Como una señora servicial, trabajadora y de buenos modales fue recordada por sus vecinos en el barrio Cañaguate, de Valledupar, la matrona Alcira Mendoza, de 76 años de edad, quien falleció la noche del miércoles 6 de septiembre tras presentar quebrantos en su estado de salud.
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Mendoza era una de las tres matronas que residían en el Callejón de La Purrutú, quienes siguiendo el legado de Encarnación Vigna Cotes, trabajaron para que este fuera un lugar reconocido en la capital del Cesar.
En diálogo con EL PILÓN, la gestora cultural, Yeraldine Hernández, relató que conoció a Alcira hace varios años cuando vivía en el barrio Cañaguate, siendo esta una de las personas que más estuvo pendiente de su estado de salud cuando fue diagnosticada con cáncer.
“Alcira fue mi mamá en el Callejón de la Purrutú en todo el tiempo que tuve cáncer de los huesos. Ella siempre se acercaba a mi casa con ese vaso de plantas, de bruscos para sanarme, fue así que mi relación con ella fue cercana. Cuando me sentía mal me iba para su habitación, donde tenía una cama y una hamaca, ahí me acostaba”, dijo Hernández.
En ese momento oscuro de su vida, le brotó la inspiración para componer una canción basada en el Callejón de la Purrutú, por lo que Alcira Mendoza fue pieza clave con sus relatos sobre el viejo Valledupar.
“Ahí nació la inspiración de hacer el primer CD de turismo, fue en esa casa que nació parte de ese aporte y compuse la canción ‘El homenaje a la Purruturú’ en la hamaca de Alcira durmiendo. Ella fue quien empezó a contarme la historia de ese callejón y después compuse ‘Pestaña quemada’ y le dije que saliera en el video de la canción haciendo el papel de una señora antigua, creo que es el único video en el que la gente la puede apreciar y recordarla”, añadió.
Por su parte, Carlos Osorio, uno de los vecinos de Alcira Mendoza en el Callejón de la Purrutú, mencionó que, con su oficio de modista, la matrona se dio a conocer en Valledupar, quedándose impregnada en el corazón de todas las personas que la conocieron y que hoy lloran su partida.
“Era una señora de buenos modales, servicial, trabajadora, era modista y les cosía a los vallenatos con plata o sin plata y eso hace que se quedara en el corazón de los vallenatos”, relató.
Mendoza llegó al barrio Cañaguate en compañía de su esposo Joaquín González hace más de 40 años a trabajar en el colegio Ateneo del Rosario, tiempo después compraron una casa en ese mismo sector de la ciudad, donde vivió hasta el último día de su vida. Su cuerpo es velado en cámara ardiente en ese lugar, sus vecinos, familiares y amigos recuerdan su labor por este sector de Valledupar.
El sepelio de Alcira Mendoza se llevará a cabo la mañana del viernes 8 de septiembre en el cementerio Jardines de Valledupar del Grupo Recordar.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.