Desde pequeños nos han inculcado a las nuevas generaciones que somos el futuro de nuestros pueblos y territorios. ¡Es impresionante como se desarrolla rápidamente Valledupar y sus alrededores! Y este crecimiento lleva consigo decenas de jóvenes dispuestos a servirle a la tierra que nos vio nacer. Las ideas renovadas de fuerzas juveniles han cobrado un papel protagónico en muchos países, logrando intervenir y posicionarse como actores claves en el desarrollo e implementación de las distintas políticas públicas de la agenda de gobierno de alcaldes y gobernadores.
La juventud siempre contribuirá al avance. Hoy en día nos preparamos con infinidad de estudios, lo cual nos permite ser constructores de nuevas ideas que deben ser tenidas en cuenta.
La realidad política del país se ha convertido en un escenario negativo para las nuevas juventudes, temas como la corrupción nos hace pensar que mejor es desarrollar nuestras vidas a través de la empresa privada. Lo anterior es relativamente cierto, pero no podemos los jóvenes apartarnos de las situaciones que vive nuestro país. No creo que la única forma de hacer política sea aspirando a una candidatura o cargo público, el progreso de las ciudades también tiene que ver con los aportes de todas las personas.
Es de gran orgullo enterarse de exitosos vallenatos en los distintos campos laborales, tanto privados como públicos. Pero es muy triste que otra parte de los jóvenes no estén dispuestos a trabajar en su ciudad natal. Lo que debemos buscar es la renovación, aquella que sea ajena a la corrupción, a la politiquería, a la política tradicional y sobre todo aquella que le encanta a algunos vallenatos, aquella perversa y mal llamada comúnmente en Colombia, la política de clanes familares.
Los mandatarios electos para el período 2016-2019 deberían tener como criterio de selección de su gabinete de gobierno y equipos de trabajo la preparación académica y la experiencia profesional. ¡Que no primen los favores políticos, práctica dañina, la cual no genera ningún beneficio! El éxito de las distintas políticas públicas va a depender de la formación académica y de la capacidad de ejecución que tengan aquellos funcionarios públicos que sean nombrados para ejercer los cargos que les han sido designados. Un ejemplo de lo anterior, es el equipo escogido por el nuevo alcalde de Bogotá, en donde se le dio prevalencia a tres aspectos para elegir a su grupo de trabajo: educación, experiencia y desempeño. Nunca se pensó en favores políticos y familiares.
Con el ánimo de cumplir lo anteriormente expuesto, es importante que los jóvenes comencemos a tomar partido en nuestra ciudad. Como joven vallenato estaré una vez al mes, abriendo esa puerta, incentivando a que las nuevas generaciones sean más activas en su ciudad. Con ese fin, utilizaré esta columna de opinión emitiendo ideas, opiniones, experiencias y críticas constructivas la cual he querido llamar: La Nota Bacana!
Por: José Vicente Villazón Gutiérrez