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Pelea de comadres

Duro reclamo presentó el alcalde Municipal al comandante de Policía del Cesar, Douglas Restrepo, pero más dura fue la respuesta del oficial al burgomaestre. En todo caso es un espectáculo bochornoso de dos funcionarios queriendo demostrar quien grita más. 

El coronel Douglas Restrepo se equivoca al considerar que el alcalde no le debe colocar término a su gestión, se trata de la primera autoridad de Municipio, donde se concentra la mayoría de los habitantes del departamento y su mayor fuerza productiva y quién más indicado que el burgomaestre para elevar su voz de protesta ante usted, coronel, por la ola de inseguridad de esta capital; sea serio comandante, deje la arrogancia, es hora de bajarle a esa actitud que aleja a los ciudadanos de la institución, ciudadanos que por hacer críticas no son delincuentes como lo expresó recientemente; su papel no es solo portar un uniforme e impartir ordenes como a usted se las imparten por ser parte de una cadena en la que termina siendo un subordinado más.

El primer paso para combatir el crimen debe partir en la construcción de confianza y respeto entre autoridades y establecer también lazos de comunicación, pero una comunicación seria y pacífica con los ciudadanos, cosa que el señor coronel Douglas Restrepo parece no comprender, resultándole más sencillo levantarle la voz a los vallenatos en lugar de proponer y ejecutar planes efectivos contra las expresiones criminales. Si el coronel no se siente cómodo en esta ciudad podría buscar escritorio en otra, acá no hace falta.

Por otro lado, necesitamos mayor ingenio del alcalde y de su equipo, salir a gritar por los medios la cantidad de dinero que se invirtió en la Policía hacer ver que su único papel en el orden público es comprar equipos, vehículos y demás elementos y esto no contribuye a tranquilizar a los ciudadanos, desperdiciando energía y tiempo valioso para diseñar estrategias dirigidas a prevenir y neutralizar a los delincuentes;  el alcalde no puede quedarse en pedir la renuncia del comandante porque puede venir uno igual y esto es mucho decir.

El señor Castro tiene como desafío diseñar una verdadera política de seguridad que integre no solo la inversión de recursos, también la difusión de campañas efectivas para desmontar comportamientos y hábitos perjudiciales en la sociedad así como incentivar el desmantelamiento de esas bandas que giran alrededor de microtráfico, el hurto callejero y de vivienda.

La seguridad del municipio no puede quedarse en la pelea de dos servidores públicos reprochándose responsabilidades, deben enfocarse en la efectividad de las medidas vigentes, en los resultados de las estrategias actuales que al final terminan siendo más de lo mismo y por eso es que las cosas van de mal en peor.

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Carlos Andrés Añez Maestre: