Generalmente los antiguos griegos eran filósofos, al paso que teólogos sus contemporáneos israelitas de la cultura del Antiguo Testamento. Aque llos eran eminentemente racionalistas y éstos creyentes de su fe religiosa.
En el período histórico conocido como el de los filósofos socráticos y siguientes, especialmente con Aristóteles a la cabeza, maduró el razonamiento lógico y la ética, como conceptualización de la diferencia entre lo malo y el bien. Esto lo aplicaría Aristóteles sobretodo a la idea de ciudad, como comunidad política.
Iniciada la era de Jesucristo, particularmente el israelita San Juan Bautista, fue consciente de la noción de pecado y señala al Mesías, como el cordero de Dios que quita los pecados del mundo, lo cual es una categoría teológica que trasciende el espacio de la sola filosofía de especulación natural. Con ésta Aristóteles pudo advertir la existencia de la causa primera de la creación, ente al que el estagirista no pudo llamar de otro modo que el Pensamiento del pensamiento, de quien “depende el cielo y la naturaleza”.
Es bien conocida la influencia decisiva del pensamiento aristotélico junto con el del Cristianismo, en la conformación de la llamada cultura occidental, a pesar de no pocas desviaciones insufladas por los Tiempos Modernos, pues como se sabe no todo lo que brilla es oro.
En términos generales, el mayúsculo aporte de la enseñanza del cuerpo aristotélico se mantiene, pero es indudable que el tributo delNuevo Testamento no tiene parangón.
Del contenido de éste podemos inferir, entre otros tantos valiosísimos conocimientos históricos, y desde luego su sublime doctrina trascendente, que el pueblo de Israel estaba sometido al poder incontrastable religioso de la cúpula sacerdotal de los saduceos, fariseos y herodianos, y al poder civil del imperio romano.
Cristo hubo de resistir y superar las contradicciones de aquél estado de cosas, de la incoherenciaentre lo que enseñaban y obraban, no solamente en lo material, sino en lo religioso y espiritual.
El terminó humanamente muerto por cuenta de aquéllos poderes, pero liberó la vida interior de una buena parte de su pueblo y garantizó el porvenir humanitario a la posteridad de todas las naciones, sin distingos de ninguna naturaleza.
Él había padecido la exclusión de los gobiernos religioso y civil de su comarca, bajo los cuales transcurrió su vida terrena, pero aseguró para el futuro de los integrantes de la raza humana la inclusión en cualesquiera clase sociales, o formas políticas, o económicas.
Jesús de Nazaret encantaba a las multitudes de su tiempo y sigue llamando la atención de la humanidad, porque habla con autoridad, sin disfraz alguno, con inigualable afabilidad, siempre diciendo la verdad a los hombres.
Por predicar la verdad a éstos, se ha llegado a decir que existe alguna semejanza entre la injusta sentencia a muerte dictada contra él y las que se pronunciaron contra Sócrates y Aristóteles. Sí: Apenas Semejanzas. rodrigolopezbarros@hotmail.com
Por Rodrigo López