Con frecuencia se escuchan voces afirmando que a la mayoría de los jóvenes de esta época moderna se los tragó la tecnología, hasta el extremo de asegurar que a ellos no les gusta pensar ni analizar porque todo les llega masticadito. Pero no, el evento realizado el pasado martes en la Fundación Universitaria del Área Andina, sede Valledupar, demostró todo lo contrario, la juventud reunida allí se pronunció con mucho fundamento sobre temas pertinentes y oportunos para el desarrollo de la región.
El escenario se dio en el marco de la iniciativa ‘Dialogos Improbables’, la cual comenzó en el 2017 con un piloto en el departamento del Cesar, y desde entonces se ha ampliado para dialogar sobre temas complejos con cada vez más cesarenses de diversos orígenes.
Esta vez un grupo numeroso de jóvenes líderes propiciaron una jornada para contar los resultados del proceso de ‘Dialogos Improbables’ en el que están participando desde hace un año, sobre las implicaciones de la transición minero-energética en el futuro del departamento del Cesar.
De ese proceso surgieron seis acuerdos entre ciudadanos de municipios como Valledupar, Chimichagua, Agustín Codazzi, La Paz, Curumaní, Becerril, Chiriguaná y Bosconia. Esta propuesta busca sumar más voces de diversos grupos de interés y otros actores en la región para construir una visión colectiva sobre el presente y futuro del territorio. Así mismo invita a: articular con el grupo de Diálogo Improbable del corredor minero del Cesar, actuar desde escenarios personales y laborales, hacer veedurías y seguimiento al diseño e implementación de los planes de desarrollo locales de las fuerzas políticas que gobernarán el departamento, y realizar ejercicios pedagógicos para que los cesarenses con acceso limitado a la información conozcan las implicaciones de la transición minero energética.
Este tipo de espacios, desde una metodología propositiva y bien estructurada, no pueden ser subestimados, sino que, por el contrario, hay que dimensionar el poder que revisten para ampliar perspectivas, fomentar la empatía y nutrir la creatividad en la juventud sobre asuntos de gran interés territorial.
En nuestro entorno, cada vez más polarizado, estos diálogos contribuyen a que los jóvenes compartan sus posiciones y escuchen las de otros, desde el respeto por la diferencia, y enriqueciendo las visiones que encuentran en sus círculos sociales habituales. Al interactuar con personas de diferentes orígenes, culturas o edades, se amplían sus horizontes y se fomenta la comprensión mutua y la tolerancia.
Es recomendable seguir estimulando estos procesos que ofrecen oportunidades de aprendizaje informal, enseñanzas que no se encuentran en libros de textos ni en aulas convencionales. Estas interacciones pueden ser tan educativas como cualquier lección formal y contribuyen al desarrollo integral de los jóvenes y al progreso de nuestra región.
Desde EL PILÓN invitamos a que sea tenido en cuenta el llamado que han hecho estos jóvenes a que los gobiernos locales y regionales reconozcan su liderazgo y los escuchen.