Cristina Rodríguez es la única persona que desde 1997 vive en el interior del Mercado Satélite. Ella afirmó que ese lugar decayó un año después de su inauguración, la gente empezó a marcharse hacia otros lugares y los 243 locales fueron dejados en abandono.
Productores del campo y comerciantes de Valledupar y corregimientos, le apostaron al moderno y novedoso Mercado Satélite, así mismo hicieron los expendedores de carnes, dueños de variedades, entre otros, pero el negocio se fue a pique efectivamente como lo narró Cristina Rodríguez, y el plan que se proyectaba como solución a la congestión del centro de la ciudad y principalmente el Mercado Nuevo, se arruinó.
Ese era el objetivo según José Rafael Araújo, abogado que fue uno de los representantes legales del proyecto que la empresa promotora Paso-Trading Limitada construyó en ese terreno.
“La intención era que la gente de los corregimientos vendiera ahí, que fuera algo pequeño, para aquel que trae los 300 aguacates, los cinco bultos de yuca. Resulta que no hubo voluntad de parte de Elías Ochoa y otra gente para que estimularan la puesta de unas esas estaciones, en las que llegarían los comerciantes de Pueblo Bello, Guacoche, Los Corazones, Mariangola”.
El abogado manifestó que con el apoyo municipal, los campesinos de la zona podrían haber llegado a una especie de “terminalito” con sus vehículos, abastecer el Mercado Satélite y que los comerciantes del lugar vendieran a buen precio los productos, y así de esta manera solucionar el problema del Mercado Popular que para la época ya estaba hacinado. Entonces no existía Mercabastos.
Entonces, ¿qué sucedió?
Este proyecto de tan corta vida, era una propuesta de Paso-Trading Limitada y otros empresarios para puntos estratégicos de comercio agropecuario.
En ese entonces se construyó otro mercado satélite frente al Batallón La Popa que hoy funciona, pero no con el mismo objeto para el que fue construido.
El alcalde de la época Elías Ochoa Daza, manifestó al diario EL PILÓN, lo que según su punto de vista fue el motivo del fracaso y negó que su administración hubiera conocido algún aspecto referente a “terminalitos” o estaciones vehiculares para los campesinos.
“Eso nunca estuvo previsto, sin embargo yo impulsé con el señor Naranjo el tema, lo que se intentaba era hacer un mercado alterno, porque el mercado público estaba muy congestionado”, dijo el exalcalde.
Ochoa Daza aseguró que al tiempo que la empresa privada construía el Mercado Satélite, su administración, apoyada por Fonade, elaboraba un estudio en el que la conclusión fue que el Mercado Nuevo del centro de Valledupar era suficientemente amplio para las necesidades de la ciudad en ese momento y que lo que en realidad se necesitaba era una central de abastos, que se construyó hasta el 2003.
“Un polo de desarrollo”
El exalcalde Ochoa Daza manifestó que el Mercado Satélite fue una estrategia enmarcada en el proyecto de convertir ese sector de la ciudad en un polo de desarrollo, que venía acompañado de la construcción de la Universidad Popular del Cesar.
“Para mí la falla del Mercado Satélite es que hicieron unos puestos muy pequeños, eran demasiado pequeños con el ánimo de sacarle la mayor rentabilidad, al comienzo fue bueno pero después la gente empezó a dejar de pagar”, dijo.
Mientras se consolidó el fracaso del proyecto Mercado Satélite, llegó la delincuencia al lugar y empezó el saqueó; al mismo tiempo se ratificaba el mercado ambulante de la comunidad que venía desde corregimientos y otras ciudades, en busca de una oportunidad en Valledupar, capital de una “despensa agrícola y ganadera”.
“Teníamos la intención de construir un segundo mercado en el sector de Piedras Azules, terrenos de Concha Moreno, pero el estudio arrojó que era una central de abastos lo que se necesitaba”, concluyó el exalcalde.
Los últimos habitantes
Cristina Rodríguez Jiménez junto a su hija, su nieta y cuatro perros, resguardan el Mercado Satélite, aunque para los propietarios del lugar es una invasora, según lo que ella señala.
“En el año 1998 aquí ya no había nadie, la gente se fue porque unos no vendían, dejaron esto solo porque los clientes no venían a comprar y estaban perdiendo plata. Desde el 98 entonces para acá es raterismo total, destrucción total”, dijo.
De esta manera, ha permanecido en el lugar, del que no pretende salir. “Esto está en pleito, esto era una propiedad horizontal de Paso-Trading, compañía que hizo esto, y la razón social era Centro Comercial Los Fundadores, con 243 locales y con área de carnes. A mí me han querido sacar de aquí sin ninguna remuneración, he tenido demandas y he demandado, de todo”.
El Mercado Satélite que pese a tener varios negocios funcionando en algunos de sus locales, (ninguno con el servicio para el que se construyó de manera inicial), se encuentra en un estado lamentable; fue una estructura sólida pero que hizo parte de un proyecto con fallas de planeación comercial, enemigos políticos, que hoy podría ser parte de la solución que piden a gritos los usuarios y vendedores del Mercado Popular del Centro.
Lo que hay
En las instalaciones del Mercado Satélite funciona una recicladora, despacho de transporte intermunicipal, venta y compra de motocicletas, parqueadero, bodega de mango, taller de arreglo de nevera y lavadoras, un estadero con discoteca incluida y hasta una ebanistería.
La preocupación de los vecinos de los sectores aledaños, es que los locales que no están ocupados, lo utilizan los delincuentes como escondite, lo que eran los mesones de los expendios de carne ahora son pedazos de concreto en ruinas, que sirven como baño o camas de drogadictos, ladrones y hasta de habitantes de la calle, quienes aprovechan el descuido para meterse en este sitio.
Lo que espera la comunidad, es que se busque una solución a estas instalaciones, que se pueda definir con los propietarios para mejorar el ambiente del sector y hacer algo productivo.
Por Andrés Llamas Nova
andres.llamas@elpilon.com.co