Anunció el Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar (UPC) que en enero (2022) próximo fijará el calendario electoral para designar en propiedad al nuevo rector de la institución.
La información la registró este diario en su edición de ayer indicando que “la decisión se tomó luego del análisis jurídico que realizó el Consejo Superior de la Universidad Popular del Cesar el pasado 17 de diciembre, sobre el proceso de designación de rector de la universidad para el periodo 2019-2023, de acuerdo con el fallo del Consejo de Estado del 27 de octubre de 2021”.
Para recordar un poco, diré que la UPC no tiene rector en propiedad desde hace más de 3 años, porque –según docentes y estudiantes- ‘hay una encarnecida’ disputa política entre grupos políticos externos e internos que desean el poder de la entidad.
Ya van 15 rectores encargados en los últimos años. Esos encargos los ha hecho el Consejo Superior y el Mineducación, muchos con tinte politiquero, aseguran estudiantes.
La última rectora en propiedad fue Darling Guevara, designada para el periodo 2019-2023, pero el Consejo de Estado, sección quinta, anuló el acuerdo 036 del 16 de diciembre de 2019, por el cual el Consejo Superior de la Universidad Popular del Cesar la designó como rectora.
Esta inestabilidad de gobierno ha provocado atrasos en todos los procesos y proyectos de la institución, dicen los entendidos, aunque no lo reconozcan quienes gobiernan la UPC.
Se entiende que los procesos de contratación y gastos han seguido sus cursos normales y hoy vemos una universidad con nuevas y modernas edificaciones, muebles y equipos nuevos, paredes y vías adoquinadas, hechas con millonarias partidas de la Gobernación y la institución.
Sin embargo, los procesos y proyectos educacionales y de acreditación siguen desvalidos, pareciera que importara más la belleza en la cara que el conocimiento en el cerebro.
Lo anterior tiene sus consecuencias, hoy estamos frente a una universidad menos comprometida, porque no se supera ese compromiso de acreditar sus programas, siquiera uno que sirva de contentillo. Nos toca y duele ver lánguidos esos procesos incoloros para sacar adelante una institución que, a pesar del desamparo de sus directivos, los egresados ponen en alto su nombre.
Son miles los egresados de la UPC regados en institutos, gerencias, empresas e instituciones del Estado y privadas, desarrollando labores científicas, de trabajo y de ejemplo para el país. Esos egresados son ejemplo para la UPC, porque pese a las vicisitudes de su alma mater, sacan la cara por ella y no la dejan derrumbar como lo han querido los políticos de la región.
A cada uno de esos muchachos (as) egresados, la institución agradece el ensanchamiento que logran de su universidad y a cada uno de los docentes agradece su gestión, como aporte a la transformación humana.
A veces resulta incómodo comparar, pero hoy toca hacerlo y citar como ejemplo a la Universidad de La Guajira, que cuenta con cuatro programas acreditados: Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, Licenciatura en Educación Física Recreación y Deportes y Biología.
¿Qué es lo que tienen los directivos de las universidades del Atlántico, Córdoba, Sucre, La Guajira? Que están a punto de conseguir acreditación institucional y la UPC no tiene rector en propiedad y ningún programa acreditado.
¿Quiénes son los responsables? Son muchos los interrogantes que deben responder los directivos, a quienes todavía les parece poco no tener rector en propiedad y deben esperar hasta enero. ¿Por qué tanta dilatación? ¿A quiénes les conviene tener rector encargado en la Universidad Popular del Cesar? Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com @tiochiro.