Por Andrés Llamas Nova
Según el Instituto Colombiano de Geología y Minería, el último movimiento sísmico en el departamento del Cesar, se presentó el 10 de mayo en el sureste de la cabecera municipal de San Alberto, Cesar, con una magnitud de 2.9 y, durante los meses de marzo y abril, los movimientos se situaron en ciudades como Bosconia, Becerril, El Copey y Manaure, entre otros, con magnitudes promedio a la antes mencionada.
El más reciente Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente fue establecido en el año 2010 y pone a Valledupar en un nivel bajo de sismicidad; ingenieros de la ciudad, con experiencia en el tema, como Emilio Araos Solano, aseguran que el suelo de la capital del Cesar es apto para construir edificaciones de índole variada.
Por otra parte en el mapa sísmico, este municipio está rodeado de tres fallas geológicas, entre ellas la de Oca, localizada en La Guajira, y la de Santa Marta en Bucaramanga, aspectos que podrían influir en un cambio futuro de la calificación sísmica que ostenta Valledupar.
La ingeniera geóloga de la Fundación Universitaria del Área Andina, Diana Gírales, aseguró que el número de sismos en Valledupar es mucho mayor del que se imagina la gente o se reporta en los medios de comunicación. “A partir de los 90 se han hecho registros de cada uno de los sismos, y son más de 1.600 que se han sentido en Valledupar, muy leves pero han tenido inferencia en construcciones por el hecho de ser repetitivos”.
Las medidas sismo resistentes para la construcción no son al azar, la presidenta de la Asociación de Ingenieros del Cesar, Josefina Hernández, afirma que el código actual es una ley que debe cumplirse en la más mínima edificación, como las viviendas de la comunidad.
“A raíz del terremoto de Popayán en 1983, se establecieron obligatoriamente las medidas sismo resistentes. Eso fue una catástrofe nacional”, dijo la ingeniera Hernández.
Tanto las edificaciones de gran tamaño en Valledupar, como el crecimiento urbanístico de la ciudad, debido al incremento de la población, tuvieron auge en los años 90, cuando ya existía un código de sismo resistencia, que fue actualizado en el año 1998.
Sin embargo, edificaciones de gran tamaño que fueron construidas hace más de 50 años y que aún se mantienen en pie, con apariencia fuerte, fueron hechas con la capacidad profesional del caso y con la sensibilización que dejaron terremotos como el del Eje Cafetero de 1938 y de Nariño 1936, nada más.
Memorias del ingeniero
“A pesar de que no existían estos códigos de sismo resistencia, los ingenieros aplicaban las normas americanas, pero no era una obligación que había de aplicarlas, no era una Ley de la República”, dijo Emilio Araos, Ingeniero Civil, con Maestría en estructuras.
El ingeniero Araos, creador de diseños como el Hospital Rosario Pumarejo de López, estructura calificada en ingeniería como “obra indispensable”, agrega que debido al Plan de Ordenamiento Territorial, POT, de la capital del Cesar, las construcciones de altura son pocas y esto es beneficioso en caso de movimientos telúricos, sin embargo las normas deben establecerse desde la base.
“Mi oficina la tengo desde el 85 en el edificio Caja Agraria, obra que realizó una firma del centro del país, Arinco; con las normas de la época, hizo el primer edificio de 13 pisos”, dijo el ingeniero.
Edificaciones representativas de la ciudad como la Alcaldía, fueron hechas en varias fases; donde hoy funciona el Concejo de Valledupar y otras oficinas de la administración municipal, fueron de la primera fase hecha de dos pisos y con paredes de 60 centímetros hechas en adobe o barro.
Así sucedió con el Colegio Nacional Loperena que en sus más de 70 años, se encuentra en buena forma. El deterioro de esta edificación, que es monumento nacional, está concentrado en una fase relativamente nueva y no en la estructura antigua, según el Ingeniero Araos. “La parte nueva del Loperena que queda sobre la carrera 12, es la que más ha sufrido”, afirmó.
Las edificaciones más susceptibles a deterioro por el paso de los años o por actividad sísmica, están concentradas en el llamado Centro Histórico de Valledupar, que actualmente es considerado de interés cultural para la Nación, según El Ministerio de Cultura, y se encuentran dentro de un Plan de Manejo, liderado por la Alcaldía. Éstas son:
- Iglesia de la Concepción, Monumento Nacional
- Concejo de Valledupar
- Colegio Nacional Loperena
- Casa de la Cultura, antes Cárcel del Mamón, situada en el Callejón de Francisco, esquina de la calle San Cayetano.
Las edificaciones calificadas en ingeniería como Indispensables, son lideradas por hospitales, puestos de salud, comandos de policía, estaciones de bomberos, lugares que en caso de daños estructurales por sismos, no podrían ser trasladados y deben permanecer en pie.
Valledupar posee todos estos lugares, algunos de ellos en remodelación con cierta frecuencia; sucesos que, según el ingeniero Araos, deben darse con la más responsable lectura de las memorias de ingeniería que reposan en las curadurías urbanas, para dar prevalencia a las normas sismo resistentes.
Estudio
No existe en la ciudad un informe que indique el nivel de resistencia sísmica de sus estructuras, salvo el análisis aportado por cada ingeniero y su obra, a través de las memorias de ingeniería que reposan en las curadurías locales. Así que no es posible establecer con certeza, si edificaciones de afluencia masiva de la comunidad, como Terminal de Transportes, Gobernación del Cesar y la Universidad Popular del Cesar, son seguras en caso de terremotos o sismos moderados.
La Fundación Universitaria del Área Andina y la Asociación de Ingenieros del Cesar, pretenden comenzar el estudio de las memorias de ingeniería de este territorio, con la experiencia que los profesionales, Rodolfo Acuña, Emilio Araos, Gustavo Gnecco, Julio Villazón Baquero, Rafael Montero Castro y Calixto Mejía Castro, aporten para tal investigación. De esta manera se podrá conocer cómo fue construido el departamento.
Algunos de los barrios más importantes de la ciudad iniciaron como invasiones: tal es el caso del Primero de Mayo, Doce de Octubre y Los Fundadores. En cada caso, las viviendas fueron construidas por los mismos pobladores; en la mayoría de los casos sin ninguna experiencia técnica, aspecto que prevalece en la construcción de vivienda familiar.