La Constitución Política de Colombia de 1991, en su artículo 303, reguló que los gobernadores de las entidades territoriales departamento, serían elegidos por el término de tres años; disposición esta que fue modificada por el Acto Legislativo No. 02 del 6 de agosto de 2002, estableciéndose que estos serían elegidos popularmente para períodos institucionales de cuatro años y sin poder ser reelegidos para el periodo siguiente; lo cual ha permitido la elección popular de nueve gobernadores a la fecha.
De estos nueve gobernadores, seis son afines a la casa de gobierno en una clara hegemonía, por la permanencia en el poder a través de elecciones presuntamente libres con un continuismo indefinido, a veces personalísimo y otras en cuerpo ajeno para perpetuarse en el poder.
La mera sustitución en algunos ciudadanos en dicho cargo gubernamental no ha sido una alternancia ya que simple y llanamente ha sido una prolongación de los mismos intereses y con el agravante de la reelección intermitente.
La evolución del razonamiento político en Colombia más por los escándalos de corrupción que por concientización social y del deber ser, hicieron que actualmente en Colombia se encuentre direccionada y democráticamente por la alternancia.
LA POLÍTICA EN EL CESAR
En ese orden de ideas a nivel regional se está observando el mismo fenómeno social, pero prevaleciendo los intereses individuales, el analfabetismo político, la incoherencia entre lo que se denuncia y lo que realmente se quiere.
De ahí que la tal JUNTANZA promovida por uno de los candidatos a la Gobernación del departamento del Cesar no haya tenido el eco o la acogida esperada por una población cansada del abuso de poder de quienes lo ostentan.
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Las razones que son diversas los enceguecen y más bien se asemejan como minadores del propósito primigenio el cual es el departamento del Cesar.
Los retos venideros para nuestro territorio no son minúsculos, es de supervivencia, nuestra economía de vocación agropecuaria es un espejismo, es en una quimera donde si no aterrizamos de golpe y se siembran las regalías para la reactivación del campo las poblaciones y en especial del arco minero serán zombis acabando cualquier negocio legal que tenga emprendimiento con la degradación social consecuente.
De lo anterior se hace necesario recordar que la alternancia no es sinónimo de izquierda, de derecha o de centro y lo digo porque al estar la izquierda en la Presidencia de la República de Colombia muchos pretenderán realizar esa adecuación al mencionado término.
“La alternancia es el fenómeno político de que ninguna persona o grupo tiene el monopolio del poder en forma permanente, sino que es ostentado por diferentes personas y grupos con diferentes ideologías, programas e intereses, que se suceden por periodos. Lo cual se aplica especialmente al Poder Ejecutivo como el desempeño sucesivo del gobierno por personas de un mismo partido. Es una característica de los regímenes republicanos, en los cuales los cargos públicos se ocupan temporalmente conforme a periodos previamente determinados por la ley, sin que pueda prolongarse dicho lapso, se trata de que, mediante la renovación periódica de los puestos públicos por medio de elecciones, la ciudadanía tenga la oportunidad de ejercer control sobre sus gobernantes y de que todos los ciudadanos puedan tener alguna oportunidad de ocuparlos”. (Diccionario Electoral 2006).
¿POR QUÉ NO HAY ACUERDO?
Si ello es así, realmente me cuesta aceptar la falta de entendimiento en los diferentes actores postulantes para que no haya habido un acuerdo, si todos coinciden que hay un bien mayor, un interés supremo, que es el departamento del Cesar y que deben actuar como guardarraíles para su protección.
Actuar de otra manera es ser propiciante de que el continuismo siga airoso en su andar y
descalificar con una polarización afectiva a una candidata donde su hoja de vida es inmejorable, que en el control político ha sido ejemplarizante y transparente y no tener debilidad alguna para ser controvertida, es sinónimo de desespero.
Estoy seguro que son más los puntos de acercamiento que los que distancian y en momentos críticos es mejor estar junto los honrados.
Por ello en una de las frases más célebres de Simón Bolívar, dijo: “El modo de gobernar bien es emplear a los hombres honrados, aunque sean enemigos”
EL PODER DEL VOTO
El voto en Colombia es programático y de ahí se espera que en unas elecciones libre esta sea la primera razón para cautivar al electorado, seguido de su capacidad y carisma.
En mi caso particular y hablo en primera persona nada me impide creer en la candidata Claudia Margarita Zuleta Murgas en su aspiración legítima a la gobernación del departamento del Cesar y no le doy paso a la tal polarización afectiva irracional la cual solo induce a que los votantes no sean ciudadanos reflexivos, sometiéndolos a gríngolas por la falta de argumentos o fundamentos creíbles y solo con el objeto de restarle confianza en dicha candidata no es de buen recibo.
Todo el departamento sabe que Zuleta Murgas es la única candidata que puede hacerle mella a la casa de gobierno y si no es de su simpatía en vez de lanzar diatribas contra ella debería realizar más esfuerzos por su imagen la cual es muy apreciada empezando por el suscrito el cual le admira su carácter, entereza y valentía para denunciar los focos de corrupción.
Ante tantos improperios recibido por la candidata del que EL CESAR ES LO IMPORTANTE, no puede pasar desapercibido que su finalidad es para diezmar su impulso apabullante, por la aceptación general de su programa de gobierno, la frescura de su imagen como una esperanza de vida, donde se ha pretendido hasta boicotear su presencia en su pueblo natal San Diego (Cesar) con caravana concomitante en una clara provocación a sus simpatizantes, de ahí que se trae a colación la fábula de Esopo, filósofo griego de los siglos VII y VI antes de Cristo: La serpiente y la luciérnaga: “Una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga, la cual huía rápido de la depredadora. Un día la luciérnaga paró y fingiendo exhausta le dijo: me rindo, pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas: ¿pertenezco a tu cadena alimenticia? ¡No! ¿Te hice algún mal? ¡No!
¿Entonces porque quieres hacerme daño y acabar conmigo? Porque no soporto verte brillar.
La luciérnaga se sonrió y voló más alto y rápido, la serpiente se quedó con ganas de ese bocado luminoso quedando demostrado que estaba fuera de su alcance y en un guiño final luminoso le dijo: es hora de que aprendas a brillar tu misma de un modo tan hermoso que aún nosotras las luciérnagas, observemos con admiración, tu gran esplendor”.
POR: CARLOS ALBERTO ARAMENDIZ TATIS/ ESPECIAL PARA EL PILÓN