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¡Vamos a llenar de cariño los amaneceres del valle!

En medio del apoteósico espectáculo que brindó silvestre Dangond este 21 de noviembre en Valledupar a orillas del río guatapurí con la presencia de la sirena enmudecida y solitaria que fue testigo de primera mano de ese show fabuloso, hubo un momento solemne para brindar un sentido homenaje al hombre de Treinta Tomarrazón, el indio Guajiro, el polifacético poeta y compositor: el maestro Romualdo Brito.

En ese sentido hay que decirle a Silvestre: ¡gracias!, así es como se le brinda reconocimiento a un grande, cantando y resaltando su música;  Silvestre lo hizo, él  está rodeado de un grupo de músicos de alto nivel, a los que hay que reconocerles su enjundia y entrega en el escenario, son  sencillamente extraordinarios. Aplausos para ellos y para los que en detalle permiten que haya una puesta en escena optima, espectacular: ingenieros, técnicos, auxiliares, la logística y el hombre orquesta Carlos Bloom y su asesor de siempre, el rector Fabio Torres. Un espectáculo al mejor nivel internacional, nada que envidiar.

Pero no es solo a eso a lo que quiero referirme y agradecer al señor Silvestre Dangond, seguramente más de uno se harán cruces, agradecer  por hacer de este espectáculo un verdadero espacio de promoción de Valledupar, el hombre se empeñó en vender la imagen positiva de nuestra querida ciudad y mostrarle al mundo las bondades de una tierra hermosa, que turísticamente tiene mucho por brindar y mostrar pero que infortunadamente se ha subvalorado  y nos hemos dormido en los laureles del festival vallenato, y hay mucho más por dar turísticamente sin desconocer lo grande de nuestro folclor; nos debemos a él pero hay que valorarlo, proteger y defender a ultranza.

“Vamos a llenar de cariño los amaneceres del valle”. El pedido de Romualdo, exaltando lo grato que es Valledupar, nos invita a darle amor a una tierra que nos ha dado todo;  tenemos con qué ser la imagen de Colombia ante el mundo,  desde un pueblo donde brotan las  notas de un  acordeón  como  manantial lleno de amor, cantos y melodías que engalanan el sentir de un pueblo glorioso.

Por todo esto, gracias Silvestre; por escoger a Valledupar para retomar tu trabajo y darnos  la oportunidad   que millones de personas en todo el mundo sepan de esta tierra.

Eso lo hacen los hijos buenos y tú eres un ilustre hijo de Valledupar, así lo expresaste en medio del concierto y quedó grabado para siempre en el corazón de los vallenatos.

Querer a Valledupar no es difícil, cuidarla  no es una quimera, es la razón de ser de todos los vallenatos, el objetivo que nos debe impulsar a ser mejores cada día.

Ay sígueme queriendo te pido, para que el amor no se acabe
ay vamos a llenar de cariño los amaneceres del Valle

Silvestre nos puso la plana, hay que hacerla.    Sólo Eso.

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Eduardo Santos Ortega Vergara: