MISCELÁNEA
Por: Luis Augusto González Pimienta
En algunos círculos deportivos ha causado polémica la elección de Lionel Messi como el mejor futbolista por segundo año consecutivo. Esta polvareda la ha levantado Michel Platini, presidente de la UEFA (organismo rector del fútbol europeo). Todo porque no fue escogido ningún jugador del viejo continente, habiendo dos en liza, pertenecientes al equipo español, campeón del mundo.
A partir del 2010 la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) y la revista deportiva France Football, que elegían por separado al mejor futbolista del año, se unieron para hacer una sola elección. Surgió así el galardón FIFA Balón de Oro que este año fue entregado a Messi, por encima de Xavi Hernández y Andrés Iniesta sus compañeros del Barcelona.
La FIFA venía entregando este premio desde 1991 y se destaca que lo ganaron, entre otros, Zinedine Zidane (3 veces), Ronaldo (3) y Ronaldinho (2). El nombre de Messi surgió en el 2007 cuando fue segundo de Kaká; en el 2008 fue segundo de Cristiano Ronaldo y en los dos últimos años fue primero.
La votación para escoger al mejor la hacen los mejores: los capitanes y entrenadores de todas las selecciones afiliadas a la FIFA que suman más de doscientas, y algunos periodistas deportivos designados por la revista francesa. Ningún elector puede votar por un jugador de la selección de su país y cada uno de ellos vota por los que considere los tres mejores. Esto le otorga tres puntos al primero, dos al segundo y uno al tercero. Se suman todos los puntos y se entrega el resultado. Es una escogencia rodeada de garantías.
La inconformidad europea surge de que el primer puesto no se le otorgó a uno de los dos españoles postulados que salieron campeones mundiales con su selección. A esos críticos habría que decirles que este premio está instaurado para premiar al mejor de todo un año sumando los méritos tanto en sus clubes como en sus seleccionados. Con el argumento de atender exclusivamente el resultado del mundial se cometieron en el pasado errores garrafales, como en el 2006 cuando se premió a Fabio Cannavaro, un defensa italiano que no alcanzó jamás la excelencia, por encima de Zidane y de Ronaldinho, figuras fulgurantes del balón. Además, si de tomar al mundial como referente se trata, el galardón debió dársele al uruguayo Diego Forlán, escogido como el mejor de ese certamen.
Como acicateado por las críticas, “la pulga” Messi respondió el pasado miércoles con tres goles en la Copa del Rey ante el Betis sevillano. Fue su forma de darle un mentís a los airados europeos, él, que es una persona humilde, sencilla, que ni argentino parece.
Ver jugar al Barcelona español es como asistir a un concierto en el que todos los músicos son maestros y Messi el director de orquesta. Resuelve con una genialidad todas las dificultades; abre los “candados” que ponen sus rivales para frenar la avanzada catalana; es un pasador de lujo y un certero anotador. Cuando convierte un tanto e igual cuando se pierde un gol, ríe como un niño que acaba de hacer una travesura. Es una estrella que a sus escasos 23 años ha repetido las jugadas que en el pasado hiciera Maradona y que llegará más lejos que éste, a menos que una lesión grave se lo impida.
Destaco las excelsas cualidades de Xavi Hernández y de Iniesta, pero aún están por debajo de Messi, como lo reconoció con gallardía el primero. Los tres jugadores que ocuparon el podio, juntos, arrasan. Por separado, Messi les toma ventaja.