La pandemia sigue generando estragos económicos en el mundo y la ciudad de Valledupar no es la excepción. En los primeros cinco meses casi 30.000 empleos se perdieron y, ante la escasez de oportunidades, el mototaxismo se convirtió en una opción para obtener recursos.
Sin embargo, el aumento de motociclistas es un reto de orden público porque en muchos casos significa, también, el aumento del caos en la ciudad. Para acordar estrategias, los entes gubernamentales de la ciudad empezaron una serie de reuniones con los representantes del sector.
Fue el caso del pasado 14 de julio, cuando la Alcaldía de Valledupar realizó una reunión para escuchar a los representantes de las asociaciones y establecer una hoja de ruta que permita la legalidad en ciertas labores que involucren este medio de transporte.
En la junta también hicieron acto de presencia el secretario de Gobierno, Luis Galvis y el gerente de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón Márquez. Posteriormente, en horas de la mañana de ayer, se efectuó una segunda reunión.
Valledupar cuenta con cinco asociaciones de motociclistas, en las cuales hay abogados, enfermeros y otros profesionales que ante la crisis que atraviesa la economía local y nacional, en la que muchas empresas rescindieron de sus empleados, se subieron a estos vehículos para llevar algo de dinero a sus casas.
Wilson Martínez, presidente de la Asociación Motociclistas Emprendedores de Valledupar, sabe que para empezar con los proyectos de reconversión laboral se necesita dinero, disposición y paciencia, toda vez que este es un proyecto que se avizora entre el mediano y el largo plazo, por ello, Martínez pidió calma a la comunidad motera, entendiendo que las reuniones llevadas a cabo son apenas dos pininos para lo que viene.
“Para nadie es un secreto que el tema es largo y complicado, pero por lo menos hay acercamientos y eso es un logro importante, ahora esperamos que lo manifestado en las reuniones se cristalice, que la legalidad sea una realidad y que a los motociclistas se les brinden otras oportunidades. Por el momento no sabemos qué tanto avance en la búsqueda de recursos tenga el alcalde, pero él nos manifestó su apoyo y por el momento vamos a esperar y seguir trabajando en el proyecto de la reconversión”, dijo Wilson Martínez, de la Asociación de Motociclistas de Valledupar.
Dentro de ese camino hacia la legalidad, los motociclistas de las diferentes asociaciones de Valledupar están preparándose en el área de seguridad vial, tránsito y transporte, curso que llevan a cabo en el Sena. Es así como algunos enseñan a sus colegas el respeto por las señales de tránsito, y labores pedagógicas que permitan un entendimiento entre peatones y conductores.
“Realizamos estos cursos con el objetivo de cambiar la percepción que la gente tiene para con los motociclistas y sobre todo con el mototaxista. Sí, es cierto que algunos compañeros por ir rápido generan accidentes, pero no por uno pueden pagar todos, es por ello que nos hemos dado a la tarea de realizar estudios y concientizar al gremio que la vida está primero”, dijo Martínez.
ENTRE EL TEMOR Y LA NECESIDAD
La pandemia también ha generado que los motociclistas sean estigmatizados. Aunque el mototaxismo no es una actividad formal, muchas personas siguen tomando este servicio por la falta de buses. Sin embargo, los mototaxistas están sufriendo los embates de la pandemia debido a que muchas personas ya no ven viable subirse a una moto por la cercanía entre pasajero y conductor, lo que ha generado que quienes se dedican a esta labor trabajen con el temor al contagio, pero con la necesidad de conseguir dinero.
Óscar Castro es uno de los tantos mototaxistas que recorren las calles de Valledupar a sabiendas que puede ser contagiado con la covi-19. Asegura que lo hace por necesidad, por eso, no sale de su casa sin encomendarse a Dios y cumplir algunos protocolos de bioseguridad.
“Mi jornada empieza a las cuatro de la mañana tomando como ruta el Mercado Público, llevando a los pocos clientes que toman mi servicio. Si el día es productivo a las cuatro de la tarde estoy en mi casa, de lo contrario, me debo seguir recorriendo la ciudad hasta las siete u ocho de la noche. Antes de ingresar a mi casa me quito la ropa y me quedo solo con la pantaloneta que me puse abajo, luego llevo lo que me quité al patio y me baño con buen jabón”, indicó Castro.
Como Castro, que llegó a Valledupar hace ya 10 años, hay miles que deben seguir con su trabajo hasta que la situación mejore o hasta que la pandemia diga adiós definitivamente.
¿CUÁL ES EL FUTURO?
El mototaxismo es considerado como un transporte ilegal, por lo cual no fue incluido en los puntos que se están manejando para incluir a los motociclistas como parte de los planes que buscan reactivar la economía de Valledupar, frente a esto, son muchas las reacciones de quienes se han dedicado a este trabajo casi que desde su inicio.
Uno de esos veteranos mototaxistas es José Cortés, quien desde 2003 comenzó con esta práctica para ganar dinero.
“Recuerdo que cuando inicié salía a trabajar como vendedor de frutas en el Mercado, pero tuve una época difícil y se me ocurrió hacer las veces de mototaxista, me estaba yendo bien y desde entonces me quedé en este trabajo, sin embargo, las cosas se han complicado”, señaló Cortés.
Anteriormente, el conductor de 42 años de edad lograba recaudar entre $80.000 y $90.000 pesos diarios, pero desde hace varios años, con el crecimiento de la competencia, sus ganancias bajaron por lo menos un 60 %.
Con lo poco que gana como mototaxista a Cortés ‘a duras penas’ le alcanza para pagar la alimentación de su familia, arriendo y otros menesteres, por lo que ha pensado retornar a su antigua labor como vendedor en el Mercado Público, pues, según su criterio, el día que no gane dinero por lo menos podrá llevar alimentos a su casa de la colmena donde trabaje.
ECOS DE LA REUNIÓN
En la junta efectuada entre la administración municipal y los gremios de motociclistas uno de los puntos fijos fue el impulso al trabajo formal, es decir, motociclismo de mensajería, domicilio y otros casos parecidos, mientras que el mototaxismo como transporte público no será incluido.
José Luis Urón, gerente de la Cámara de Comercio de Valledupar, manifestó que con los motociclistas se pueden hacer proyectos para la reactivación de la economía, siempre y cuando se trabaje dentro de los parámetros que impulsen la legalidad.
“En la reunión quedó claro que no se aceptará por ningún motivo la competencia desleal, tampoco se permitirán los trabajos informales. Por otro lado, con los mototaxistas se acordó realizar proyectos de formalización que les permitan dejar ese oficio y apuntarle a labores legales como tener una microempresa”, resaltó Urón.
SIGUEN LOS CONTROLES
La competencia desleal fue uno de los términos mas utilizados en las dos reuniones. En ese orden de ideas, el gerente de la Cámara de Comercio de Valledupar insistió en que el trabajo debe realizarse en el marco de la legalidad.
Entre los controles y las exigencias a las empresas de mensajerías estarán el buen estado de las motocicletas, el registro mercantil, la no realización de competencia fuera de lo acordado y que los prestadores del servicio cumplan con los requisitos biosanitarios.
EMBOTELLAMIENTOS Y ORDEN
El orden público en Valledupar se ha convertido en un dolor de cabeza, incluso en esta época de cuarentena, pues si bien el confinamiento persiste, la reparación de algunas vías ha generado embotellamientos, mientras que en otros sectores la intolerancia y el irrespeto a las normas han generado accidentes en repetidas ocasiones.
Frente a esto, Luis Galvis, secretario de Gobierno, enfatizó en que si los motociclistas quieren dar el paso hacia la legalidad primero deben prepararse en materia de orden público y conocer las medidas de tránsito.
En conclusión, durante la reunión el sector privado y público dio un espaldarazo a la propuesta de legalizar el mototaxismo en trabajos como los transportes de domicilio, pero se pidió el apoyo de estos trabajadores para evitar los accidentes de tránsito y respetar las normas.
POR: ROBERT CADAVID/EL PILÓN