La periodista, escritora y diseñadora de Interiores Adriana Eslava estuvo en Valledupar presentando su libro ‘Soy Adriana Eslava: el valor de la imperfección’, en el que narra su historia de vida tras un atentado que sufrió en 1987 y le ocasionó la pérdida de su ojo derecho. Sin embargo, ese momento de oscuridad se convirtió años más tarde en una oportunidad para establecer una relación espiritual con Dios, dándole un giro positivo a su relato.
En el marco del conversatorio organizado por la Feria del Libro de Valledupar, FELVA, y EL PILÓN, Eslava contó al comunicador social Luis Barros Pavajeau que el parche que lleva en su ojo derecho es sinónimo de esperanza y fe, ya que a través de ese elemento ha podido ayudar a muchas personas a través del ‘Club del Parche’.
Club del parche
“El parche no es un elemento ortopédico. El parche es un símbolo porque cada vez que encuentras a una persona con un parche sabes que tiene una historia para contar. Sabes que es una historia importante de vida, que tiene un compromiso consigo misma de ser cada día una mejor persona. El entender que de una calamidad puede salir una cantidad de frutos es básicamente lo que ha sido la filosofía del parche y es lo que transmito a esas personas que me llaman”, dijo.
A través de la elaboración del parche tiene la posibilidad compartir con las personas, “llorar juntos y conocer su historia”, por lo que solamente se encarga de enseñarle a los que “realmente lo necesiten” y puedan entender su significado.
Adriana Eslava escribió su experiencia en un primer libro que presentó hace varios años, pero a petición de la editorial lanzó una nueva versión contando su vínculo divino con Dios que descubrió 10 años después del atentado luego de que una mujer llamada Lucía la contactara por teléfono para decirle que había visto una entrevista que le realizaron en Chile y que gracias a ella “ya no se iba a suicidar y su hijo tenía con quien pasar Navidad”, estremeciéndose por completo y pidiéndole a Dios que le ayudara a interpretar ese momento.
“Yo de alguna manera sabía que Dios estaba vivo, pero mi encuentro con él sucedió 10 años después del atentado. A mí nadie me va a quitar mi fe ni me van a decir que el amor que he recibido en la Virgen María es puro cuento y si no creen lo siento, no saben de qué se están perdiendo. Uno siente, lo vive, en el caso mío particular me demuestra su presencia a través de las coincidencias y por eso fue que escribí el libro”, expresó.
El libro fue escrito, luego de que por coincidencias de la vida, la presentadora no pudiera viajar junto a su familia a Alaska, siendo ese el momento “enviado por Dios” para consignar su experiencia.
“No cambiaría el atentado”
Gracias a la fe que Dios ha creado en Adriana Eslava, asegura que, si vuelve a nacer y tuviera la oportunidad de escribir su historia, lo único que no cambiaría es el atentado porque gracias a ese episodio, que en su momento fue doloroso, pudo conocer más a Dios y establecer un vínculo eterno.
“Todo lo que permite Dios es perfecto. Puedo decir que, si yo volviera a vivir y tuviera que escribir mi historia, lo único que le diría a Dios que no cambiara es el atentado. Yo no lo cambio porque justamente en esa circunstancia tan dolorosa me nutrió y me llenó de una manera grandiosa porque supe pararme y pensar si me esperaba la calle del cartucho, perderme en la droga por esa cosa tan horrible que me pasó o echar para adelante la mano de Jesús y eso fue lo que hice. Como yo hay muchísimas personas que han hecho lo mismo y es lo que comparto en mi libro sobre otras personas”, señaló.
Adriana Lucía Eslava está radicada en España desde hace 12 años, pero en Colombia tiene a sus amigos del ‘Club del Parche’ que se encargan de ayudar a personas que como ellas han perdido un ojo y puedan dignificar su vida. Todos los días se conecta con un grupo de amigos a través de Zoom para rezar el rosario y pedir por varias causas en particular.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.