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“Nuestra calidad e interpretación es el mismo en Berlín o en Valledupar”: director de la Filarmónica Joven de Colombia

El director artístico de la Filarmónica Joven de Colombia, Carlos Buitrago Contreras, contó los pormenores de esta agrupación que recorre los mejores escenarios del país y del exterior, en una apuesta de la empresa privada; en este caso de la Fundación Bolívar Davivienda. Joaquín Ramírez/EL PILÓN

Luego de su exitosa gira por Europa, la Filarmónica Joven de Colombia se presentó ayer en Valledupar, en el marco de su gira nacional que varias ciudades de la Costa Caribe.

Este medio de comunicación dialogó con el director artístico de la agrupación, Carlos Buitrago Contreras, quien se refirió a los pormenores del concierto, que fue posible gracias a la Fundación Bolívar Davivienda y el respaldo de la Caja de Compensación Familiar, Comfacesar.

¿Con qué repertorio sorprenderán a Valledupar?

Tenemos: la Pequeña Suite, del compositor colombiano Adolfo Mejía, que es de Sincé, Sucre; es una obra integrada por un bambuco, una danza torbellino, y una cumbia. Concierto de Limbert para Clarinete, de un compositor finlandés, obra contemporánea que es un estreno en Colombia. La Séptima Sinfonía de Beethoven. Y una versión orquestal de ‘La gota fría’, de Emiliano Zuleta Baquero. Todo el concierto tiene una duración aproximada de hora y media.

Ustedes vienen de una gira por Europa, ¿va a tener similitudes o tendrá elementos diferenciadores?

En el mes de julio del 2017 realizamos nuestra primera gira europea. Habíamos salido varias veces al exterior, pero en Europa era la primera ocasión. La responsabilidad de estar en estos escenarios es demasiado grande, puesto que ciudades como Alemania y Austria son la cuna de la música sinfónica, lo cual nos generaba un reto importante, pero la Filarmónica asume sus compromisos con la misma responsabilidad, bien sea nacionales o internacionales. El nivel de calidad e interpretación debe ser el mismo estando en Berlín, Valledupar o Bogotá.

¿Este año por qué le apostaron a una gira por la Costa Atlántica?

En el año siempre tenemos dos grandes proyectos sinfónicos: uno, es una gira nacional, y la otra, es internacional; sumado a lo que hacemos en diciembre, que es un concierto de Navidad, que lo hemos hecho en Bogotá y que aspiramos llevarlo por todo el país. En nuestra programación incluimos visitas por el país, lo que pasa es que sectorizamos la gira, con un circuito coherente.

Este año la localizamos en el norte del país debido a que coincidencialmente hacíamos el cierre del Festival de Música en Cartagena; de acuerdo a ese compromiso diseñamos visitas en la Costa Atlántica como: Cartagena, que fue el 13; Sincelejo, el 14; Valledupar, el 16; Santa Marta, el 17; Bucaramanga, el 19; y cerraremos en Tunja.

¿Cómo fue la receptividad en las ciudades donde ya se han presentado?

La respuesta del público en el Centro de Convenciones de Cartagena fue positiva; allí hay un público conocedor porque allí está el Festival Internacional, y verdaderamente fue un concierto de buen nivel y el público salió feliz. En Sincelejo fue un concierto de características distintas, de espacio abierto en la plaza Majagual, donde tuvimos alrededor de 3.000 personas, en un contexto de apertura de las Fiestas del 20 de Enero, el resultado fue interesante.

¿Por qué es recomendable escuchar a la Filarmónica Joven de Colombia?

En lo poco que sé una orquesta de esta dimensión no ha venido en mucho tiempo a la ciudad de Valledupar; es nuestra primera vez en la ciudad. La música sinfónica no debe ser lejana para el público en general. Sé que aquí hay una rica cultura del vallenato, pero eso no quiere decir que sus habitantes no estén abiertos a otra posibilidad de música. La música clásica no es elitista, no es para una minoría; todos pueden disfrutarla de la misma forma. Creo que es un bonito regalo para el pueblo.

¿Cómo hacen para que sus conciertos sean gratuitos?

El interés de la Fundación Bolívar Davivienda con este proyecto es darles oportunidad a los jóvenes, pero también darle espacio para que el país conozca la Orquesta Sinfónica, por lo que no lo vemos como una posibilidad de lucro. Hay unos costos significativos por la logística y transporte, por lo que requerimos apoyos locales; en Valledupar lo encontramos con Comfacesar que nos cedió su Centro de Convenciones.

¿Por qué se llama Filarmónica Joven?

Como nos dijeron en la gira en Alemania: nosotros somos ‘la selección juvenil sinfónica’ de Colombia. Filarmónica Joven es una apuesta por la juventud colombiana, al procurar que esta población tenga un espacio de alta calidad para hacer música sinfónica.

¿Cómo es el proceso de escogencia de sus integrantes?

Nosotros convocamos anualmente a jóvenes entre los 16 a 24 años de todo el país; la mayoría reside en Colombia, pero también hay una minoría que vive en el exterior, que están adelantando sus estudios u otros están trabajando. La música es una profesión que se inicia desde muy joven.

Esta convocatoria es abierta para jóvenes colombianos talentosos que estén estudiando música o que estén graduados. Cada año hacen una audición para ingresar a la Orquesta, puesto que deben refrendar su participación anualmente. Es un proceso de selección muy exigente con jurados internacionales, para garantizar un proceso transparente, porque al no conocer a los chicos ni su entorno se centran netamente en la calidad de ellos.

¿Cuántos integrantes tiene la orquesta?

Cada temporada son entre 100 a 120 integrantes, pero para esta gira tenemos 92 integrantes en escena.

Cuénteme del director musical de la agrupación, Andrew Gourlay.

Es un director británico muy joven, que tiene alrededor de los 35 años, pero con una gran proyección internacional. Ha dirigido las principales agrupaciones en Europa; actualmente es el director titular de la orquesta de Castilla y León, en España. Hace rato veníamos siguiéndole la pista a su trayectoria; este año por fin coincidimos en calendarios para que dirigiera la Filarmónica Joven de Colombia. Ha hecho un magnífico trabajo con los chicos; la relación entre director y la orquesta ha sido especial, sin restarle la exigencia necesaria, por lo que estamos felices.

¿En qué se diferencia el director artístico y el director musical?

Nosotros siempre invitamos directores musicales diferentes, en aras de darle a los jóvenes experiencias distintas de directores y solistas de primer nivel, donde cada encuentro con ellos se constituye en una experiencia nueva; es por eso que no tenemos un director permanente, sino que funcionamos con directores invitados. Él es el encargado que en el pódium todo funcione bien, y de conducir a la orquesta durante los conciertos.

Mi responsabilidad como director musical está hacia la parte organizativa, dentro de lo artístico, que incluye la búsqueda de los directores, de los solistas, de los espacios en los que tocamos; así como de diseñar las rutas de las giras, de garantizar que todas las condiciones artísticas se den, y de la consecución de instrumentos. Es esa interacción entre lo que suena y la parte administrativa para hacer posible el proyecto.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN

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