La última vez que los compañeros vieron con vida al soldado del Gaula Militar, Marcelo Hernández Rojas, de 37 años, fue cuando partió a zona rural de Codazzi para cumplir con el ‘deber’ de evitar una extorsión de la que era víctima la familia de un ganadero en el Cesar.
La idea era capturar a los delincuentes y recuperar el botín de $ 103 millones que pretendían cobrar y así regresar, pero la meta no resultó tal cual; en el hecho se formó una balacera donde Hernández Rojas salió herido en la cabeza y su compañero en la pierna.
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Precisamente, esa lesión hizo que Hernández en vez de disfrutar del apremiante resultado de evitar una extorsión, sus últimos minutos de vida los pasara en una camilla de una clínica de la ciudad donde finalmente pereció.
Ahora sus compañeros lo volvieron a ver pero desde un camino de honor que le hicieron a su féretro para despedirlo antes de partir a su morada final.
El cuerpo sin vida del hombre fue trasladado desde el aeropuerto Alfonso López Pumarejo de Valledupar hacia el municipio de Rovira, Tolima, donde reside la mayoría de su familia.
“El mensaje que nosotros enviamos es que tenemos que trabajar de la mano de la acción unificada y colaborar a las autoridades. Lamentamos mucho, profundamente el deceso de nuestro hombre, de nuestro héroe de la nación, pero eso nos incita a seguir trabajando, garantizar la seguridad y proteger la vida de todos los colombianos que se encuentran en esta región tan importante”, dijo el brigadier general Gerardo Melo Barrera, comandante de la Primera División del Ejército Nacional.
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Hernández durante sus 18 años de servicio en el Ejército fue condecorado en distintas oportunidades: con la medalla militar ‘Fe en la causa’ el 11 de noviembre de 2019, con la citación presidencial de La Victoria militar en el año 2016 y recibió condecoración mérito militar ‘José María Córdoba’. Era padre de tres hijas menores de edad que residen en la capital del Cesar.
POR: MARLLELYS SALINAS / EL PILÓN
marllelys.salinas@elpilon.com.co