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La reforma a la salud, un trámite desde la intransigencia

Por Enrique Herrera

La reforma a la salud está siendo objeto de la retórica de la intransigencia. Está presa de los extremos y, por lo mismo, sus deliberaciones no son constructivas ni concesivas ni consensuadas sino todo lo contrario. Se aprueba a la brava o mejor, a la mermelada.

La intransigencia es del tal tamaño, que unos creen que el cambio lo resuelve todo y otros, que lo destruye todo  pero, si queremos salir ilesos de la #ReformaALaSalud hay que basarse en hechos y no en la ideología. Y la salida no es otra que, en el pragmatismo,  mejorar lo que funciona.

Pero el debate en el Congreso no está funcionando así.

Para unos, la reforma traerá consecuencias desastrosas y razones no le faltan y para el otro bando, no aprobar las reformas traerá lo mismo, consecuencias desastrosas. El uno tiene a su favor los datos y la historia y al otro, lo impulsa el dogma y la intransigencia.

Si la reforma quiere salir bien, deben distanciarse del pensamiento ortodoxo y saber, que no hay un único camino correcto, -el  del gobierno- sino que el mejor, es el que se transita construyendo acuerdos porque son estos los que le dan larga vida a la reforma. Es más, el Congreso debe escuchar el mensaje de las urnas del 29 de octubre en  el que el gobierno perdió las mayorías y, que si bien Petro ganó la presidencia no ganó una revolución ni una guerra. Las revoluciones y las guerras des-construyen y son las que dan licencia para derrumbar todo, como pasó en Cuba y en la 2da guerra mundial. 

Pero sí la reforma la aprueban tal y como está, tiran a la basura el acuerdo nacional porque el #AcuerdoNacional pasa por un acuerdo político, es decir, por el replanteamiento de las reformas petristas porque de lo contrario, lo que hay es una conversación nacional y no un acuerdo como el que con los cacaos, donde no se conversaron las reformas.

El daño que puede causar @petrogustavo, cuando diseña mal la reforma de la  salud, es que cuando las cosas se hacen mal es más el daño que hacen que el beneficio que producen cuando se hacen bien. Y la reforma a la salud está  mal elaborada, tramitada y comunicada y causa indignación. 

La reforma encarcela al país al pasado y de ahí puede salir un Frankenstein o un disparate. 

Por ahora, detener la reforma a la salud está tomando tintes de ¡gesta patriótica! y  catapultando como figuras nacionales a, entre otros, @AForeroM , @CathyJuvinao@MirandaBogota

Lo que sí es cierto, es que la forma en que se apruebe la reforma tendrá efectos electorales en el 2026 porque la cosa parece ser sencilla: Si Petro se radicaliza, el cambio en el 26 también lo hará. En sus manos está, entonces, el carácter, estilo e ideas del próximo presidente. De ello dependerá sí es un Milei o un moderado.

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