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¿Por qué tanta pelea?

Los tres días del pasado puente festivo (14, 15 y 16 de octubre) se registraron más de 450 riñas en Valledupar, según los datos que recopilaron las autoridades, pero pudieron ser más. El principal detonador de las peleas intrafamiliares, en fiestas, en estancos y en la calle en general, fue el alcohol, eso no hay que estudiarlo ni analizarlo tanto, es un hecho que las riñas en un alto porcentaje son provocadas por los efectos que causa el licor en las personas.

Seguido a esa fecha, la Policía Nacional en el Cesar emitió un comunicado de prensa en el que daba a conocer el top 10 de las contravenciones más frecuentes al Código de Policía que comenzó su implementación hace diez meses. El consumo de sustancias alucinógenas o alcohólicas en vía pública, con un 27 %, son las reglas ciudadanas más violadas; le sigue porte de armas elementos cortantes punzantes o semejantes, 15%; pelear o incitar a confrontaciones violentas, 13 %; desarrollar actividad económica sin cumplir los requisitos, 11%; realizar necesidades fisiológicas en vía pública, 8 %; irrespetar a las autoridades de policía, 6 %; incumplir, desacatar, desconocer e impedir la función o la orden de policía, 6 %; impedir, dificultar, obstaculizar o resistirse a procedimiento de identificación 5 %; portar sustancias prohibidas en el espacio público, 5 %, y quebrantar los horarios establecidos por el Alcalde 4 %.

Todos los incumplimientos al Código de Policía por parte de los ciudadanos conllevan a la mala convivencia. En Valledupar en los últimos meses se observa una ciudadanía más indiferente, menos educada, menos solidaria, con poco compromiso con la ciudad que los acoge y los alberga, donde muchas personas han encontrado una oportunidad para vivir, trabajar y criar a sus hijos.

Existen varias estrategias por parte de la administración municipal para cambiar la actitud de los ciudadanos, para que quieran más a la ciudad y la cuiden, pero cómo vamos a lograrlo si ni siquiera se respetan entre sí, si constantemente se registran riñas entre vecinos, amigos y familiares.

Hoy lo más urgente es que las autoridades, sobre la policía, lleguen más a la gente, no se trata de poner un policía en cada esquina, sino de que haya presencia en los barrios de un policía más social, que sepa convencer a la ciudadanía de la necesidad de trabajar en el respeto y la armonía.

Le corresponde a las autoridades, al alcalde Augusto Ramírez Uhía, y al comandante de la Policía, coronel Mauricio Pedraza, trabajar más en programas que apunten al fortalecimiento de la convivencia, están perdiendo el año en este aspecto y la ciudad cada día más se les sale de las manos. El video del vendedor de jugo que prefiere destruir el recipiente donde vendía el refresco, antes que permitir que la autoridad se lo decomise por incumplir el Código de Policía, es una muestra de las falencias ciudadanas y la ausencia institucional.

 

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