Lo que narra la canción ‘Muchas gracias’ de Diomedes Díaz Maestre, “El día que se acabe mi vida les dejo mi canto y mi fama”, es una realidad en la actualidad: un ‘mar’ de diomedistas recuerda con cariño a ese artista que engrandeció el folclor vallenato y que ayer cumpliría 62 años.
Personas de diferentes rincones del Cesar y del resto del país acudieron ayer a la tumba del ‘Cacique de La Junta’ para llevarle rosas, para poner a todo volumen los parlantes de sus vehículos con los éxitos de Diomedes, ataviados de suéteres y gorras con la imagen de ese cantautor que trascendió fronteras con su canto y carisma.
Mariachis cantaron, y algunas obras vallenatas fueron interpretadas por niños, jóvenes y adultos que quisieron rendirle tributo a Diomedes ante la invitación del amigo de infancia y representante artístico de una de las figuras más representativas del vallenato, Joaco Guillén.
Las lágrimas eran incontenibles entre los más fanáticos o en los familiares del artista, que después de seis años de su partida no asimilan que no esté en este mundo terrenal, pero ratifican que sus recuerdos siguen vigentes en sus mentes y corazones.
ANÉCDOTAS DEL CACIQUE
Joaco Guillén recordó algunas anécdotas de su compañero de colegio y de batallas en tarima. “A Diomedes una vez le inventaron que él era ‘marica’. Un tipo le gritó en una caseta ‘Diomedes es verdad que tú eres marica’, y él le respondió: marica tu que pagaste 50 mil pesos para verme a mí, en vez de hacer un buen almuerzo en tu casa”, aseguró.
Otro de los recuerdos jocosos que dio a conocer: “Él decía: yo soy un indio feo, no sé qué me ven las mujeres, pero era muy coqueto. Cuando salía del cuarto me decía ‘compadre, ¿cómo estoy?’; yo lo reparaba mucho porque en el bautizo de mi hija nos dimos cuenta en el video que fue con zapatos de diferentes modelos. Una vez le dije su pinta está bacana, pero compadre tiene una lagaña en el ojo, él me respondió: compadre ese es el puesto de ella, o usted la ha visto alguna vez en la rodilla. Esta clase de hechos era motivo de risas para los dos”.
¿CÓMO LO RECUERDAN LOS HERMANOS?
-Elbert Díaz: “Para nosotros el 26 de mayo es una fecha muy nostálgica porque casi siempre coincidía con los lanzamientos de los CD de Diomedes, donde hacían caravanas que culminaban en la casa de mi mamá, donde llegaba Diomedes en el carro de los Bomberos, donde lo esperaba toda la familia. La verdad que es una fecha triste y a la vez alegre al ver que la gente lo sigue respaldando con ese cariño de siempre”.
-Abel Díaz: “En días como hoy, si estaba en Valledupar, Diomedes llamaba a toda la familia, nos invitaba a su casa o finca desde temprano, tomando trago o comiendo. A él le gustaba que yo le cocinara comida criolla (como gallina guisada, chivo en friche, chivo guisado, panza o arroz de fideo). Él era muy bondadoso. Yo viví con él en el barrio Los Ángeles, donde procuraba que todo el que se acercara su casa recibiera algo de dinero; era común que me diera un fajo de un millón de pesos o más para que lo repartiera, pensando en que estarían necesitados”.
Por: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
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