Los resultados del pasado Plebiscito, por medio del cual se refrendaría el acuerdo final para la terminación del conflicto armado y la instauración de bases para una paz estable y duradera, nos hacía pensar que estos años de largas negociaciones estaban a punto de irse a la basura.
Pudo más el empeño de las delegaciones en buscar alternativas para renegociar los puntos que los sectores del No propusieron después del resultado inesperado. Algunas de las innovaciones me parecen convenientes, como el estado de cuentas de las Farc y los recursos con los que se reparará a las víctimas; sabemos que garantizar una reparación integral demanda de esfuerzos económicos importantes y más aún cuando el acuerdo tenía una vigencia de 10 años para su implementación, que por cierto aumentó a 15 años con el fin de no comprometer la estabilidad presupuestal del Estado.
En el tan criticado tema de enfoque de género, que según críticos fue la piedra en el zapato en la campaña del SI, el nuevo acuerdo define el alcance del enfoque y deja claro que no pretende implantar ideologías ni nada por el estilo. Para quienes no conocen del tema les comento que en los conflictos armados existen afectaciones diferenciales y sistemáticas a la población civil en especial contra las mujeres; es por ello que se demanda una intervención que restaure los daños causados con enfoque diferencial o de género, en esa forma se pueden desarticular las estructuras que permiten la marginación y victimización de estos grupos poblacionales, además sujetos de especial protección constitucional.
Por otro lado la Jurisdicción Especial para la Paz contará con jueces de la Republica, y también se incorpora la jurisdicción ordinaria reconociendo que pueden conocer de las acciones de tutelas en contra de las decisiones emanadas de ese tribunal especial, se elimina la participación de magistrados extranjeros. La conexidad del delito de narcotráfico se acordó que se aplicaría según lo establece el Código Penal Colombiano y que además se tendrán en cuenta las jurisprudencias de las altas cortes colombianas.
El nuevo acuerdo reitera la vinculación de terceros en los procesos especiales que adelante la Jurisdicción de Paz, siempre y cuando contribuyan a la reparación de las víctimas. Recordemos que una de las propuestas del sector del NO, fue modificar de fondo y casi por completo la Jurisdicción Especial para la Paz, cabe resaltar que las partes no ceden a estas pretensiones.
Uno de los puntos con mayor controversia fue el tema del bloque de constitucionalidad los voceros del NO, se manifestaron en descontento con que las 297 páginas del acuerdo se incorporará de tajo a la constitución, lo cual fue modificado y solo se incorpora por esta vía lo referente al derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, puesto que Colombia es parte y está obligada ante la comunidad internacional a respetar los tratados y convenios ratificados en esta materia.
En el punto de participación se eliminó la posibilidad de que el nuevo partido político que se conforme tras la desmovilización, desarme y reintegración de las Farc no podrá inscribirse ante las 16 curules transitorias de paz, se reduce el 30 % de presupuesto otorgado a ese partido y se deja lo establecido para todos los partidos políticos.
Así las cosas podemos observar que durante este arduo mes de trabajo realmente se escuchó, socializó y trabajó alrededor de un mejor acuerdo o por lo menos uno que genere satisfacción a la mayoría de personas que integran los sectores sociales del país, aunque aún no se hable de refrendación podemos celebrar que hay acuerdo y que el cese bilateral y definitivo se mantiene.
El nuevo acuerdo reitera la vinculación de terceros en los procesos especiales que adelante la Jurisdicción de Paz, siempre y cuando contribuyan a la reparación de las víctimas.
Por José Luis Blanco Calderón