Marco Mendoza Romero (1920-2016) será siempre recordado en el municipio de Valledupar como un líder comunal, miembro activo de la política y de la hermandad de los Nazarenos. Su niñez estuvo alejada de la escuela. El trabajo fue el designio de su vida. En sus manos estaban las huellas de diversas faenas: agricultor, balsamero, aserrador, alfarero, constructor de kioscos de palmas y, en ocasiones, pescador y cazador.
Su nombre completo era Marco Aurelio. Alguna revelación divina debió tener su humilde madre, Heroína Mendoza, para bautizarlo con el nombre de un famoso emperador romano que la historia reconoce como «hombre erudito, liberal, generoso y con gran dominio de la oratoria». Este hombre, nativo de Valledupar, pero hijo ilustre de Mariangola, a pesar de ser casi iletrado desarrolló, de manera natural, inteligencia para la oratoria y para comprender las pericias de la política; y desde muy joven se erige como líder comunitario.
Su primer cargo público fue en 1958, cuando es nombrado comisario de Mariangola, y cuando la población es erigida corregimiento, el primero de diciembre del mismo año, ejerció el cargo de inspector encargado. Después, ocupó el mismo cargo en el corregimiento de Caracolí, y varias veces fue inspector de rentas departamental del Cesar.
Suma a su historial el haber sido el primer presidente de la Junta de Acción Comunal de Mariangola, creada mediante personería jurídica 606 del 22 de agosto de 1966, departamento del Magdalena. En su calidad de dignatario viajó a Santa Marta a notificarse, y una vez reconocido como tal, su primera diligencia fue enviarle al presidente de la república, Carlos Lleras Restrepo, el famoso telegrama: “De presidente a presidente lo saludo. En nombre de la comunidad de Mariangola, solicito incluir en el presupuesto nacional una partida para la construcción del acueducto”.
El señor Marco Mendoza es un personaje de la historia de Mariangola, en los actos relevantes y de interés para el progreso social y material, estuvo presente: las fiestas patronales del Santo Cristo y la construcción de la Iglesia, el acueducto, la creación del colegio de Bachillerato ‘Rodolfo Castro’, las reuniones cívicas, festivas y luctuosas.
La imagen del señor Marco era inconfundible: caballero decente y elegante, que sabía lucir sus camisas de mangas largas. Mereció siempre el respeto y la admiración de todos. Entre homenajes y condecoraciones, vale recordar: el primero de diciembre de 1988, en la celebración de los 30 años del corregimiento, la junta directiva le entrega un diploma de exaltación por su liderazgo social; el 12 de marzo de 2000, con motivo de los 80 años de vida, el suscrito servidor le propone a la Junta de Acción Comunal y al señor inspector Justiniano Hernández, designar la Casa Comunal con el nombre de Marco Mendoza. La Fundación Festival Tierra del Cachaquito, presidida por Elibeth Zequeira Ramírez, en 2014, decide rendirle en vida un homenaje por su liderazgo cívico. El periódico El Tiempo hace varios años le hizo un reportaje de una página, por su vida de penitente de la Hermandad de los Nazarenos.