Todas las muertes son dolorosas, especialmente para los seres queridos de los difuntos, pero hoy ahondamos en una que unió a los ganaderos de la región Caribe, el recientemente caso de Juan Felipe Ustáriz González, de quien se creía estaba secuestrado. El viernes se confirmó que nunca fue así, que el mismo día que sujetos armados lo abordaron en su finca en Valledupar, lo mataron e incineraron en el interior de su camioneta, dejando su cadáver irreconocible.
A través de las marcaciones que registran nuestros indicadores de página web con las noticias relacionadas con este caso, los pronunciamientos en redes sociales y medios de comunicación de destacados funcionarios y representantes de gremios, dimensionamos el gran sentimiento de repudio que ha despertado el crimen en la comunidad y hoy nos unimos a las voces de pesar y por supuesto exigimos resultados en las investigaciones, que se dé pronta captura a los asesinos. Estamos seguros de que este es un caso que demostrará una vez más que las autoridades son efectivas cuando se lo proponen.
Policía, Ejército, Fiscalía y Medicina Legal se unieron para ponerle especial atención al crimen, a raíz de la presión de los ganaderos que se sienten acorralados por la delincuencia, ganaderos que hoy se protegen unos a los otros y piden más garantías al Estado. Lo entendemos, pero la sola propuesta de permitirles el porte legal de armas no la compartimos, causa más miedo esa idea que la inseguridad que actualmente los afecta, pues no queremos que haya Ejércitos particulares en la región; dejémosle esa tarea a la fuerza pública.
La cifra de tres homicidios, en lo que va del año en Valledupar, es un indicador que debería mantenerse igual de bajo durante el resto de la presente anualidad y en el resto del territorio nacional. Para lograr ese objetivo no basta con esperar que el Gobierno actué o que los grupos armados cesen hostilidades, ni siquiera el hecho de tomar nuestra propias medidas de protección personal son suficientes; debe haber disposición en cada persona para entender que sus derechos llegan hasta empiece a afectarse el del otro, y además se debe trabajarse en equipo con las autoridades. Establecer un flujo constante de información que ayude a mejorar las estrategias de seguridad es clave; las autoridades sin la comunidad no pueden lograr sus objetivos y viceversa.
Unámonos antes de que ocurra otro execrable crimen, esa unión es probable que ayude a que no ocurra o sean menos. La unidad en cualquier sociedad es la mejor y más efectiva estrategia de seguridad ciudadana.