La preservación, difusión y promoción de los cuatro aires musicales que representan al folclor vallenato, lo mismo que rescatar de la evolución musical, el verdadero sentir de una canción vallenata, son los fundamentos básicos de la existencia del Festival Vallenato, lineamientos que se han cumplido desde 1968.
El Festival se crea con el ánimo de motivar a la feligresía a asistir a los actos de la celebración de la Virgen del Rosario, asistencia que, según voces diocesanas, estaba decayendo y había que incentivar a los devotos rosarinos a que regresaran a la plaza, la competencia de acordeón ayudó y la angustia se calmó.
Descontenta aun con la asistencia del público a la plaza, Consuelo Araujo optó por traer artistas colombianos de todo tipo, actores, cómicos y músicos de gran renombre para hacer más variado el evento a la retina del público. Así sucedió y el Festival término opacando las fiestas religiosas.
De hecho todo tiempo trae sus necesidades y retos, y ante la gran cantidad de turistas que llega a Valledupar, atraídos por la competencia de acordeones y la construcción del Parque de la Leyenda, hubo la necesidad de traer artistas de distintas partes del mundo. Los divos extranjeros le han restado importancia a la competencia de acordeones.
La gente no le interesa que acordeonero va concursar, si no, qué artistas foráneos vienen; el resultado final en las distintas categorías no despierta controversias y el interés que suscitaba.
Hay que buscar los mecanismos para que al concurso del Festival, vuelvan figuras de primer orden de la música vallenata, cantantes, acordeoneros, compositores y verseadores, que colmen el interés, como sucedía: los músicos más importantes se presentaban al Festival para competir por el honor de ser reyes del Festival.
A los famosos les hemos dado palo, los fallos les han sido adversos.
En su mejor momento, a ‘Juancho’ Rois, quien hacia pareja con Diomedes Díaz, salió derrotado en las garras del jurado.
Juan ha podido ser útil al Festival en sus propósitos de difusión, lo mismo que Jimmy Zambrano, el gozaba de las mieles de triunfo, aquí y en el exterior junto a Jorge Celedón, inmediatamente finalizó el Festival en el cual concursó, Jimmy fue a la Casa Blanca a agasajar al entonces presidente de Estados Unidos, George Buhs, el ganador de ese año, se fue a celebrar a Pivijay.
Estos fallos no ayudan a que los reconocidos vuelvan, hay excepciones, como Lucas Dangond que ha demostrado ganas.
Sergio Luis, que es rey; a los otros, no les interesa o tienen fallas folclóricas.
Otras de las metas que se impuso el Festival Vallenato es que llegasen acordeoneros de otras partes del mundo a competir a Valledupar, está sucediendo.
Que gratificante poder coronar rey del Festival a un extranjero.
O finalizar la hegemonía que los hombres sean los únicos ganadores, estimulante para el folclor, ver a una mujer, que las hay de gran nivel, ser la sucesora de la leyenda de Francisco el hombre, sería gratificante ambos logros.