Sacar provecho personal de cualquier cosa es lo más común en nuestro país, muchas de ellas prefabricadas. En consecuencia, cada colombiano se cree más astuto que los otros. Ejemplo de esto es la pelea entre el senador Armando Benedetti y el abogado Jaime Lombana Villalba, muy conocido por ser uno de los juristas defensores del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
En el escándalo mediático suscitado por las chuzadas de conversaciones telefónicas a través de interceptaciones ilegales de una empresa del general Guatibonza, ya retirado de la Policía. Según el ingeniero, Juan Carlos Madero, arrestado por tal ilicitud, el senador Armando Benedetti le pagó a dicha empresa la suma de 240 millones de pesos para que chuzaran los teléfonos de la familia del abogado Lombana. Es de conocimiento público la rencilla entre el senador y el abogado, ambos personajes reconocidos como avivatos de altos quilates.
Aunque en este contexto es un delito las interceptaciones de las conversaciones del abogado Lombana, no deja de sorprender hasta lo risible, que se victimice como si fuera una mansa paloma perseguida y vilipendiada por el senador de marras, ya que con tal actitud el susodicho abogado quiere ser más avivato que su contrincante.
Por tal subcultura tan enraizada en nuestro país, ya la gente no cree ni confía en sus dirigentes, porque la mayoría son avivatos usurpadores del patrimonio público, cuyas consecuencias son fatales, especialmente cuando defraudan el financiamiento del sistema de salud y el del saneamiento básico, por esto último se encuentra en la picota pública el actual ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Duramente cuestionado en el Congreso por el senador Jorge Enrique Robledo, de haber multiplicado su riqueza con altas tasas de intereses en los préstamos por un valor de 440 mil millones de pesos a 117 municipios para construir obras de acueductos, denominados “bonos de agua”, también conocidos como “bonos Carrasquilla”, porque cuando Alberto Carrasquilla fue ministro de Hacienda en los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, estructuró esa financiación realizada a través de la empresa, Konfigura Capital, de la cual el mencionado ministro es o era condueño.
Valledupar es uno de los municipios endeudado por 20 años con 36 mil millones de pesos, cuando Luis Fabián Fernández Maestre fue su alcalde. La verdad es que a nuestro municipio tal inversión poco sirvió para el mejoramiento de su saneamiento básico, pero sigue endeudado y según el senador Robledo, el ministro Alberto Carrasquilla y sus socios ya se embolsillaron sus comisiones.
Por José Romero Churio