Asfixiados por las deudas y por el desespero de percibir calles picadas, polvorín en el ambiente y cierre de tráfico, que impide el acceso a sus clientes, muchos negocios del Centro Histórico decidieron cerrar sus puertas como consecuencia de las obras que adelanta el municipio y el SIVA.
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Cabe recordar que esta zona de la ciudad se intervino para la reposición y ampliación de las redes húmedas (acueducto y alcantarillado sanitario y pluvial), que de acuerdo al municipio ya efectuó a cabalidad; así como para la pavimentación del terreno intervenido, que le corresponde al Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, que lleva dos semanas con trabajos suspendidos por faltarle un Plan Preventivo de Arqueología.
Los comerciantes de esta zona han soportado golpes tras golpes económicos; primero fue la intervención de la Plaza Alfonso López el año pasado; luego el inicio de las mencionadas obras (desde el 20 de febrero del 2020), los efectos de la cuarenta por la covid-19 y ahora la suspensión de los trabajos que concebían los iban a terminar en poco tiempo. Por esta razón, muchos no aguantaron más y optaron por entregar sus locales, vender lo que tenían adentro y decirle adiós al sueño de ser microempresarios y con ello contribuir a la dinámica comercial de la ciudad.
Akemis Martínez, del restaurante Carmela, fue una de ellas, quien contó: “Me tocó recoger las cosas de donde estoy arrendada porque el cierre del Centro Histórico me acabó completamente; me quebró. La luchamos cuando cerraron la plaza, pero luego no pude ni hacer domicilio por la incomodidad para transitar; tenía ocho empleados que ahora se quedaron sin sustento. Aquí salí perdiendo porque muchas cosas que tenía por falta de uso se deterioraron. La Alcaldía no cumplió con los tiempos que nos había establecido y se olvidó de nosotros”.
Otro que vivió una historia similar fue Alaín Payan, del restaurante Parrillaje; él expresó: “Me tocó cerrar completamente el negocio. Aguanté los estragos de 12 meses de obra la plaza, las afectaciones por la pandemia y ahora para completar las obras del centro están paradas; no pude más con este trote, en especial porque el acceso al lugar era caótico. Aquí no hemos recibido ayuda de nadie pese a que conocían que estuvimos afectados. Tenía ocho empleados, que representan ocho familias que ahora están sin trabajo”.
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El sector del entretenimiento también ha resultado golpeado. Ejemplo de ello es Yasser Orozco, de Palenke Bar. “Nos endeudamos hasta el cuello porque debíamos pagar arriendo y servicios costosos sin generar ganancias; eso nos obligó a cerrar. Estamos entregando, analizando si recogemos o vendemos. Las obras del Centro Histórico nos quebraron mucho más que la pandemia; primero fue la plaza, después el coronavirus y luego las obras. Fue un error confiar en que las obras nos las iban a entregar en junio y esto no tuvo final feliz”, aseveró.
Al ser consultada la secretaria de Obras municipal, Raiza Fuentes, aseveró: “Hemos estado constantemente exigiéndole celeridad al contratista del SIVA y solicitándoles el cronograma de obra por tramos”. Por su parte, la representante del SIVA, Katrizza Morelli, no pudo ser contactada. Su asesora de prensa aseguró que estaba incapacitada.
VOZ DE LIDERES GREMIALES
Al respecto, el presidente de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón, aseguró que conoce que más de 150 establecimientos están afectados por las obras del Centro Histórico, para precisar datos realizan análisis a través del Observatorio Económico.
“Desde el año pasado estuvimos reunidos con empresarios, representantes de los sectores comerciales del centro de la ciudad, así como funcionarios de la Alcaldía, donde el compromiso era que estas obras se ejecutaran por tramos y que no duraría más de dos meses cerrados los sitios que se iban a intervenir para habilitarlos, facilitar la locomoción y mitigar un poco el impacto negativo, pero nos hemos dado cuenta que estos acuerdos han sido vulnerados por el contratista y los que tienen la responsabilidad de hacer cumplir los cronogramas”, argumentó.
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Añadió que lo anterior deja sobre los hombros de los microempresarios mayores cargas públicas que no están en condiciones de soportar, por lo cual solicita incentivos tributarios excepcionales como el de industria y comercio, así como el predial hasta el 2025 para ayudar al crecimiento económico, la generación de empleo y la estabilización económica de estos microempresarios.
“El llamado a la administración a que revise el tiempo de ejecución de las obras, que revisen quiénes son los responsables del retraso de las mismas y apliquen las sanciones correspondientes”, subrayó Urón.
Por su parte, el director de Fenalco, seccional Cesar, Octavio Pico, califica este atraso como una falta de respeto con los comerciantes, pero sobre todo con la ciudad. “El proyecto del centro debió terminar hace casi un año y ahora piden prorroga de cuatro o seis meses más, mientras tanto el centro está destruido. ¿Quién responde por los efectos negativos a los comerciantes?”, puntualizó.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
Annelise.barriga@elpilon.com.co