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Reina la oscuridad

Valledupar vive en la oscuridad. Un breve recorrido por sus principales avenidas confirma esta aseveración que ya ha sido ratificada en reiteradas ocasiones por los ciudadanos que acuden a los medios de comunicación como única alternativa para dar a conocer sus quejas.

La Concesión de Alumbrado público responsable de que la ciudad este iluminada debidamente pasa desapercibida ante la mirada impasible de los veedores naturales de los intereses ciudadanos. Los actuales concejales de Valledupar que comenzaron con ahínco su cruzada para liquidar las leoninas concesiones, han dejado quieta a esta que también le representa un gran ‘hueco’ financiero al municipio.

Desde que fue concesionado este servicio, Alumbrado Público ha recaudado más de sesenta mil millones de pesos por concepto del impuesto que cobran a los vallenatos en el recibo de energía que factura Electricaribe, convirtiéndose en uno de los ítems que incrementa este pago y si se tiene en cuenta que la energía es uno de los servicios que más pagan los usuarios, los ingresos a la Concesión son fluidos. Es decir, el mal servicio no es por falta de plata.

Entonces no se explica la ciudadanía por qué el alumbrado público es tan deficiente si se paga el impuesto. La circunvalar de la carrera cuarta, entre el barrio Novalito y el parque Lineal de Hurtado, la carrera 30 que pasa por la Fundación Universitaria del Área Andina, la salida a La Paz, la avenida Fundación, entre otras son los ejemplos de la oscuridad. Eso sin contar con la oscuridad en varios parques, cuyas luminarias permanecen constantemente apagadas. ¿Cuál es la razón? ¿A dónde va a parar el dinero recaudado? Si el mantenimiento, revisión o el reemplazo de las luminarias y sus redes no se hace, en algún lugar debe estar esa plata.

Que la Concesión de Alumbrado Pública responda por un servicio eficiente, sin excusas ni culpas a terceros. Los únicos responsables están en la Unión Temporal y en la interventoría que haga la Alcaldía de Valledupar a este contrato, que entre otras cosas lleva más de una decena de modificaciones y con un ‘mico’ desde el año 2004 que permite que además del impuesto que recauda, el municipio le gire otros recursos para responder por la iluminación de la ciudad con más de 30 mil luminarias.

Hace pocos días se denunció el hurto de las luminarias de la Plaza Alfonso López y así pasa en otros lugares de la ciudad, si bien esto sucede, la acción de reposición debe ser inmediata. Si se requiere de la autorización del Alcalde, del Secretario o de quien corresponda es una tarea que le toca a la Concesión. No hay excusas para que Valledupar esté en tinieblas.

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