Aunque Valledupar logró salir de los primeros lugares por su tasa de desempleo, que para el trimestre julio-septiembre fue de 11,3 %, la proporción de personas ocupadas de manera informal en la capital cesarense continúa siendo de las más altas del país. Con un 62,2 %, la capital cesarense ocupa el cuarto lugar a nivel nacional, solo después de Sincelejo (66,7 %), Riohacha (63,3 %) y Cúcuta, que registró un porcentaje similar, con 62,3 %. En quinto lugar está Montería con 61,2 %, de acuerdo con el informe del mercado laboral del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Aunque este porcentaje tuvo una caída de 3,4 % respecto del mismo período en el 2023, cuando la proporción de informalidad era de 65,6 %, sigue siendo alto el número de trabajadores sin garantías laborales básicas, como acceso a la seguridad social y otros derechos, así como el cumplimiento de los deberes tributarios.
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En cifras, esto quiere decir que de las 185.000 personas que el Dane registra como ocupadas en Valledupar, es decir, quienes reciben remuneración por algún trabajo o negocio, por lo menos unas 115.000 están en esas condiciones. De acuerdo con el análisis de algunos expertos, no es que en la ciudad se estén generando más empleos, sino que los ciudadanos cada vez emprenden más, trabajan por cuenta propia para poder tener ingresos y subsistir ante la falta la falta de oportunidades, educación y capacitación.
Se requiere una política de empleabilidad formal
En diálogo con EL PILÓN, el economista vallenato Efraín Araújo Pitre explicó que mientras no exista o se ejecute una política de generación de empleo formal, bien sea por iniciativa del Gobierno nacional, departamental o municipal, este panorama no cambiará mucho.
“Valledupar es una ciudad poco industrializada, es decir sus principales actividades productivas son agricultura, ganadería, minería, y el comercio, las áreas relacionadas al campo no han tenido mucha tecnificación a través del tiempo, ni tampoco tienen mucha regulación en términos laborales, por lo cual no contribuyen mucho al empleo formal”, declaró Araújo. Araújo Pitre subrayó que si bien la minería sí aporta al empleo formal “en los últimos años ha habido una desaceleración por la caída de la demanda de carbón en el mundo, lo que produce falta de inversión que repercute directamente en la generación de empleo formal en este sector”.
Supera el total nacional
El total nacional en informalidad es de 55,9 %, es decir, la capital vallenata está más de 6 puntos porcentuales por encima de esa proporción. De igual modo sucede al comparar el total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas que mide la entidad estadística y que tuvo como resultado un 43,3 %, ahí la brecha se hace mayor.
Por Redacción Económica.