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Las Farc, ¿en el borde del abismo?

La disposición y paciencia del Gobierno Santos para alcanzar la paz de Colombia, tiene un límite político y judicial. No existe carta blanca para que la guerrilla de nuestro país la emprendan en forma cobarde contra la población civil, atacando acueductos, volando torres de energía y envenenando ríos y selvas con una violación continua y sistemática del Derecho Internacional Humanitario, lo cual parece que no les importa ni les quita el sueño, son sordos y mudos, con el agravante que los más afectados con estas acciones demenciales son los sectores más pobres y vulnerables de las regiones colombianas.
Hoy estamos en lo que podría llamarse la recta final de las negociaciones donde se muestran las cartas y es ahí donde la guerrilla insensata y soberbia asume actitudes desafiantes y trata de mostrare un poder militar y financiero que todos sabemos que no tiene. No entendemos que ventajas puede sacar de su postura bravucona e irracional. Su mensaje está apuntando en la dirección equivocada en una fase que desconcierta y preocupa estando ellos en el filo de la navaja y en el borde del abismo, pisando un terreno resbaladizo y lleno de aristas peligrosas.
Estas posturas no cuentan con el respaldo del 85 por ciento de los colombianos y así las mesas de trabajo pueden quedar cojas con la dificultad de sostenerse por el peso tan grande que tiene la insensatez de la guerrilla y el sentido común de nuestro sufrido pueblo que rechaza las guerras perpetuas y porque sabe que se estaría agotando la última oportunidad de regresar a la civilidad.
Las Farc están “jugando con candela” y el proceso de paz podría terminar. Además, ya estamos cansados y aburridos de estas conversaciones de paz que parecen no tener fin. El mandato por la paz que recibe el Gobierno Santos II parece que no está actuando como un poder disuasivo sobre las Farc y sigue lanzando amenazas que no sirven para nada ni para abonar el espíritu de reconciliación que debe primar en la mesa de conversaciones. ¿Será que estamos llegando a la etapa de las frustraciones y de una guerra interminable y salvaje? Esta en la última oportunidad para las Farc, cualquiera así lo entiende y sería muy difícil que los colombianos puedan avala otros procesos de paz. Hoy, las Farc solo tienen dos caminos: integración a la democracia o aniquilamiento.
Parece que estamos enfrentando el costo de negociar bajo fuego y no existe la menor oportunidad de acuerdos con las Farc sin la entrega total de las armas. Los ataques indiscriminados de las guerrillas no pueden continuar porque se estarían cavando su propia fosa política con el rechazo absoluto del pueblo colombiano, que ellos dicen defender.
¿Sería posible y lejana la idea de continuar el diálogo considerando una tregua y un cese al fuego bilateral?

Por Gustavo Cotes Medina

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