En principio, lo que debemos decirle a la ciudadanía es que el mecanismo infalible contra el VIH/Sida es el ejercicio responsable y seguro de las relaciones sexuales. No podríamos coartar a las personas el derecho a expresarse libremente en ese sentido, sin embargo, también debemos apuntar a que está científicamente comprobado, con décadas y décadas de estudios y casos, que el proliferador del virus es el sexo sin protección, haya o no promiscuidad, siendo este un factor determinante.
Dicho esto, debemos declararnos preocupados por el registro oficial de casos positivos del virus en el departamento, tal como lo presentamos en la nota periodística titulada: ‘Van 374 casos de VIH en el Cesar’.
Logramos establecer la cifra en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el VIH/Sida, con el aporte de la Secretaría de Salud Departamental. El informe que dio a conocer esta sectorial del Gobierno del Cesar da cuenta de que el municipio con mayor carga de enfermedad es Valledupar con el 56 % de los casos; Agustín Codazzi, Bosconia y Aguachica con un 6 % cada uno; Chiriguaná con el 4 %; Curumaní con un 3 %; Pailitas, El Paso, La Paz, El Copey, Becerril y La Jagua de Ibirico con el 2 % cada uno, y por último Pelaya, Chimichagua, Gamarra, Tamalameque, San Martín, La Gloria, San Diego y San Alberto con un 1 % cada uno.
Sin embargo, hay una cifra que nos preocupa mayormente, pues estos casos documentados están de alguna forma atendidos por el Estado, sin desconocer que estos pacientes, si es que lo son de alguna IPS, tienen quejas por el difícil acceso a los medicamentos y a los tratamientos.
La cifra compleja es aquella a la que le llamamos sub-registro, que consiste en aquellos ciudadanos portadores del virus o del síndrome que no se han reportado ante el sistema de salud porque desconocen su condición, o la conocen pero por temor al rechazo social no han querido acercarse al puesto de salud más cercano, y muchos otros por desconocimiento del impacto de la enfermedad.
Esto, por supuesto, prende las alertas pues podrían infectar a más personas en el territorio si no han tomado medidas más responsables con respecto al ejercicio de su vida sexual.
Claro que esto imposibilita al Gobierno actuar contundentemente para mantener a raya las cifras, sin embargo, instamos a las secretarías de Salud a enviar un mensaje de aliento a aquellos ciudadanos que no han querido reportar su estado de salud: hoy la enfermedad, por los amplios avances médicos y tecnológicos, es considerada crónica y su relación con la muerte es cosa del pasado, si es tratada a tiempo.
Es importante que entidades públicas y privadas aúnen esfuerzos para que este mensaje llegue a la población. No podemos los medios de comunicación hacer la tarea en solitario y muchos menos desarticulados. Queremos contribuir a la incansable tarea de generar bienestar en la población a través de este oficio.