Las trabajadoras de la primera infancia de los Centros de Desarrollo Infantil, CDI, y los hogares infantiles de Valledupar y de otros rincones del Cesar, protestaron en la sede regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, para exigir claridad sobre el nuevo sistema de contratación para el 2021, el cual tiene por nombre ‘Betto’. Según estas trabajadoras, esta nueva política amenaza la estabilidad laboral y pone en riesgo la economía de 386 mujeres en el departamento.
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Un total de 60 mujeres con carteles, megáfonos y entonando cantos de protestas se congregaron en la sede regional del Icbf, ubicada en la calle 16 A # 11 – 15 del barrio Loperena, con el propósito de reunirse con el director de la entidad en el Cesar, Gabriel Castilla Castillo, con quien han intentado en vano comunicarse desde el mes de noviembre según informó Elena Díaz, presidenta del Sindicato de Trabajadores de la Primera Infancia del Cesar y La Guajira.
Díaz comentó que las 386 trabajadoras de la primera infancia del departamento del Cesar y las 182 adscritas en La Guajira están preocupadas debido al nuevo sistema de contratación que comenzará a funcionar en el 2021 porque este no tomará en consideración las Asociaciones de Padres Usuarios, que son quienes las contratan para el cuidado de niños y niñas de cero a cinco años.
“Nosotros hemos observados que cada año se implementa una estrategia que no está permitiendo que las asociaciones de padres administren los recursos y esta responsabilidad se la están delegando a fundaciones, consorcios y ONG. Comenzaron con el Banco Nacional de Oferentes, en el que algunas asociaciones lograron inscribirse y las que no cumplieron con los requisitos quedaron por fuera”, manifestó la presidenta del Sindicato de Trabajadores de la Primera Infancia del Cesar y La Guajira.
Señaló que la política contractual del ‘Betto’ estipula que aquellas asociaciones de padres que no estén inscritas en el Banco Nacional de Oferentes no van hacer contratadas y por lo cual las trabajadoras adscritas a esas asociaciones se quedarán sin empleo en el 2021. Debido a esta incertidumbre se decidieron reunir las trabajadoras de la primera infancia del CDI Guatapurí, CDI Nueve de Marzo, CDI La Nevada, CDI Las Margaritas, CDI las Azucenas, CDI Jazmín y CDI El Rosal.
A la manifestación se sumaron el Hogar Infantil del Primero de Mayo, 12 de Octubre, San Martín, Sicarare, Hogar Infantil La Paz, Hogar Infantil Chiriguaná, Hogar Infantil Pailitas y el CDI Rincón Hondo. Estos centros se unieron en una sola voz para “exigir” una explicación sobre este sistema de contratación. Ante este requerimiento el director regional del Icbf en el Cesar, Gabriel Castilla Castillo, aseguró que está dispuesto a reunirse con quienes tengan dudas sobre este sistema.
“Todo momento de cambio genera dudas, incertidumbres y emociones encontradas. Debido a esto estamos nosotros en toda la disposición para recibirlos y darles orientaciones. Estaremos muy atentos al llamado de cada uno de los interesados para efectos de dar esas orientaciones y aclarar todo lo relacionado con nuestros procesos de selección”, comentó el director del Icbf, seccional Cesar.
¿QUÉ ES EL ´BETTO’?
Este software digital fue dado a conocer a la opinión pública el pasado 25 de noviembre para frenar la corrupción e impedir que procesos burocráticos no permitan que los niños y niñas accedan a los beneficios de los programas de alimentación y educación del Icbf, según el presidente Iván Duque. ‘Betto’ que es un acrónimo de Bienestar, Eficiencia, Transparencia, Tecnología y Oportunidad que promete por medio de un algoritmo seleccionar a los operadores ideales para los CDI del Cesar y La Guajira.
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Lina Arbeláez, directora General del Icbf, señaló que todos los operadores de la primera infancia del instituto pueden participar cuando se cumplen los más altos índices de calidad, debido a que los une el propósito de brindarle un bienestar a la niñez y desarrollo al país. “Lograremos procesos ágiles, analizando el índice de desempeño de cada operador, su capacidad operativa y financiera, otorgando puntajes adicionales cuando los operadores no tengan sanciones”, aseveró Arbeláez.
A pesar de que esta nueva herramienta promete facilitar los procesos de selección y transparencia en el manejo de los recursos, las trabajadoras de la primera infancia en el Cesar y La Guajira no se sienten convencidas con este nuevo sistema porque creen que sus empleos serán “arrebatados” por funcionarios de la misma institución, el personal propio de las fundaciones u ONG inscritas en el Banco Nacional de Oferentes.
Según el Icbf, la estrategia ya ha dado resultados positivos como lograr que para la vigencia de 2021 se priorice la atención de 161.500 niñas y niños que a la fecha no habían podido acceder a la educación inicial y se encuentran en zonas rurales con altos índices de pobreza.
TRABAJADORAS DESPLAZADAS
Más de 500 mujeres se desempeñan como trabajadoras de la primera infancia en el Cesar y La Guajira. Una gran parte de ellas tienen nueve, veinte y hasta treinta años en este campo laboral; se encargan de cuidar y educar a los niños en la etapa más importante de su crecimiento que es de cero a cinco años, según Elena Díaz presidenta del Sindicato de Trabajadores de la Primera Infancia del Cesar y La Guajira.
Díaz aseveró que después de 20 años de servicio este año se quedó sin empleo porque la asociación a la que estaba adscrita no fue seleccionada. Comentó que no tomaron en cuenta su antigüedad ni que su esposo fuera discapacitado. Es por ello que sus compañeras tienen mucho temor porque si ella siendo la presidenta del sindicato quedó sin empleo es incierto el futuro para las demás, según esta vallenata.
Alena Daza, trabajadora de la primera infancia del CDI Guatapurí, comentó que tiene a su cargo 22 niños de dos a tres años y en este centro se atienden 275 niños de dos a cinco años. Esta vallenata madre cabeza de hogar de dos niños ve con preocupación su contratación para el 2021 debido al ´Betto´.
“Estoy apoyando a mis compañeras porque nos quieren implantar una nueva plataforma del estado que se llama ‘Betto’. Esa es una estrategia del Icbf para sacar a las asociaciones de padres de familia del servicio para que las fundaciones y las ONG administren los recursos y hagan una masacre laboral porque no nos van a contratar”, manifestó Daza.
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Comentó que el empleo escasea en la ciudad y por eso es que sus compañeras y ella están muy preocupadas porque si llegarán a perder este no tendrían su fuente de ingreso. Aseguró que tiene nueve años trabajando en este campo y que a sus 47 años es muy difícil que la contraten en otro empleo.
La presidenta de este sindicato aseveró que de no tener una respuesta concisa por el Icbf seccional Cesar viajaran a Bogotá en compañía de los sindicatos del Atlántico, Bolívar, Pereira, Meta, Vichada y del Valle del Cauca. Según Díaz, aproximadamente 1.200 mujeres transmitirían su descontento a la sede nacional de esta institución en la búsqueda de garantías de trabajo y orientación con respecto a esta inteligencia artificial que amenaza sus empleos.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN
@Namiibb