida de prevención y los preparativos fueron pausados hasta que no haya pasado la emergencia sanitaria.
En diálogo con EL PILÓN, Efraín ‘Mono’ Quintero, vicepresidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, dijo que la crisis ha causado que la gente se vuelva más humanista y lo ha llevado a repensar las cosas, entre ellas, el Festival Vallenato.
Consideró que, aunque actualmente se están realizando actividades virtuales para acercar más a la gente a su festival, no se debe dejar de lado el apego hacía la comunidad y las actividades que incluyan a todos los sectores sociales, así como lo venían haciendo con el ‘Festival a las comunas’ a principio de este año.
“Creo que tenemos que volvernos más humanistas, el Festival Vallenato ha sido un evento maravilloso y desde luego que nos llena de mucha nostalgia. A mí me ha generado un espacio para pensar cosas sobre cómo vamos a tratar el mundo después de la pandemia. Sí hablábamos del Festival Vallenato, tenemos que pensar muy bien porque nuestro festival no puede caer en lo virtual porque a mí lo virtual me parece totalmente ajeno a lo humanista que debemos ser”, dijo.
Por último, mencionó que el homenaje a Jorge Oñate y a Rosendo Romero sigue en pie, así como las actividades que ya tenían programadas para la versión 53. Además, dijo que a futuro tiene varias ideas como la creación de un museo para que las personas puedan tener acceso a archivos de la Fundación y una manera más de llevar la cultura a la población.
Por: Carmen Lucía Mendoza/ EL PILÓN