Por: Indalecio Dangond Baquero
Tremendo despelote y confusión han creado el Ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, el Director del DNP, Hernando José Gómez, y el director del DANE, Jorge Bustamante, con las estadísticas de pobreza, indigencia y desempleo. Ya no sabemos a quién creerle.
En septiembre, las cifras oficiales mostraban una pobreza en Colombia del 37.2% y una indigencia del 12.3%. Esta semana la Cepal, desvirtúa esas cifras con un informe donde considera a nuestro país con el nivel más alto de pobreza e indigencia de América Latina, con un 44.3% y 14.8%, respectivamente. Esto quiere decir que tenemos alrededor de 19 millones de compatriotas pobres y 6 millones en la indigencia. Según el DNP, un pobre es aquel que tiene un ingreso mensual de 187 mil pesos y un indigente, es aquel que gana 84 mil pesos al mes. Los que superan los 700 mil pesos mensuales, salen de este pelotón.
Algunos se preguntarán, ¿Cómo calculan esos montos límite, o líneas de pobreza e indigencia?. Pues supuestamente, son el resultado de la aplicación de la nueva metodología propuesta por una Misión de expertos nacionales y organismos internacionales independientes, y aceptada por el Gobierno, para saber cuántos pobres e indigentes hay en el país. En lenguaje costeño, la línea de la indigencia indica que, con el valor señalado, cada persona solo come con los ojos; la de pobreza incluye, un pedazo de rancho, tres mudas de ropa y transporte en burro o moto taxismo, siempre y cuando le fíen.
La mayor duda de esta metodología es el cálculo de la proporción de la población que no tiene suficiente dinero para sufragar sus gastos básicos. Por otra parte, ¿Cómo habrán hecho para levantar las muestras estadísticas de más de 1.103 municipios y las encuestas necesarias para generar la información básica sobre los ingresos, la medición del valor de lo que consumen los hogares rurales de sus propias cosechas y la imputación del costo de la vivienda para quienes tienen casa propia? Sabrá Mandrake.
Con semejante problema de 25 millones de colombianos que viven en pobreza moderada y extrema, el Gobierno Santos creó el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DASP), le nombró un gerente y un equipo de apoyo, les asignó un presupuesto de 7.5 billones de pesos y les colocó una meta (bastante tímida) de sacar un millón 500 mil compatriotas de la pobreza, antes que termine su primer mandato. Tendrán que ser bastante ingeniosos para combatir con eficacia aquello que no se sabe con certeza en dónde está, de dónde viene o hacia dónde va. Considero que una ofensiva contra tal enemigo en estas circunstancias, estaría sentenciada a la frustración.
Por otra parte, esta semana el ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, anunció que hay 2 millones 133 mil personas desempleadas en el país, lo que exige con urgencia una mejor focalización de los programas de inversión del ministerio de Agricultura, Familias en Acción y la estrategia Unidos.
Señores, en la altillanura hay 5 millones de hectáreas actas para la siembra de cultivos como la palma, cereales, caña de azúcar y silvo pastoreo. Por Dios! fomenten y subvencionen un programa de alianzas productivas entre esta población y los grandes operadores agroindustriales del país para que vean como solucionamos en gran parte esta tremenda desigualdad.