X

Pesa más el ladrillo que la salud

Resulta impropio que los gobernantes y políticos del Cesar e incautos ciudadanos estén más pendientes de la medida de aseguramiento contra el senador Álvaro Uribe que de la hecatombe que vive el hospital Rosario Pumarejo Cotes.

Es decir, los funcionarios y ciudadanos deberían tener puesto los ojos no solo sobre la problemática del primer centro hospitalario de la región, también sobre el hospitalito Eduardo Arredondo en donde ejecutan una obra multimillonaria que, parece nunca va a terminar.

Sin embargo, aquí la insolencia es tan estimada que todo mundo se alegra por la fastuosa “Casa en el aire” que contrató Tuto Uhía por más de $6 mil millones, hoy paralizada por improcedente e irreverente.

Pero, mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan no quieren platicar, con ustedes, sobre las obras del pasado que hacen cultura del abandono y espuria de una clase política que en vez de construir para el bien de las sociedades que los elige, procura estimar primero el lleno de otros intereses que se esconden en las penumbras de sus ambiciones. Lo anterior hará parte de otra columna.

Lo que mis consejeros periodísticos alegan hoy es la falta de sindéresis de nuestros gobernantes y políticos para romper esa huella que ha marcado nuestro desarrollo en más desaciertos que aciertos.

No se puede entender que, mientras cientos de trabajadores del hospital Rosario Pumarejo padecen de sus salarios, el gobernador Luis Alberto Monsalvo y su secretario de salud Hernán Baquero Rodríguez, hayan anunciado una modernización del área de urgencias del hospital.

El proyecto se aprobó por $11.436 millones de los cuales el Gobierno nacional ya destinó $5.718.000.000 que representan el 50 por ciento y el departamento del Cesar asumirá la otra mitad correspondiente a $5.718.000.000.

Para muchos desprevenidos periodistas, la noticia fue de primera página.  Es decir, miles de millones de pesos más para un hospital que tiene cientos de empleados a la deriva, que no reciben salarios hace 11 meses, de un centro hospitalario que adolece de autonomía para nombrar o desistir de sus empleados. Incluso, cuentan en los corrillos del hospital que los insumos y proveedores ya tienen nombres propios.

Se ha indicado que las nuevas áreas estarán distribuidas de acuerdo con ciclos de vida: urgencias pediátricas, adultos y área de atención obstétrica debidamente diferenciadas, las cuales contarán con salas de espera por unidad y sus respectivos consultorios de triage y de consulta especializadas.

Lo anterior encaja en un cuento de hadas, hay otra realidad, los médicos y paramédicos están en huelga de hambre porque les deben 11 meses de salarios, están en cese de actividades.  

“Nos tocó graduarnos de magos. La deuda asciende a más de $20 mil millones, por lo cual necesitamos el concurso y el apoyo de las instancias de nivel central para poder superar esta crisis”, sostuvo el médico a EL PILÓN.

El funcionario también lamentó que, en medio de la atención a la pandemia del covid-19, el talento humano del hospital no esté recibiendo un trato consecuente. Los incumplimientos están afectando a unas 700 familias que dependen económicamente de estos pagos, dijo.

 “Esto indefectiblemente lo conducirá a la quiebra, como aconteció con el Instituto de Rehabilitación y Educación Especial del Cesar. La lista de padecimientos es infinita y ante este panorama desalentador, desde el 4 de julio decidimos suspender las actividades”, agregó el médico Julio.

Pero, a pesar de semejante panorama en la salud del Cesar, los gobernantes anuncian más ladrillos, más construcciones, cuando en verdad lo que se necesita es talento humano. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com    @tiochiro.

Categories: Columnista
Aquilino_Cotes_Zuleta: