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¿Se acabó el sufrimiento?…

Desde el pasado mundial de fútbol, lamentábamos que uno de los forjadores de la clasificación, ‘El Tigre’ Falcao, no podía estar por lesión, sufríamos y no encontrábamos en el panorama del fútbol local “alguien” que lo remplazara; ¿Quién iba a meter los goles por Colombia? Al final el balance, sin el tigre, fue el mejor que hayamos tenido en este tipo de justas, a pesar del sufrimiento de la eliminación… y era gol de Yepes. El  mejor gol del mundial lo convirtió  James Rodríguez; y hacíamos fuerza y sufríamos para que no le quitaran a James el honroso título de goleador. Al final se dio, sufrimos pero se dio.

Luego a sufrir nuevamente: las eliminatorias a Rusia 2018, volvió ‘El Tigre’, por quien no daban un peso después de su lesión. Altos y bajos, y a una fecha de culminar la meta, estaba todo dado para que se cumpliera el objetivo. Aquí el punto  de sufrimiento llegó a su nivel más alto, el país enfundado en una camiseta, con la ilusión puesta en Rusia 2018. Solo faltaba ganarle a Paraguay, nada difícil, claro que podíamos ganarle; es decir ya con ese triunfo pasaríamos de segundos solo superados por la sinfónica del fútbol, Brasil.

Llega la hora,  todo estaba listo, el punto de encuentro como siempre, el patio de Raúl Maya, pantalla gigante, amigos cercanos: ‘Gallo’ Hernández, el tío Migue, de Venezuela directo al Valle; ‘Ava’ Carvajal  y su corte: Aníbal Galindo, Jonás, ‘Yiyo’; ‘El Negrito’ Esquivel, Eliécer Salazar, ‘Chenga’, Eduardo Andrés y ‘Tirsin’;  el grupo excelencia con Leoncio Peralta, Alexis, Maine, Amparo y ‘La Toty’, todos con la fe puesta en el triunfo. El patriarca Tirso Maya cerraba el gran grupo. Nada nos cambiaba el optimismo, el triunfo se veía venir. Viandas brindadas por el anfitrión menguaba la angustia. Dijo Ava que los mulos a la broaster brindados por Maya, parecían de gallinazos; otra angustia más.

Perdimos, Paraguay nos aguó la fiesta, nada nos consolaba. Veíamos chiquiticos a los jugadores, justo allí nos dimos cuenta lo raquítico que es Pékerman. Lo individual crónico que es Cuadrado, incluso hasta lo veíamos redondo. Ospina que tantas veces nos dio alegría con sus atajadas de ensoñación en esta ocasión lo veíamos nefasto; a James falto de verraquera, flojo, sin espíritu. Fallaron todos.  Otra vez como siempre faltó “el centavito pal peso” el sufrimiento ahí. Entonces acudimos al kit: camiseta lavada en olvido, pero ahora con la imagen del Ecce homo, una faja y una calculadora; con sufrimiento a bordo empatamos con Perú, Brasil le ganó a Chile, Argentina a Ecuador, Paraguay perdió en Asunción con Venezuela. ¡Bien Venezuela! vengaste el sufrimiento que nos dio Paraguay. Al final salieron las cuentas, sufrimos pero clasificamos. Ahora mientras llega el mundial, nos toca seguir sufriendo con la inseguridad, con los huecos en las calles, con la corrupción en Colombia, el tema de los Farcsantos, Odebrecht y la política corrupta que ya viene a tomar su espacio, las cortes negras de cuello blanco; la idea es no perder la costumbre del sufrimiento eterno que nos cobija siempre. A seguir haciendo fuerza con la faja puesta.  Sólo Eso.

Por Eduardo Santos Ortega Vergara

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