Octubre es un mes electoral, sin duda. Normalmente cada cuatro años se realizan las elecciones regionales en todo el país. En el 2019, diferentes factores reunieron las elecciones de las autoridades departamentales y municipales con los comicios de la Universidad Popular del Cesar, UPC, y la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, en este mes de octubre.
El mes electoral inició en la UPC. Alrededor de 44.067 personas, entre estudiantes, docentes y egresados, estaban citados para que el pasado miércoles 16 de octubre, por medio virtual, eligieran a los cinco candidatos entre los que el Consejo Superior designaría el nuevo rector.
Sin embargo, “las elecciones fueron un caos”. El voto virtual parecía una estrategia innovadora y ágil por las facilidades al votar, sin embargo, a la hora de abrirse los puestos de votación, el software electoral presentó fallas, impidiendo el ingreso y registro del voto. Desde la salida obligada del exrector Enrique Meza en julio de este año, la Universidad Popular del Cesar ha estado a cargo de funcionarios encargados.
Aunque se previó una sesión extraordinaria del Consejo Superior de la UPC para el pasado viernes, la reunión fue cancelada. Todo indica que en los primeros días de esta semana se reunirán para designar la nueva fecha de las elecciones y si se hacen virtuales o se regresa al formato del tarjetón. Ocho candidatos pidieron regresar a la forma tradicional.
¿Por qué es clave la UPC? Como la define el abogado César Silva, es el alma máter del Cesar congregando a más de 17.525 estudiantes de los 25 municipios del Cesar y otros de departamentos cercanos. Sin duda la universidad más importante del departamento.
Los cálculos señalan que la UPC maneja recursos superiores a los de la mayoría de municipios del Cesar. En la vigencia de 2018, sus autoridades administraron alrededor de $88.513 millones. El doble de lo destinado desde el Sistema General de Participación, SGP, para Aguachica en el 2019, cinco veces más que Curumaní y hasta nueve veces más que lo destinado en el SGP para Tamalameque.
De allí que, como en todas las elecciones, fuerzas políticas nacionales y regionales financien y apadrinen a más de la mitad de los diez candidatos entre los que se elegirá rector.
“El Cesar se juega mucho, tanto en la Universidad Popular del Cesar como en el caso de Corpocesar. En la Universidad Popular porque se trata del alma máter, se trata del centro de educación más importante que hay en el Cesar. Allí hay una enorme problemática: unas mafias constituidas por profesores, estudiantes, administrativos, que se aferran al poder y que quieren hacer de la universidad un fortín político y económico. Eso ha hecho que la elección de rector en la UPC se convierta en una disputa más aguerrida, incluso, más fuerte y perversa que la disputa por una Alcaldía o la Gobernación”, aseguró el abogado Carlos Silva.
Mafias que tienen a la UPC en la lista de las universidades del país con resultados negativos en materia de calidad. La UPC terminó la vigencia anterior con la Licenciatura en Matemáticas y Físicas como la única facultad acreditada. De los 21 programas de pregrado calificados en las pruebas saber pro del 2018, solo tres superaron el promedio nacional de 147 puntos. La Ingeniería Electrónica y la de Sistemas con 149 puntos y la Licenciatura en Matemática y Física con 148. El resto de pregrados se ubicaron debajo del promedio algunos con calificaciones de 131 y 129 puntos.
“Está en juego la posibilidad o no de que la Universidad Popular del Cesar se acredite ya que está entre las pocas del país, la segunda en la región, sin alcanzar ese reconocimiento por el Ministerio de Educación”, explicó el sociólogo e investigador de la UPC, José Varela.
¿CAMBIO O CONTINUIDAD?
Tanto en Corpocesar como en la Gobernación, las fuerzas políticas que actualmente gobiernan aspiran, con grandes opciones, repetir en el cargo. En el caso de la autoridad ambiental, el actual director Julio Suárez, apadrinado por el exdirector y candidato a la gobernación, Kaleb Villalobos, aspira liderar Corpocesar hasta el 2023.
Si la UPC es clave en la educación superior del departamento, Corpocesar es casi el determinador de lo que pasa con recursos vitales como el agua y el suelo del departamento. Por eso, la elección de su nuevo director el próximo 24 de octubre tiene una importancia similar a la elección de gobernador, alcaldes y concejales que se realizará el próximo 27 de octubre en el Cesar.
En este caso, la decisión está en manos del Consejo Directivo de Corpocesar conformado por un representante del presidente de la República, que es Sergio Araujo; el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, o un delegado; cuatro alcaldes (Chimichagua, El Paso, Pueblo Bello, Aguachica); un representante del ministro de Ambiente; dos representantes de los gremios productivos; un representante de las comunidades indígenas y uno de las comunidades negras.
El elegido en las elecciones del próximo 24 de octubre deberá administrar más de $26.000 millones que integran el presupuesto de la corporación y que tienen el propósito de ser destinados, además de los gastos administrativos, a ejecutar proyectos que permitan la preservación de las riquezas naturales del departamento, como las fuentes hídricas, la fauna y las especies silvestres, entre otros.
Como reseñó EL PILÓN en días anteriores, en la elección del nuevo director de Corpocesar también está en juego la salvación o muerte del río Cesar. Un afluente copado de una espuma blanca y con olores nauseabundos, requiere con urgencia una intervención, explican los ambientalistas.
“Es un trabajo urgente. La contaminación del río Cesar está afectando ya la ciénaga de Zapatosa. La corporación debe tomar medidas sobre los daños que le produce la laguna de oxidación al río Cesar”, dijo en su momento al diario EL PILÓN Dagoberto Poveda, experto ambiental.
Termina la semana con la elección más importante, sin duda. En el caso de la Gobernación del Cesar la lucha es entre la continuidad de la casa Gnecco con la elección del exgobernador Luis Alberto Monsalvo, o la llegada de nuevas fuerzas políticas.
En la lucha por arrebatar el poder a la casa tradicional, está el Polo Democrático con Hugo Vásquez; el uribismo representado por Claudia Margarita Zuleta; la Colombia Humana de Gustavo Petro, que avaló al exmagistrado Jaime Araujo; y fuerzas de la política del Atlántico que, aseguran, apoyan a Kaleb Villalobos, exdirector de Corpocesar y candidato por el movimiento Cambio Verdadero.
Desde el 2011, la casa Gnecco gobierna en el Cesar. A pesar de algunas polémicas, por investigaciones, presuntos nexos con grupos armados y señalamientos de corrupción, y son los favoritos a repetir.
Lo cierto es que el próximo gobernador del Cesar, tiene el reto, junto a los 25 alcaldes de los municipios del departamento, de mejorar los índices socioeconómicos. En el Cesar para el año 2018, según el Dane, cerca del 42.9 % de la población vivía en la pobreza. El sexto departamento más pobre del país. En la pobreza monetaria, la autoridad estadística estableció que una familia de cuatro personas con ingresos inferiores a $ 1.017.000 mensuales se considera pobre.
En cifras llanas, 500.000 personas son pobres en el departamento, mientras que 650.000 no lo son, concluye el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, en el estudio ‘La lucha contra la pobreza en el Cesar necesita mayor efectividad’. “Si bien el departamento ha evidenciado una disminución de casi 20 puntos porcentuales en pobreza monetaria en la última década, el Cesar aún sigue siendo uno de los departamentos más pobres del país”, concluye.
En conclusión, en las elecciones de octubre están en juego la calidad educativa, el futuro ambiental del departamento y la superación de fenómenos como la pobreza y la desigualdad en el Cesar.
DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
deivis.caro@elpilon.com.co