Ahora que están de moda los políticos sería bueno recordarles los pecados de algunos de ellos. Podríamos hacer un pequeño ejercicio para conocerlos.
En lo que sí no fallan es en tres cositas: la mentira, el engaño y las promesas incumplidas. Por ejemplo: la lujuria electoral es uno de los vicios de moda, la verdad que no hay un consenso sobre un solo político que reúna los siete pecados capitales: la soberbia, avaricia, lujuria, envidia, gula, ira y pereza. Pero que arroje la primera piedra el político libre de pecado.
No me equivoco al decir que en uno de los primeros lugares está la soberbia. Pero sin duda alguna, el pecado de moda es la lujuria electoral, los candidatos aparecen de día con la esposa, que es la opinión, y de noche se van con la amante, que es la maquinaria. Esta promiscuidad fue evidente en las pasadas elecciones donde hubo mucha avaricia y envidia. Otros políticos avaros desestiman las alianzas porque tienen la mira puesta en la repartición de la torta burocrática. Otro de los pecados que más cometen es la gula, comen, comen, comen y son insaciables con la mermelada, inclusive todos los roscogramas en los que el político ubica a sus familiares, amigos y fichas electorales, son el reflejo de la gula y si de buscar políticos perezosos se trata, hay que echarle un vistazo al Parlamento, a las asambleas y los concejos, y es aquí donde muchas veces reina el pecado de la ira, recuerdan los madrazos que muchas veces se lanzan. Lo cierto es que queremos tener candidatos en nuestro departamento libres de pecado, que interpongan el interés general al personal.
Como es mi costumbre trataré otros temitas: Como vallenato, siento algo de tristeza cuando los odios políticos se traducen en ataques personales. Me da lástima la situación actual del Partido Liberal dividido en mezquinas agrupaciones, sin los ideales que siempre lo han hecho grande. Aunque para mí ya no hay partidos políticos, no hay ni liberales ni conservadores, todos son unos vividores, cambian de color de acuerdo con sus conveniencias y bailan al son que les toquen. Esto lo estamos viviendo. Qué lástima.
Postdata:
Debemos castigar a los políticos que se dedican a ejercer la mentira pública Personalmente, cuando los escucho o los leo, siento en ellos el mal aliento de la mentira, su boca, sus intervenciones, dejan el rastro de las verdades a medias. Ojo con estos políticos que hoy muchos de ellos son aspirantes al Senado y Cámara.
Ojo con la carrera cuarta que cada día está recibiendo más carros, motos, carromulas.
Ojalá que cuaje el proyecto de ley que busca endurecer las penas a usureros, hemos sido víctimas de muchos de ellos quienes mueven sumas de dinero en el mundo ilegal de los créditos y finalmente, sería bueno que Valledupar le apueste a la estrategia de segundad que le permitió a Medellín lograr una caída histórica en los homicidios, robos, explotación sexual y robo de celulares. Este tema lo trataré en la otra columna.
Por Alberto Herazo Palmera