La fuerza laboral es el activo más importante de una empresa o país, conforme lo son las exportaciones que determinan su desarrollo, tema contextualizado por el ingeniero metalúrgico Francisco José Pallares Gutiérrez en su columna titulada ‘Para entender mejor el desarrollo económico’, pero igual se retrotrae al principio de economía: “No venda el cuero, venda los zapatos”, para significar cuán importante es procesar la materia prima y sumar valor agregado.
Ese valor agregado lo encontramos virgen, natural, en nuestro folclor como fuente de exportación de la cultura y el turismo que se debe potenciar a través del Centro Cultural de la Música Vallenata con un vallenato de 365 días para atraer el turismo nacional e internacional, sin tener que depender de temporadas con festivales de una semana.
El Centro Cultural de la Música Vallenata generaría ingresos anuales por 34 mil millones de pesos, cifra consignada en la rendición de cuentas entregada por el gobernador Luis Alberto Monsalvo, que se derivaría de la explotación de las obras que contiene el megaproyecto adjudicado al consorcio A Construir S.A., cifradas en $138.817 millones.
La que se considera la ejecutoria bandera del mandatario departamental en su segundo periodo de gobierno, a desarrollar en 22 meses, no solo impactará por la rentabilidad de un museo, sino por una inversión macro en una edificación de 5 pisos que simboliza el mítico palo de mango como idiosincrasia de la tierra vallenata.
Otros compartimientos urbanos de la monumental estructura diseñada por el grupo español IDOM comprende un sótano con 243 celdas de parqueo, restaurante, cafetería, oficinas, estudios de grabación, museografía, Hall de la fama con figuras en cera de los juglares, plaza comercial cubierta, mirador, entidades bancarias, centro de Convenciones o sala de eventos en espacio flexible reconfigurable para 1.200 personas, photocall y plaza de microferias.
Aquí cabe el proverbio Chino: “Enséñale a pescar y no le des el pescado a tus semejantes”, para contrariar la política asistencialista, sobre la necesidad de generar ingresos para colmar las necesidades básicas insatisfechas de la población, logros que no puede garantizar un Estado corrupto, porque hasta los subsidios se los roban.
La descomunal idea no hay que medirla solamente por el lucro de los arriendos de estas locaciones sino por la urgencia de preservar lo declarado por la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad en virtud de la inteligencia y fuerza creativa de nuestros compositores e intérpretes, riqueza que no se puede cuantificar en dinero sino en talento.
Por Miguel Aroca Yepes.