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Olores agradables

Dios nos bendijo haciéndonos a su imagen y semejanza, dotándonos con un cuerpo, que a la larga es la “maquina” perfecta, nuestro sistema sensorial es algo maravilloso, con los sentidos podemos percibir placeres agradables, todos son igualmente importantes, pero digamos que el olfato es algo especial, por eso quizás los animales lo han desarrollado de una manera insospechada, pudiendo oler cosas y a sus presas a kilómetros y kilómetros de distancia.

Hace pocos días tomé un taxi y apenas me subí, percibí un agradable olor a pan recién horneado, al hacer el comentario de que olía a pan, el taxista enseguida me contó que llevaba unos panes para su hija en la silla de atrás, que a ella le encantaba y que él todos los días los compraba a las diez de la mañana en una panadería que a esa hora sacaba su primera producción del día, incluso al bajarme del taxi, el hombre amablemente me regalo uno y, la verdad, no solo su aroma era delicioso, sino que su suave textura, su bonito color y aspecto y sobre todo lo calientico y sabroso que estaba, me permitieron degustar algo tan sencillo pero a la vez tan agradable, que me hizo caer en cuenta la perfección que Dios nos regalo con nuestros cinco sentidos.

Hay aromas inconfundibles y supremamente agradables, yo que soy goloso y un cocinero consumado, conozco mucho acerca de los aromas de la cocina, y un buen aroma, de algo agradable cociéndose a fuego lento, es un truco infalible para despertar la colambre, mantequilla derritiéndose, pudines horneándose, una buena carne entreverada asándose al carbón, una sopa hirviendo con buen culantro (cilantro cimarrón), un arroz de leche recién hecho, son claros ejemplos de estos agradables sabores culinarios.

Existen muchos olores sabrosos, el olor a bebe por ejemplo, no en vano ya en creado ambientadores con este aroma, y no quiere decir que los recién nacidos tengan un olor característico intrínseco, lo que ocurre es que la mayoría de los productos hechos para bebes, los han estandarizado con un agradable olor, sus colonias, sus champús incluso su ropita, tiene un olor característico.

Olores como el de una maleta recién abierta y con ropa nueva en su interior, aroma a carro nuevo, mujer bonita recién salida de la ducha, un buena botella de vino tinto seco recién abierta, un mango maduro, lencería de cama nueva, olor a tierra mojada y lluvia, olor a pasto fresco, a campo, etc. De niño recuerdo a mi padre, cuando después de una ardua faena en el campo, llegaba, se daba una ducha y luego se echaba abundante María Farina, de la original, la francesa, esa de Roger Gallet, no una cantidad de híbridos cuyo aroma solo dura unos minutos.

COLETILLA

Esta es mi última columna del año, les deseo a todos mis lectores y al equipo periodístico de EL PILÓN un próspero año nuevo, lleno de mucha dicha salud y prosperidad, que a todos se les cumplan los anhelos de sus corazones. Para el próximo año tengo unos propósitos en particular, principalmente acercarme más a Dios y a mis seres queridos y también buscar la manera de donar mis órganos cuando muera, pues sé que hay mucha gente que merece una nueva oportunidad y que tienen sus vidas pendiendo de un hilo y con solo un trasplante podrían volver a vivir y ser útiles a la sociedad, les sugiero a mis lectores de buen corazón, tener en cuenta esta opción.

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