A puerta cerrada y con algunos feligreses asomados por la reja de la iglesia se celebró este jueves la eucaristía de la Virgen del Carmen en el barrio que lleva este mismo nombre en Valledupar. El acto litúrgico fue transmitido a través de las redes sociales y medios de comunicación para que las personas desde sus casas pudieran conectarse, ya que por el confinamiento no pudieron acercarse al templo.
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La soledad y el silencio fueron los protagonistas este año en las fiestas patronales, en contraste con los años anteriores que por lo general las calles eran concurridas, llenas de música, bailes y la multitud emocionada llegaba a cumplirle la cita a su patrona.
En pequeños grupos los devotos se acercaron al monumento de la Virgen del Carmen ubicado en el parque central para agradecer por los favores recibidos durante el año y hacer sus nuevas peticiones. Dejaron ofrendas, encendieron velas y oraron por unos minutos en silencio.
EUCARISTÍA VIRTUAL
Durante la eucaristía que se realizó a las 10:00 de la mañana, el obispo, monseñor Óscar José Vélez Isaza invitó a la comunidad a fortalecer los lazos familiares y a buscar siempre el amor de Dios.
“Nos reunimos de una manera atípica, no está repleta la iglesia y no hay tanta gente afuera. Estamos un grupo pequeño que podemos decir representa a toda la familia de la Virgen del Carmen, quienes estamos aquí representamos sus necesidades y las acciones de gracia de tantas personas que tienen a la Virgen del Carmen como patrona ante Dios. Que importante es que a la luz de lo que estamos viviendo podamos leer la palabra de Dios”, dijo.
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Por su parte, el párroco Harold Douglas, describió los sentimientos encontrados que siente la Iglesia católica y los feligreses que en medio de la pandemia del coronavirus tuvieron que celebrar de una manera muy diferente las fiestas patronales de la Virgen del Carmen.
“Se podría decir que el pueblo está triste, porque es un pueblo que es de bulla, fiesta, de pólvora, música y aurora, pero en estos momentos nada de eso se puede hacer por la pandemia del coronavirus. La gente ha ido aceptando y se han dado cuenta, porque no hubo ningún problema en las tres celebraciones porque nadie quiso entrar a la fuerza ni se presentaron aglomeraciones”, explicó.
Por último, envió un mensaje a la comunidad para que respeten las normas de bioseguridad impartidas por el Gobierno nacional para prevenir la expansión de la covid-19 en la ciudad.
“Tenemos que seguir con el fervor y la devoción a la madre del hijo de Dios y que acojamos las disposiciones del Gobierno nacional para que podamos salir más rápido de esta situación. Se torna un poco difícil porque sabemos que hay mucha pobreza y la gente en la mayoría trabaja por el diario vivir; hay que saber que lo más importante es que defendamos el sentido de la vida y que todos luchemos por esto”, finalizó.
PROCESIÓN
A las 4:00 de la tarde a bordo de una camioneta y con el acompañamiento de la Policía Nacional la procesión partió de la iglesia Nuestra Señora del Carmen y recorrió las calles de los barrios El Carmen, Sicarare, Santo Domingo, Simón Bolívar y el centro de la ciudad, custodiada por algunos de sus devotos.
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El estallido de los voladores se escuchaba a lo lejos y los feligreses desde la puerta de sus casas con altares y velas recibieron la bendición de la Virgen del Carmen. “Es una celebración atípica, en otra época esto estuviera repleto. Dios quiera que para el 2021 ya tengamos una vacuna y podamos celebrar con más libertad. Le damos gracias a Dios por darnos la oportunidad de estar aquí”, comentó uno de los sacerdotes durante la celebración.
Se espera que el próximo año haya cesado la crisis sanitaria y una vez más todos puedan estar reunidos en el templo siguiendo la costumbre.
Por: Carmen Lucía Mendoza Cuello/ EL PILÓN