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Una mirada al comercio de Valledupar

Diversos análisis de carácter económico y social han de hacerse en este 23 de mayo por celebrarse en esta fecha el Día del Comerciante en Colombia.

Lo que se conoce de esta fecha especial es que se celebra “en honor a aquellos que se dedican profesionalmente a realizar los procesos necesarios para llevar los bienes del productor al consumidor y por su importancia en la economía del país”.

Hablar de comercio es hablar de economía y por ende todo concepto en este sentido obliga a echarle ojo a las cifras para soportar cualquier tipo de estudio o análisis.

El comercio es considerado uno de los eslabones más importantes de la cadena productiva de una ciudad o departamento, la dinámica de este está directamente ligada a todos los demás sectores, los logros o falencias del sector productivo se reflejan en el sector comercial.

Desde luego que es necesario detenernos en el caso particular del Cesar y su capital, para ello es aconsejable echarle una mirada al informe realizado por el Observatorio Socioeconómico de la Cámara de Comercio de Valledupar relacionado con el tejido empresarial del departamento. Se trata de una encuesta de entorno empresarial como un instrumento de esta entidad para “efectuar un seguimiento cercano y constante de los aspectos que generan afectaciones a los comerciantes de la región, en particular a los establecimientos abiertos al público”.

Allí se evidenció que es importante determinar las debilidades y fortalezas del sector y con base en ello definir las acciones a seguir para mejorar las condiciones de los comerciantes, además de optimizar los canales de oferta y demanda.

El comportamiento del comercio en Valledupar y el Cesar se viene evaluando desde el año 2021 que es el periodo en el que comenzó la reactivación pospandemia, ejercicio mediante el cual se le ha hecho seguimiento a los establecimientos de comercio abiertos al público en los distintos sectores de Valledupar.

Se miraron aspectos como el desempeño económico, la seguridad y el contexto empresarial, revisando así variables como el proceso de la reactivación económica, el comportamiento de las ganancias, tasas de denuncias, aspectos de victimización, la confianza institucional y la calidad de los servicios públicos que influyeron de manera directa en el tejido empresarial y el desarrollo de la actividad económica de los comerciantes.

Ese seguimiento permitió conocer que la recuperación venía con una tendencia positiva, pero aún no es suficiente para lograr resultados exitosos que se reflejen en el bienestar de muchos hogares de la región.

El estudio determinó que la inseguridad es uno de los principales factores que inciden de forma directa en el desarrollo de las actividades comerciales, “de tal manera que impactan en la confianza de los ciudadanos y comerciantes en su desempeño económico, por tanto, en el tejido empresarial de los mismos”.

Por el momento se habla que Valledupar empieza a diversificar su economía abriendo nuevas perspectivas distintas a la tradicional vocación agropecuaria de gran validez histórica, circunstancias como la terminación de la bonanza algodonera, el recrudecimiento del conflicto armado, la alta población flotante, entre otras razones, hicieron cambiar la naturaleza comercial de la ciudad. En síntesis, la dinámica es positiva pero todavía falta mucho por hacer.

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