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¡Respeto!

Hace unos días deje una constancia ante la Comisión Hemisférica para la Fiebre Aftosa, sobre los riesgos del desmonte, por cuenta de la liquidación del Fondo Nacional del Ganado (FNG), del equipo que hizo posible la erradicación. Era un derecho del gremio que impulsó el reto hace 20 años, promovió su conversión en Ley de la República, lo financió con la parafiscalidad, lo ejecutó con eficiencia y obtuvo un resultado exitoso.

¿Cuál fue la reacción? El Gobierno se cuelga las medallas, desprecia el papel de FEDEGÁN y no me baja de traidor, arreciando su campaña de desprestigio e instigando a los ganaderos a tumbar al presidente de FEDEGÁN, algo que no se compadece con sus obligaciones; una falta grave; una intromisión indebida en los gremios.

Sobre todo por parte del Gobierno del diálogo, que negocia con las Farc y se traga los sapos de La Habana, pero es radical con un gremio incómodo. Si hay que quitarle a FEDEGÁN el FNG, se le quita; si hay que liquidar el Fondo, se liquida. Si hay que incitar a la caída de Lafaurie, pues que sea.

Y si hay que buscarle reemplazo a FEDEGÁN, se le busca. Entre medias verdades y mentiras, con ese tonito chancero con que nos dio el beso de Judas en la Junta de FEDEGÁN, el Ministro siembra cizaña entre las organizaciones ganaderas y hasta promueve, con contratos y amenazas, la creación de un gremio que reemplace a FEDEGÁN, que no incomode y aplauda las negociaciones con las Farc, a pesar de sus riesgos.

¿Saben ustedes qué es CONFAGÁN? El gremio ganadero venezolano creado por el chavismo, que oculta la pérdida de la mitad del hato en 15 años y la escasez crónica de carne y leche, fenómenos que siguieron a la expropiación de más de 5,8 millones de hectáreas y al abandono de la política ganadera. CONFAGÁN fue creado para silenciar a la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela – FEDENAGA, que aún vive orgullosa, aunque le estorbe al régimen.

La campaña contra FEDEGÁN va para allá: acusaciones de malos manejos que no prueba el ministerio ni la Contraloría. Una millonaria auditoría externa que tampoco encuentra nada y, por el contrario, termina investigada. Acusaciones de decisiones ilegales en frigoríficos, que ni lo eran ni fueron tomadas por FEDEGÁN, sino por la Junta presidida por el Ministro.

Si denunciamos la falta de política lechera para enfrentar los TLC, somos apocalípticos. Si hacemos reparos al Programa de Restitución, somos terratenientes mezquinos, y si estamos en desacuerdo con las negociaciones de La Habana y denunciamos los riesgos contra la propiedad privada y la libertad de los ganaderos por cuenta de una jurisdicción sesgada, somos enemigos de la paz y objeto de la inclemente retaliación que hemos sufrido. Bienvenida la reconciliación nacional de Santos.

¡Que nazcan nuevos gremios! Pero exigimos respeto. FEDEGÁN no muere; vive y goza de buena salud.

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