El exsenador Álvaro Uribe jefe natural del Centro Democrático, luego de recobrar su libertad, anuncia que promoverá un referendo con la finalidad de: i) Acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz (J.E.P.) por considerarla un órgano costoso, burocrático e ineficiente. ii) Reducción del tamaño del Congreso, recorte en el salario de los legisladores y, iii) Ampliación del ingreso solidario.
Por su parte, el senador de Cambio Radical, Rodrigo Lara, plantea otro referendo que incluya una renta básica para sectores más vulnerables; extensión de subsidio a la nómina para la microempresa; creación de un programa público para quienes hayan perdido el empleo; fortalecimiento de las universidades públicas y alivios a deudores del Icetex; y reducción del salario a los congresistas.
Coinciden ambas propuestas en el mecanismo para reformar la Constitución, y en la reducción del salario a los congresistas, propuesta que es, si se quiere, un refrito de la consulta popular anticorrupción que en su momento abanderó Angélica Lozano, del Partido Verde, y que el 26 de agosto de 2018 quedó esperando el respaldo de la clase dirigente en lo que hace a la movilización y pedagogía de los electores, sucumbiendo en las urnas al no haber obtenido el umbral; es decir, 12’140.342 votos, para vergüenza nacional
Como se recordará, la Fiscalía General de la Nación, presentó un proyecto de ley que, buscaba eliminar el beneficio de la casa por cárcel para quienes hayan cometido delitos contra la administración pública. Pues dicha iniciativa, también se hundió en el Congreso de la República, pues en nuestra opinión era una especie de harakiri ¿Se imaginan la situación de Uribe, si se hubiera aprobado esta iniciativa?
De lo brevemente expuesto concluimos que no hay razones de peso para creer que en esta oportunidad se reformará el Congreso vía referendo, lo que confirma que somos un país donde prevalece la doble moral, que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace, y mientras ello sea así, seguiremos siendo para el mundo una república bananera.
Nota de cierre: El paro nacional coincidirá con la llegada de la minga indígena a Bogotá, muy seguramente ocurrirá, lo de siempre, la protesta comenzará de forma pacífica y terminará en disturbios, y actos de vandalismo. Pregunto: ¿dialogará el presidente Duque con los protestantes, o seguirá manteniendo su displicencia frente a sus reclamos? Amanecerá y veremos. darioarregoces@hotmail.com