Preocupante, muy preocupante, la situación del país por la inseguridad que estamos viviendo: la guerrilla no baja la guardia, los paras no paran, la delincuencia común en su apogeo, la minería ilegal en ‘suyeré’, que unida al contrabando y a la corrupción están tratando de acabar con el país y la democracia, pero no lo acabarán porque Colombia está en buenas manos y sabe ganar batallas con un capitán al frente del barco, que no lo deja hundir porque sortea con valentía y sapiencia los obstáculos de una oposición enardecida y ciega, su presidente Iván Duque.
Pero me pregunto y nos preguntamos todos: cómo hacen esos grupos para subsistir; de dónde sacan la plata para mantener a tanta gente; de dónde viene el dinero para comprar esas modernas y costosas armas; quién les da uniformes y de dónde sacan el billete para pagar sueldos y sus jefes darse la gran vida. No hay otra repuesta: de la droga, de más de 200.000 hectáreas de coca que públicamente existen, defendidas y protegidas por los indios, a capa y espada, entre otros.
Que no se pueden destruir, porque las órdenes de la Corte Constitucional hay que acatarlas, y los herbicidas son nocivos para la salud, pero para fumigar las frutas y verduras que consumimos, en pastos que come el ganado que produce la leche y la carne que comemos, la palma de donde extraen el aceite que todos los días utilizamos, el arroz, maíz y sorgo que a diario nos metemos, ahí sí no es malo el herbicida.
No recuerdo cuando sembraba algodón haber visto siquiera un intoxicado o una gallina muerta; y también cuando lo usan en jardines de las suntuosas y grandes casas campestres. Ahí sí no es malo. Malo y mortal es en la coca. ¡Vaya vaina rara!
Por eso el mundo tiene que ser solidario con Colombia y con su presidente, y no me cabe la menor duda que Joe Biden (se escribe así, creo, porque es la primera vez que lo hago), el hombre más poderoso del mundo que dirige al país más poderoso, incrementará su ayuda para destruir la fuente de producción y causa de tantos males como es la coca.
El mundo tiene que unirse para ayudarnos, solos no podemos y usted, presidente Duque, debe de pedirle ayuda a todo mundo, al Canadá, a la Gran Bretaña, a la Unión Europea, a los gigantes asiáticos, acuérdese que el que no llora no mama. Hay que pedir, saber pedir, porque son pocos los que dan sin que les pidan. Ponga a su canciller a hacer la diligencia, para ver si todos los países afectados por la droga que Colombia produce, reaccionan, pero no con frases, sino con plata.
Si no lo hacemos, esas cataratas ilimitadas de dinero, manchado con la sangre de los colombianos, nos van ahogar, no las ataja nadie y pronto veremos, no a Petro, sino a Timo, y por qué no a Santrich indultado, aspirando a ser presidente de Colombia.
¿Será que las obras del centro de la ciudad las terminarán? Tengo esa preocupación, he visto muchos contratistas arruinados, porque pagando por anticipado todas las coimas y arandelas a congresistas, gobernadores y alcaldes, que a veces llegan a un 40 %, después no tienen cómo terminarlas. Se ve que el billete está escaso, porque si hubiera bastante era fácil duplicar el personal y terminar rápido. Pobre gente del centro, cómo han sufrido y viven desesperados.