Durante 8 años, los resultados de la Selección Colombia y la clasificación a los mundiales de Brasil y Rusia permitieron acallar las irregularidades que golpeaban la administración del fútbol colombiano. Sin embargo, en esta eliminatoria Colombia no jugó bien, no se dieron los resultados y los cafeteros no clasificaron a Qatar 2022.
Aunque se le ganó a Venezuela, la victoria de Perú sobre Paraguay dejó a Colombia sin repechaje. Pero esto se veía venir. Desde la polémica salida de José Nestor Pekerman, la selección no encontró el camino, ni con Queiroz (que no logró clasificar como director técnico de Egipto), ni con Reinaldo Rueda, quien salió de la selección de Chile por los malos resultados.
Lo reveló el diario El Tiempo en un reciente informe investigativo. Los celos y las diferencias personales impidieron que Colombia siguiera la senda de un proyecto que nos permitió regresar a un mundial después de 16 años.
Según el informe, “Jesurún y Álvaro González Alzate, segundo vicepresidente de la Federación y máximo jerarca de la rama aficionada, ya habían tomado la decisión de que no continuara (José Néstor Pekerman), en pleno Mundial de Rusia”. No importaba el resultado.
¿Por qué? “La verdad es que Jesurún y González Alzate sacaron a Pékerman, y lo sacaron por Pascual Lezcano”, le dijo un directivo a El Tiempo. Sin Pekerman haber terminado su contrato con la Selección, “nombraron un DT encargado para varios partidos amistosos: Arturo Reyes, ficha de Jesurún y, por ese entonces, técnico de la sub-20. Esos anuncios les cayeron muy mal a Pékerman y su entorno”.
Así, de forma improvisada y por egos personales, terminaron una era exitosa sin tener un reemplazo. Y ahora vemos los resultados de esa improvisación. Más allá de la transición y cierre de ciclo de varios jugadores, Colombia nunca tuvo identidad desde la marcha de Pekerman, por eso no se dieron los resultados.
Preocupa, que continuarían los responsables administrativos. No hablamos de los jugadores o el entrenador, que seguramente será el foco de las críticas y será despedido para calmar las aguas, nos referimos a los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol cuestionados por la forma de dirigir la Selección y por escándalos como el ‘Fifagate’.
Ahora bien, las responsabilidades también deben ser compartidas con el cuerpo técnico y los jugadores.
En lo futbolístico, ojalá gocemos de una nueva generación que nos haga soñar con el mundial del 2026, y que quien lidere ese proyecto sea el guajiro Luis Díaz, como años atrás – en el entretanto James Rodríguez – lo hizo el samario Radamel Falcao.
Es sorprendente que entre las selecciones suramericanas Colombia siga a Brasil y Argentina en jugadores de clase jugando en grandes clubes en el mundo, y no hayamos clasificado. Esa deslumbrante selección de Brasil, en Rusia ya no fue la misma.
Hemos dado rejo en estas notas, con mucha severidad y sin cabeza fría, imbuidos de rabia, dolor y de tristeza, pero, en fin, aunque perdido todo, nadie nos robará el futuro: con análisis sereno, superadas las recriminaciones, hallaremos una ruta de redención.