Quiero referirme a dos caracterizados personajes que se han constituido en referentes de la actividad constructora en la ciudad, se trata de los hermanos arquitectos Jaime y Juan Tadeo Orozco, socios fundadores de la empresa Orbe Construcciones, quienes han transformado la vida de Valledupar con un trabajo serio y responsable.
Ellos han estado presentes en la creación de plazoletas abiertas para el solaz, en los recintos cerrados donde se cuecen las estrategias de un desarrollo bien planificado, en los grandes proyectos de vivienda que le dan albergue a un pueblo ávido de buenas soluciones habitacionales, en los pequeños castillos que resguardan a las clases sociales más favorecidas por la fortuna, en los complejos agroindustriales esculpidos en los montes, en los hoteles de marca internacional, en los edificios saludables que miran con orgullo su pasado glorioso y vislumbran con optimismo un futuro promisorio para la ciudad.
En los macroproyectos que prodigan justicia social, integrando en un solo sitio a todos los estratos sociales que se adaptan a los modernos conceptos de la sociedad de consumo. Así se construyeron los desarrollos urbanísticos de
Las Flores, Los Cortijos, El Cerrito, Portal del Rosario, Boulevard del Rosario, Rosario Norte, Quintas del Rosario, Mirador de la Sierra, Orientes de Calleja, Quintas del Country, Buenavista, el gran proyecto agroindustrial de Oleoflores en Codazzi, el Centro de Negocios Orbe Plaza, el Centro Comercial Torcoroma, el Edificio Ágora y miles de viviendas en varios barrios de la psicogeografía de la ciudad, más la obra culmen y de mayor trascendencia económica y social en toda la historia de la ciudad como es Mayales Plaza Comercial.
Esta obra ha sido realizada por tres empresas que se asociaron para suplir una necesidad tan sentida de la comunidad. Como empresas locales, la de los hermanos Orozco, hijos de mi amigo Jaime Orozco Gámez con su empresa Orbe Construcciones, y la de los hermanos Ortiz, hijos del inolvidable arquitecto Rubén Ortiz Martínez y su compañía Constructora Los Mayales, que en asocio con el empresario Luis Fernando Mejía Villegas, de Mejía Villegas División Inmobiliaria, de Cartagena, hicieron realidad el sueño del pueblo para que se redimiera con obras de gran impacto, ese amplio sector del sur de la ciudad, históricamente olvidado.
Jaime José y Juan Tadeo cursaron sus estudios primarios en el colegio Santo Tomás de Villanueva, en el Colegio Loperena se hicieron bachilleres y la Universidad del Atlántico les otorgó el título de Arquitecto, para así afianzar su trayectoria, grandes ejecutorias y el gran señorío heredado de sus ancestros y la bonhomía cristiana de sus progenitores Jaime y María Teresa, y del arraigo de los abuelos patricios Enrique Orozco Ariza y Juan Orozco Ariza, ambos cumbre de moral, de gran formación intelectual, caballeros del bien y una conducta ejemplar, que merecen ser resaltadas cuando hoy las nuevas generaciones transitan por la vida sin norte y sin valores ciudadanos.
Galardona este lienzo familiar, el espíritu delicado y la presencia de Daissy María Pinedo y Eva del Rosario Blanco, sus esposas. También merecen reconocimiento especial el grupo de colaboradores y compañeros que de sol a sol hacen el haz de los éxitos y aciertos de esa empresa. De igual forma, el promisorio futuro que hay en el relevo generacional que ya ha recibido la posta de sus padres para liderar nuevos proyectos en beneficio de la ciudad. (Fragmento de un escrito sobre el mismo tema).
Por José Antonio Murgas Aponte